Armenia-Azerbaiyán: Todos los Obreros Deben Rechazar el Nacionalismo

Guerra en el Cáucaso: El Verdadero Comunismo Acaba con las Fronteras y Naciones

“Me siento muy triste por lo que está pasando en mi patria (Armenia)”, confió una compañera de trabajo.

“En 1915, el gobierno turco masacró a más de 1,5 millones de armenios. Hasta el día de hoy, el gobierno turco niega este genocidio armenio. Mis abuelos son supervivientes del genocidio. Huyeron a Siria. Los armenios temen que las naciones turcas quieran limpiar étnicamente a los armenios. Turquía ha dicho muchas veces que quiere acabar con la raza armenia y hacer que todas las naciones turcas sean fronterizas entre sí.

“Nagorno-Karabaj limita con Azerbaiyán. Fue bombardeado a partir del 26 de septiembre. Se atacaron edificios civiles, escuelas y hospitales. El ejército armenio rápidamente se dio cuenta de que estaba luchando contra fuerzas turcas, mercenarios sirios e ISIS (grupo terrorista islámico), así como contra el ejército azerbaiyano. Ha habido dos ceses el fuego, pero solo duraron un total de diez minutos”.

“Gracias”, respondió una camarada. “La política bolchevique sobre ‘la cuestión nacional’ fue desastrosa. Se aliaron con líderes nacionalistas que se oponían al imperialismo. Eso los llevó a apoyar a los gobiernos de Turquía e Irán que estaban asesinando a los comunistas.

“A nivel mundial, los seres humanos han migrado tanto y durante tanto tiempo. Los territorios nacionales homogéneos ya no son posibles ni deseables. La gente necesita unirse sobre la base de los intereses humanos y clasistas que tienen en común. Eso no sucederá mientras se superen los prejuicios genocidas”.

El Comunismo y la “Cuestión Nacional”

El Partido Comunista Obrero Internacional no es unos partidos de nacionales. Todos los miembros somos camaradas en un Partido internacional para una clase obrera internacional.

Todos luchamos contra el imperialismo. Contra las divisiones racistas, religiosas y comunales. Contra el nacionalismo y el patriotismo. Luchamos juntos por un mundo comunista.

Lenin y los bolcheviques lucharon con la contradicción entre conciencia nacional y conciencia de clase. Sucedió en particular cuando Lenin dio la bienvenida a la Liga de ármennos Socialdemócratas al Partido Laborista Socialdemócrata Ruso en 1903.

Los socialistas ármennos se declararon “por los intereses del proletariado ruso en general, y del proletariado armenio en particular”. La futura Rusia debería ser una “república federativa con autogobiernos locales” para salvaguardar a todos sus diversos grupos.

Señalaron “la ausencia de fronteras geográficas entre las distintas nacionalidades”. Por lo tanto, exigieron autonomía cultural pero no política.

Lenin aplaudió la línea de la Liga de “completa igualdad, en lugar de autonomía nacional” y por “el derecho a la autodeterminación”. Pero señaló la contradicción de llamar por una “república federativa” negando a la vez la “autonomía política” de sus unidades.

En cambio, Lenin propuso “unir más estrechamente a las mayores masas posibles de trabajadores de todas y cada una de las nacionalidades para luchar por una república democrática y por el socialismo”. Hoy, nuestro Partido unifica a las masas para el comunismo y nada menos.

Dada su línea, Lenin se esforzó por interpretar el “derecho a la autodeterminación”. Concluyó que significaba “oponerse a cualquier intento de influir en la autodeterminación nacional desde el exterior mediante la violencia o la injusticia”. (Es decir, por imperialistas).

Armenia, Azerbaiyán y la URSS

Para 1920, la línea bolchevique sobre “la cuestión nacional” había cambiado para peor, en gran parte bajo la influencia de Stalin. La nueva línea sería ferozmente cuestionada, especialmente por comunistas en India e Irán.

En Transcaucasia, el conflicto se había agudizado tras la derrota del Imperio Otomano y la caída del Zar ruso. Cuando las tropas turcas se retiraron, Gran Bretaña tomó el control. Sus ojos estaban puestos en el petróleo de Bakú. El imperialismo británico sentó las bases para la incorporación de Nagorno-Karabaj a Azerbaiyán.

Tanto Armenia como Azerbaiyán tenían argumentos geográficos e históricos para sus reclamos del “Karabaj montañoso”. Los armenios eran la mayoría de sus residentes permanentes, pero los nómadas azeríes viajaban regularmente entre las montañas de Karabaj y sus tierras bajas en Azerbaiyán.

Los choque armados estallaron en marzo de 1918. Los bolcheviques, oficialmente neutrales, apoyaron silenciosamente a Armenia. Los turcos otomanos lucharon por Azerbaiyán.

El Primer Congreso de los armenios de Karabaj proclamó la independencia de la región. En noviembre de 1919, los ármenios formaron un gobierno revolucionario soviético. Un mes después, el Azerbaiyán soviético renunciaba su derecho a las provincias en disputa.

Armenia y Azerbaiyán ingresaron a la nueva Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Como dijo nuestro amigo, “Armenia se unió a la URSS para evitar masacres y obtener ayuda”.

La URSS era la “federación” que los socialistas ármennos habían propuesto (y que Lenin rechazara) en 1903. Durante 60 años pudo evitar pleitos ármennos-azerbaiyanos. Pero no logró construir una conciencia clasista comunista.

Después del colapso de la URSS en 1991, Armenia y Azerbaiyán se convirtieron en estados independientes. La principalmente armenia “región autónoma” de Nagorno-Karabaj también votó por independizarse. Esto desencadenó otra guerra. Los armenios recuperaron el control en 1994, pero Azerbaiyán nunca aceptó eso.

Hoy, la “República de Artsaj” en Nagorno-Karabaj es nuevamente un hueso en contienda en la lucha mortal entre imperialistas y capitalistas regionales por el control de recursos energéticos críticos.

Transcaucasia ha sido una región multiétnica durante siglos. Los socialistas armenios tenían razón en 1903 cuando dijeron que las fronteras geográficas no concordaban con las “nacionalidades”.

Las luchas de los trabajadores allí – especialmente en la industrial Bakú – siempre han cruzado barreras lingüísticas, culturales y religiosas. El movimiento comunista allí reflejó esta diversidad pero no logró sacar la conclusión correcta: el nacionalismo y el internacionalismo comunista son incompatibles.

¡Obreros del mundo, uníos para el Comunismo! ¡No fronteras! ¡No Naciones! 

Póster de la era Soviética, 1921: “Que viva la Hermandad de Todas las Naciones del Cáucaso”, en ruso y georgiano.

 Primera página de esta edición

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