Foto del Museo de la Revolución, Perqun, El Salvador
Campesinos, Ex-Guerilleros: Una Vida por la Liberación de la Clase Obrera
El Salvador. – “Creo que estoy más loco, porque aún enfermo y viejo, sigo creyendo en la revolución comunista”, me dijo sonriendo un camarada campesino, cuando le estábamos entregando varios ejemplares de Bandera Roja en medio de las montañas de este país y bajo una pertinaz lluvia.
Este revolucionario participó en la construcción de la guerrilla del FMLN en El Salvador desde el año 1970. Estuvo en los combates contra el ejército que defiende los intereses de la burguesía salvadoreña y hoy todavía sigue participando en nuestro crecimiento como Partido Comunista Obrero Internacional.
“Guarda bien los periódicos que allí están la policía y los soldados” nos aconsejó.
Pasamos por los retenes policiales y del ejército, logrado vencer esos obstáculos. Sabemos que la lucha por la masificación de las ideas del PCOI no es fácil, pero es más fuerte la terquedad, por el amor a nuestra clase trabajadora, que el temor al fascismo.
“Disculpa que no nos pudimos ver, andaba en el cantón donde nací y allí no entran las señales de los celulares, pero esta semana me van a entregar los periódicos, ¿verdad?” me comentó otro camarada campesino. Él también fue partícipe, desde su infancia, en la guerrilla salvadoreña en el conflicto armado del año 1980 hasta 1992. Siempre recibe varios ejemplares de nuestro periódico Bandera Roja y para ser parte del proceso, está pendiente de llamar y saber cómo está el trabajo del PCOI en las fábricas, universidades y otros lugares donde desarrollamos la lucha por la masificación de las ideas comunistas.
Entre montañas, veredas y cañadas siempre caminamos hacia la revolución comunista a través del PCOI y nuestro periódico Bandera Roja. El compromiso de los camaradas campesinos nos empuja a seguir en la lucha. Conocemos como ha sido su proceso de ideologización desde las estructuras cristianas a través de la “Teología de la Liberación”, la cual los llevó hasta despojarse de sus bienes materiales, terrenos, ganado etc. y compartirlos con otros, para luego ser parte de una guerra con un partido social demócrata y ahora como miembros del PCOI, con su práctica, teoría; son parte invaluable de nuestra lucha comunista.
“¿Y cómo está Enrique, Paola, Ernesto?” preguntan estos camaradas sobre los obreros de las maquilas, ya que aquí se ha cultivado la unidad de la clase trabajadora, del campo y de la ciudad. Pero no la unidad por la unidad, sino más bien ha sido una lucha de ideas, de cómo luchar por emanciparnos de las cadenas capitalistas, estemos donde estemos y de la solidaridad comunista que debe existir.
Algunos camaradas de varias partes del mundo como Sudáfrica, México USA, Honduras, España; organizados en el PCOI, ya conocen parte de estos territorios montañosos y sus majestuosos ríos, y saben lo que es venir a ser parte del proceso de lucha con estos camaradas, las horas que recorremos para llegar donde ellos. Saben de la confianza que ya tenemos como Partido y la cual nos hace agudizar la lucha para sacar adelante la revolución comunista.
Al final de la tarde y con la satisfacción del deber cumplido pasamos por un pueblo, llevando hueso y pellejo de cerdo, el cual compartimos con el camarada campesino, para echarle a la sopa de frijoles del día siguiente, la cual nos hará recordar nuestro compromiso con la revolución comunista.
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