Para Forjar Nuevos Lideres, Discute Bandera Roja aquí ♦ Trabajadores de la Salud Airados, Listos para el Comunismo aquí ♦
Para Construir Un Nuevo Liderazgo Comunista: ¡Discute Bandera Roja!
SEATTLE (EE. UU.), 22 de noviembre — Desde las elecciones presidenciales de EE. UU., muchos de nosotros en el PCOI y en su entorno hemos hablado con amigos acerca de votar. Estas discusiones a veces se acaloran, ya que muchos de nuestros amigos están convencidos de que sacando a Trump de la Casa Blanca evitará el fascismo y que la vida volverá a la “normalidad”. No obstante, estas discusiones han abierto oportunidades para promover las ideas comunistas y construir el liderazgo del Partido.
Un trabajador social dijo: “Votar es una gran pérdida de tiempo y energía. Muchos de nosotros sabemos en el fondo que el emperador no tiene ropa. El movimiento Black Lives Matter realmente atrajo a los jóvenes. No diría que soy comunista, pero diría que soy anticapitalista”.
Los miembros de mi familia multirracial se sintieron muy motivados cuando uno de ellos tuvo una carta concerniente a votar impresa en Bandera Roja. Estaba dispuesto a cambiar su voto por una conversación sobre movilizar para el comunismo. Durante la pandemia, mi familia se ha hecho parte de una red de Bandera Roja. He aquí algunas de nuestras discusiones:
Una joven dijo: “Sé que bajo el comunismo no existirán ninguno de estos problemas [racismo, sexismo, etc.], pero como puede pasar cierto tiempo para que lleguemos allí, mientras tanto quiero tratar de ayudar a aquellos que puedan ser seriamente afectados por algunas de las leyes aprobadas”.
Su tío respondió: “Esta porquería presidencial es realmente solo un espectáculo. Estas conversaciones se necesitan en todo el país”.
De un maestro: “También estoy de acuerdo en que, si bien debemos luchar para cambiar nuestro sistema actual, también debemos saber cómo funcionar dentro de ello, hasta que llegue el cambio”.
De otro pariente joven que se ha involucrado más: “No importa quién esté en la presidencia el capitalismo seguirá existiendo mientras el sistema actual esté vivo. Como persona ‘joven’ que no ha recibido educado acerca del comunismo a lo largo de mi vida y que ha vivido para conocer este sistema actual (democracia), es difícil comprender cómo sería un mundo bajo el comunismo, o cómo sería, incluso, posible.
“A gran parte de la sociedad se le ha lavado el cerebro para que piense que el comunismo es una cosa”, continuo, “cuando claramente no lo es. Para mí, aquí es donde debe comenzar la lucha, borrando el estigma asociado con el comunismo. Es necesario centrarse más en los aspectos positivos del comunismo que en los aspectos negativos de nuestros sistemas sociales actuales”.
¿Y qué mejor manera de comenzar la lucha desarrollando más redes de lectores y distribuidores de Bandera Roja, que, como mi familia y amigos, debatan los artículos del periódico?
Inspirado por esta conversación colectiva, me puse en contacto con otros amigos.
Un trabajador de la salud dijo: “Muchas personas que conozco pensaron que tenían que votar porque ven a Trump como una amenaza. El racismo y el anticomunismo descarados que promueven simplemente enojaron a muchos. Quiero ponerle fin al sistema, pero no estoy seguro que crea yo que sea posible. Seguiré leyendo
Bandera Roja… siempre hablaré con mis amigos con un análisis de clase… sigan ustedes su trabajo”.
Cuando la gente que nos rodea lee Bandera Roja y luchamos con ellos para movilizar a las masas para el comunismo, ganamos a otros al PCOI y construimos nuevo liderato comunista. Amigos que leen BR y lo comparten con otros pueden discutir las conversaciones que tienen y escribir de ellas para el periódico. Estas discusiones generarán nuevas ideas sobre que artículos escribir para el periódico.
De esta manera fortaleceremos nuestros lazos con nuestra base, mejoraremos nuestro trabajo, construiremos nuevo liderato y aceleraremos el fin del letal sistema capitalista.
Trabajadores de la Salud: Agotados, Enojados y Listos Para el Comunismo
Lancaster, PA (USA) Noviembre 21: Enfermeras en Huelga Exigiendo Mas Personal
EE.UU., 22 de noviembre: “Volví a trabajar a tiempo parcial”, dijo un trabajador de la salud de Nueva Jersey recientemente jubilado, “porque mi departamento no tiene suficiente personal. La gente está de baja médica y el hospital se niega a contratar a nadie más. Sentí que tenía que ayudar y puedo usar el poco dinero extra para ayudar con la comida de la familia de mi hija”. Les habían reducido sus horas de trabajo.
“El problema es que todos estos hospitales son negocios. Incluso los hospitales sin fines lucrativos funcionan como un negocio capitalista. ¡Que chiste!”
Un camarada que trabaja en la atención médica en Texas estuvo de acuerdo. Texas tiene la regla de que una vez que el porcentaje de pacientes con COVID supera el 15%, el hospital tiene que cerrar la cirugía electiva y otras operaciones no esenciales.
“Curiosamente, ese porcentaje siempre se mantiene justo por debajo del 15%”, dijo él.
Todos los que trabajan allí saben que el hospital está enviando pacientes con COVID fuera de la región para mantener el conteo bajo. El hospital gana mucho más dinero de las cirugías electivas.
Incluso aquí, el hospital se niega a contratar personal suficiente. Los administradores negociaron recientemente contratos que tienen trabajadores de guardia casi todo el tiempo. El estado de guardia a menudo requiere que el personal esencial permanezca en el hospital. Los cirujanos no quieren esperar 20 minutos más o menos para que llegue el personal necesario desde su casa. Se trata de ganar tanto dinero como sea posible de la cirugía electiva.
Los medios capitalistas admiten que no hay suficientes camas para atender el aumento de pacientes con COVID, y mucho menos para otros cuidados de urgencia. Pero como estos trabajadores de la salud rápidamente señalaron, no se trata de camas. Es la asistencia sanitaria capitalista.
El modelo de salud capitalista no puede prepararse adecuadamente para las pandemias. Y es lamentablemente inadecuado en lo que respecta a la salud pública.
Como cualquier negocio, el cuidado de salud se basa en arreglárselas con el menor número de trabajadores. Los patrones se jactan de esto alegando “eficiencia capitalista”.
La atención médica comunista se basa no solo en la ciencia, sino también en movilizar a las masas.
“El uso de máscaras es un buen ejemplo”, dijo el camarada de Texas. Aunque los patrones quieren que la gente use máscaras, cientos de años de impulsar el individualismo se les dificulta movilizar a la población para que lo haga. Por otro lado, la estrategia de la salud pública de usar máscaras encaja perfectamente con la colectividad comunista.
El papel de movilizar masas se vuelve aún más claro cuando empezamos a hablar de vacunas.
A. David Paltiel, de la Escuela de Salud Pública de Yale, fue muy claro. “Las vacunas no salvan vidas”, dijo, “los programas de vacunación salvan vidas”.
Él y sus colegas publicaron un estudio en la revista Health Affairs que hace un simulacro del próximo lanzamiento de vacunas contra el coronavirus. Descubrieron que cuando se trata de infecciones, hospitalizaciones y muertes, la movilización internacional para llevar las vacunas a las masas importa tanto como la eficacia de cualquier vacuna en particular.
La pandemia lo ha dejado claro: la revolución comunista es una cuestión de vida o muerte para decenas de millones de personas en todo el mundo.