«Trabajadores/as postales dicen que las vidas negras importan»
Estados Unidos, 21 de septiembre – El Servicio Postal de los Estados Unidos (SP EE.UU.) es la manzana de la discordia en el drama político entre republicanos y demócratas. Están peleándose sobre si ayudar, o no, a un correo, en dificultades financieras, garantizar la entrega a tiempo, para las elecciones de noviembre, millones de boletas y votos por correo.
El servicio postal se ve ahora, más que nunca, como una institución indispensable durante esta época de pandemia y elecciones presidenciales. Es importante para que los patrones continúen con su exhibición perpetua de su evento más simbólico de su democracia: votar.
En medio de la pandemia, la gente puede tener miedo de ir a votar en persona, por lo tanto pueda que millones prefieran votar por correo. Los demócratas quieren otorgarle al correo miles de millones de dólares en préstamos y subsidios para que pueda continuar operando, pero los republicanos se niegan a hacerlo. Los demócratas llaman a esto un ataque a la democracia, mientras que los republicanos afirman que votar por correo a gran escala sería un fraude catastrófico.
Con el voto los capitalistas legitiman su dominio sobre la clase trabajadora. Por lo tanto, cada cuatro años, montan su espectáculo y hacen lo imposible para asegurar que los trabajadores voten.
“La mayoría de los trabajadores postales no votan”, dijo un cartero. “Están más preocupados por la estabilidad financiera. Les preocupa mucho cuando se habla de privatizar el correo, especialmente a los trabajadores más jóvenes. Hablamos de cómo esta basado en las ganancias”
“Privado” o “Público”, el Correo Es un Gran Negocio
El correo ha estado durante muchos años batallando para pagar sus cuentas. No recibe fondos gubernamentales como todas las demás agencias gubernamentales. En cambio, se mantiene con la venta de estampillas, productos y servicios.
Pero el Internet provocó una caída de más del 50% en el volumen de la correspondencia, especialmente en el correo de primera clase, el mayor generador de ingresos. El correo ha estado perdiendo miles de millones de dólares, especialmente desde la crisis económica de 2008.
Un mandato del Congreso del 2006 obligó al correo a crear un fondo de $72 mil millones para pagar los beneficios de salud de los que se jubilen dentro de 75 años. Esto empeoró las cosas. Ahora la oficina de correos no puede pagarles a los empleados todas las horas extras necesarias para procesar y entregar millones de boletas.
Durante muchos años, los políticos han tratado de privatizar el correo, calificándolo de “obsoleto” e «innecesario”. Trump lo llamó «era una payasada». Pero las empresas como UPS les gustaría comprar el correo. Como empresa privada con precios no regulados, podría generar miles de millones de dólares en ganancias anuales.
El nuevo director general del correo que Trump nombrará, Louis Dejoy, es un gran donante del Partido Republicano. Desde junio, ha realizado cambios radicales que afectan profundamente la eficiencia del correo. Dijo que eran necesarios para “salvarlo” del colapso financiero. Algunos de esos cambios están detenidos hasta después de las elecciones, debido a la presión del Congreso.
A lo largo de la historia del correo, las grandes empresas y corporaciones han sido las más beneficiadas. Lo usan para cobrarles sus deudas a la clase obrera y para enviar cartas amenazantes si no pagan la deuda. Lo utilizan para hacer publicidad, vender y enviar económicamente mercancías por todo el país.
Mientras luchamos por un mundo comunista, uno de nuestros principales objetivos después de la revolución será establecer una buena red de distribución. Tendremos que entregar alimentos, medicinas y otros suministros donde puedan escasear o no se puedan producir. Ciertamente no será como una oficina de correos capitalista porque no habrá nada que vender, anunciar o colectar. Solo en una sociedad comunista tendremos un sistema de entrega que funcione para y por la clase obrera.
En el comunismo no «votaremos» sobre quién obtiene albergue, atención médica o comida. En el comunismo es criminal discutir sobre algo tan fundamental de la manera como el Congreso lo hace hoy día. El comunismo será totalmente diferente. Las masas tomarán las decisiones. Están más cerca de la realidad de lo que se necesita.
No habrá partidos como los demócratas y republicanos luchando por el poder para gobernar a las masas. El Partido Comunista Obrero Internacional será el aparato organizador que nos permitirá a las masas gobernar el mundo por nosotros mismos.