La Guerra en Etiopía Muestra la Necesidad de Combatir el Patriotismo y el Nacionalismo Étnico
25 de noviembre: El ejército etíope listo a atacar Mekele, la capital de la provincia de Tigray. Esta guerra comenzó hace tres semanas. Ya ha cobrado cientos de vidas y ha obligado a decenas de miles a huir a través de la frontera hacia Somalia. Los gobernantes de ambos bandos están comprometidos con una lucha a muerte.
¿De quién es la muerte? Los trabajadores de ambos lados están muriendo. ¿Y para qué?
Los soldados y trabajadores jóvenes en Etiopía crecieron en un país donde los capitalistas han gobernado, desde 1995, usando el principio del nacionalismo étnico. Ahora es más urgente que nunca que los trabajadores de ambos bandos conviertan esta lucha mortal entre capitalistas en una lucha revolucionaria por el poder de obreros comunistas.
Cuando la Unión Soviética colapsó en 1991, los imperialistas estadounidenses llevaron al poder al Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (FLPT). Este era el más fuerte de los ejércitos guerrilleros que habían estado luchando contra el Dergue respaldado por los soviéticos.
Eritrea, antes provincia de Etiopía, se separó. El FLPT, representando a una pequeña minoría, dirigió la reorganización de Etiopía en ocho regiones semiautónomas, basadas en el nacionalismo étnico.
Cada clase dominante regional ha promovido instituciones culturales étnicas nacionalistas y una ideología étnica nacionalista para encubrir su explotación de las masas.
A pesar de su apoyo inicial del imperialismo estadounidense, el gobierno del FLPT ha estado utilizando esta estrategia de dividir y conquistar y un estado policial fascista para proporcionarle un “clima de inversión estable” al capital chino.
China, el imperialista en ascenso, ha construido infraestructura y muchas fábricas en Etiopía. Los trabajadores etíopes de todas las étnias son esclavizados por 27 dólares al mes en textiles y otras manufacturas pequeñas.
Esta explotación no puede durar para siempre. Pero el nacionalismo étnico ha permitido que la ira de las masas se desvíe de la lucha de clases hacia movimientos y levantamientos étnico-nacionalistas.
Hace dos años, la vieja coalición se vino abajo. Abiy Ahmed se convirtió en primer ministro. Todos los socios regionales excepto el FLPT se unieron a su nuevo “Partido de la Prosperidad”. El gobierno instituyó reformas neoliberales que han abierto Etiopía a los imperialistas europeos y estadounidenses.
Abiy ganó el Premio Nobel de la Paz en 2018 por ponerle fin a la larga guerra entre Etiopía y Eritrea traicionando al FLPT. Pocos días después, el Fondo Monetario Internacional prestó a Etiopía $3 mil millones para ayudar a los imperialistas europeos y estadounidenses a competir con China en la explotación de la clase obrera etiope.
Mientras Abiy se mueve para consolidar el poder en manos del gobierno federal, los líderes étnicos nacionalistas han movilizado protestas masivas y violencia étnica. En ningún lugar la resistencia ha sido tan feroz como en Tigray, gobernada por los nacionalistas del FLPT que anteriormente gobernara todo el país.
Este verano, ante la inestabilidad política, Abiy utilizó la excusa de la pandemia para posponer las elecciones parlamentarias. De todos modos, el gobierno regional de FLPT en Tigray celebró elecciones en septiembre. El gobierno federal respondió con represalias económicas. El ejército regional de Tigray atacó una base del ejército federal en Tigray y comenzó la guerra.
Tanto el nacionalismo étnico como el patriotismo son ilusiones mortales, en Etiopía y en todas partes. Se fundamentan en la idea de que los trabajadores tienen más en común con los capitalistas que hablan el mismo idioma que con los trabajadores que pueden hablar un idioma diferente, pero enfrentan la misma opresión, pobreza y explotación, día tras día, semana tras semana.
¿En que te ayuda si el patrón que te paga un salario de hambre ondea la misma bandera nacional que tu? ¿Si el patrón habla tu idioma u ora en el mismo templo? ¿Cómo te ayuda que tus gobernantes étnicos hagan tratos con los imperialistas chinos en lugar de los imperialistas europeos?
Mientras nos veamos diferentes de nuestra familia de la clase obrera de otro país, religión, idioma, etnia o “raza”, los gobernantes continuarán enriqueciéndose de nuestro sudor y descartando nuestros cadáveres.
Una vez que veamos que somos más como otros trabajadores que diferentes, nuestro interés común de clase es la base material de la unidad. A pesar de todas sus debilidades, el movimiento comunista del siglo XX actuó sobre esa base. En Etiopía, el movimiento marxista-leninista contra Haile Selassie y el Dergue unió a trabajadores y estudiantes de todas las etnias. Sin embargo, su línea no atacó el nacionalismo ni el patriotismo.
Hoy, el PCOI está organizando en Sudáfrica combatiendo los ataques xenófobos contra los trabajadores migrantes. En el sur de Asia contra los fascistas que dividirían a los hindúes de los musulmanes. En todas partes del mundo contra los racistas que nos dividirían.
Proclamamos en voz alta que el nacionalismo y el patriotismo son ataques contra las masas en todas partes. Estamos construyendo un Partido Comunista Obrero Internacional para nuestra una clase obrera internacional.
¡No tenemos nada que perder excepto nuestras cadenas! ¡Tenemos un mundo que ganar!