En esta página: Protestas tailandesas y el Canal Kra aquí ♦ Rivalidad India-China aquí ♦
El mapa muestra cuanto tiempo se ahorrarían los barcos usando el Canal Kra.
De Conflictos Inter-imperialista a la Revolución Comunista
11 de octubre – Cientos de miles de personas protestaron el mes pasado contra la monarquía de Tailandia y su gobierno militar fascista. Hay llamados para una huelga general el 15 de octubre – una huelga política por reformas democráticas.
Pero en esta situación – como suele ser el caso – lo que vemos en las imágenes televisadas no llega al corazón del asunto. ¿Por qué sucede esto ahora? ¿Qué es lo que está en juego?
A menudo decimos que la rivalidad interimperialista es la principal contradicción en el mundo. Es decir, afecta o modela o incluso impulsa muchos de los otros procesos involucrados. Resulta que la crisis tailandesa es una de esas contradicciones.
El principal problema al que se enfrenta hoy el gobierno tailandés es el proyecto del canal Kra. China quiere invertir hasta $30 mil millones para construir este canal por el punto más estrecho de la península malaya de Tailandia. Esto abriría una segunda ruta marítima desde China hasta el Océano Índico. Permitiría que el comercio y, fundamentalmente, los buques de guerra, pasaran por alto el concurrido y disputado estrecho de Malaca.
El ejército y la monarquía tailandesa inicialmente apoyaron esta propuesta. Sin embargo, no es muy claro cuánto Tailandia se beneficiaría. Al igual que otros socios del proyecto Un Cinturón, Una Ruta de China, el gobierno tailandés podría terminar con una enorme deuda y pocos beneficios. El gobierno indio está promoviendo esta perspectiva.
Un canal también podría intensificar las tensiones entre el gobierno tailandés y un movimiento separatista en la parte sur de la península habitada mayormente por musulmanes. ¿Qué pasaría si China, motivada para defender «su» canal, apoyara un movimiento independentista allí?
La exportación de capital es una característica clave del imperialismo. Aquellos que reciben este capital a menudo terminan mal, ya sea el prestamista el Banco Mundial o el imperialismo chino.
Y si se excava un canal, es posible que China no lo financie. Durante el último mes, funcionarios del gobierno tailandés han declarado que India, EE.UU. y Australia también están interesados en el proyecto. Es difícil decir si la clase dominante tailandesa está dividida o simplemente indecisa.
«La inestabilidad en los asuntos tailandeses «, declaró un analista estadounidense. Tailandia fue el primer bastión de EE.UU. en el sudeste asiático. Fue un baluarte de EE.UU. en la «guerra fría» del siglo pasado. El imperialismo estadounidense respaldó al rey Bhumibol Adulyadej – quien nació en EE.UU. – desde 1946 hasta su muerte en 2016. (¿Es una coincidencia que la película de Hollywood «Anna y el Rey de Siam» se estrenara en 1946? ¿Y que el musical de Broadway «El rey y yo» saliera cinco años después?)
A medida que la salud del rey empeoraba, las luchas políticas entre la clase dominante tailandesa se agudizaron. Comenzaron protestas callejeras masivas. Los militares intervinieron, ejecutando un golpe de estado en 2014 que fue rápidamente respaldado por el rey. Los manifestantes antigolpistas adoptaron el saludo de tres dedos de los «Juegos del Hambre» que todavía se ve hoy en las calles.
El gobierno de Obama condenó el golpe, aunque Tailandia seguía siendo clave par la oposición de EE.UU. al islamismo militante de la región y al ascenso de China. Desde entonces, las contradicciones entre EE.UU. y Tailandia se han agudizado.
Mientras tanto, China se ha convertido en el principal socio comercial de Tailandia y su segunda fuente más importante de inversión extranjera. Tailandia ha comprado material militar chino. Las dos naciones han realizado ejercicios navales y marinos conjuntos.
Por lo tanto, la rivalidad imperialista entre EE.UU. y China es el contexto – y posiblemente la fuerza motriz -de las protestas en curso sobre la «democracia». Ya no está claro qué lado tomaría Tailandia en una guerra entre EE.UU. y China.
Los trabajadores y la juventud no tienen ningún interés material en tomar partido en las luchas entre imperialistas. Nuestra lucha es la lucha de clases revolucionaria por el comunismo en todas partes. Intensificarla significa que la clase obrera, no los imperialistas, impulsaran los acontecimientos mundiales. ¡El futuro será nuestro!
En un mundo comunista no habrá imperios ni naciones. No habrá conflictos comerciales ni guerras imperialistas. Nuestra familia obrera global producirá lo que necesitamos y lo compartirá donde sea necesario. No habrá precios ni salarios ni dinero ni ganancias. No habrá reyes ni explotadores, electos o no electos.
La lucha por ese mundo comunista debe comenzar ahora. Ayuda a llevar este mensaje a los jóvenes y trabajadores rebeldes de Tailandia a Indonesia y dondequiera que vivas.
India y China: Más Lucha Que Unidad
Las relaciones culturales y comerciales entre China y la India se remontan a miles de años. Tan recientemente como en la década de 1950, Nehru de la India esperaba tener relaciones amistosas con la China de Mao. Pero donde hay unidad también hay lucha. Hoy la lucha es más aguda que nunca.
A mediados de septiembre, India y China, mediadas por Rusia, parecían estar cerca de resolver su disputa fronteriza, de cincuenta años, en el Himalaya. ¡No más! Ambos bandos están construyendo carreteras, pistas de aterrizaje y otra infraestructura. Se están preparando para más guerras.
Se está gestando un conflicto más grave en el Océano Índico. China supera seriamente a la India en poder naval. China es cada vez más activa en el Océano Índico, especialmente cerca del Estrecho de Malaca. India ha respondido ampliando su presencia en las islas Andamán y Nicobar en el acceso occidental al Estrecho.
Es por eso que India advierte a Tailandia que no permita que China construya el canal Kra. Y por qué India se está aliando con Estados Unidos y Australia para posiblemente ellos financiar el canal.
Los imperialistas construyen alianzas basadas en ganancias, no en principios. Tales alianzas nunca son estables.
Desde la división chino-soviética cerca de 1960 hasta que terminó la Guerra Fría en la década de 1990, tanto China como EE.UU. apoyaron a Pakistán contra la India que era respaldada por los soviéticos. Ahora, la influencia china (e islamistas anti-estadounidenses) está creciendo en Pakistán. Eso, mucho más que la conexión Trump-Modi, explica por qué India y EE.UU. se están acercando.
Las contradicciones tienen dos lados, no tres o más. Los gobiernos capitalistas de Malasia y Singapur (a horcajadas sobre el estrecho de Malaca), Tailandia, Filipinas e Indonesia puedan preferir permanecer neutrales ya que una guerra entre EE.UU. y China parece cada vez más probable. Pero no pueden.
Y los trabajadores de todas partes no pueden permanecer neutrales en la lucha de clases. Dondequiera que vivamos, se está volviendo imposible vivir como antes. Es por eso que las protestas contra los gobiernos están explotando.
Debemos resistir con todas nuestras fuerzas los intentos de los capitalistas de construir el patriotismo y la «unidad nacional» y de dividir a las masas con el racismo y el comunalismo religioso. Tenemos que movilizar a las masas para la revolución comunista, ahora. En medio de esta profundizante depresión y la creciente amenaza de una guerra mundial.
Nuestro Partido está creciendo en la India y en otras partes del sur de Asia. Hay potencial para hacer mucho más. La clase obrera internacional necesita que cada uno de nosotros dé un paso adelante para realizar este potencial.