Vacuna COVID-19: Ciencia y Política

El Comunismo Resolverá la Contradicción Entre Ciencia y Capitalismo aquí ♦ Los Comunistas Luchan por el Bien Colectivo aquí ♦ Discusiones Sobre la Vacuna COVID aquí ♦

Florida, EE. UU.: Esperando en la fila para recibir la vacuna COVID

El Comunismo Resolverá la Contradicción Entre Ciencia y Capitalismo Aboliendo el Capitalismo

EE. UU., 3 de enero: “Después de tener síntomas de Covid-19 y salir positiva, participé en un ensayo de terapia con anticuerpos monoclonales”, informó una camarada. “Mientras conducía a casa, un lector de Bandera Roja me llamó con saludos navideños y condolencias para el camarada Zipho. Se sorprendió al oír que estaba enferma porque sigue a un teórico de la conspiración que dice que la pandemia es un engaño. Quiero que nuestro Partido luche por un enfoque científico y materialista de las vacunas y tratamientos de Covid-19”, concluyó.

Muchos trabajadores desconfían profunda y correctamente de los capitalistas y sus gobiernos. Y esto se convierte en sospecha de las vacunas y tratamientos Covid-19 que podrían salvar vidas ahora, si la anarquía del capitalismo y su codicia institucionalizada no se interpusieran en el camino.

Los medios capitalistas estadounidenses admiten que el lanzamiento de la vacuna es completamente caótico debido a que casi no hay preparación. No se menciona que esto es el resultado de una estrategia para desbaratar todo el sector público, incluidas las agencias de salud.

Una amiga que se autonombra “una científica que se preocupa por la gente” espera “muchas sorpresas, porque nadie ha tenido más de un año para estudiar esto”. Le preocupan los efectos a largo plazo de Covid-19. Pero también señala “que tan rápidamente todos se movilizaron para aprender acerca de esto, por lo tanto sabemos mucho más al respecto después de estos cortos doce meses que sobre cualquier enfermedad viral ‘nueva’ anterior”.

El poder obrero, movilizado a través de colectivos comunistas en todo el mundo, podría mucho mejor prevenir y controlar enfermedades pandémicas. El comunismo resolverá la contradicción entre ciencia y capitalismo aboliendo al capitalismo en sí. El trabajo científico será una actividad de masas al servicio de las masas.

En el capitalismo, los trabajadores más oprimidos en todas partes son los últimos en conseguir cualquier cosa que pueda serles útil. La Organización Mundial de la Salud predice que la mayoría de las personas en el mundo no se vacunarán hasta 2023 o después. Incluso el New York Times denuncia la injusticia racista de una fábrica en Sudáfrica donde los trabajadores producirán vacunas solo para la exportación, con quizás algunas dosis reservadas para la élite gobernante sudafricana.

La historia médica de EE.UU. y del mundo está saturada de racismo. (ver Bandera Roja v.11 #9). Actualmente, las tasas de mortalidad ajustadas por edad para las personas negras, indígenas y latinas en EE. UU. son 2 ½ veces más que las de las personas blancas.

Cuando el racismo impregna todos los aspectos de la vida, ¿por qué debería cualquiera de nosotros confiar en las autoridades? ¿Cuando los policías que asesinaron a Tamir Rice están libres? ¿Cuando una doctora negra muere de Covid-19 después de insistirles a sus médicos que ella no está recibiendo la atención adecuada? ¿Cuando las mujeres encarceladas que solicitan asilo descubren que han sido esterilizadas sin su consentimiento?

Pero tampoco podemos confiar en los rumores anti-vacunas. Algunas son obra de pequeños capitalistas promoviendo remedios no regulados, lucrativos e ineficaces. Más peligroso aun los anti-vacunas se están uniendo con los fascistas de teorías comspiratorias.

Por ejemplo, QAnon y Alex Jones circularon un rumor completamente desacreditado de que las vacunas hacen que las mujeres sean infértiles. Algunos creen en el rumor completamente falso de que las vacunas contienen microchips para que los gobernantes nos rastreen. Pueda que los que difunden estos rumores sean “enemigos de nuestros enemigos”, pero definitivamente no son nuestros amigos.

Los miembros de nuestro Partido y lectores Bandera Roja tienen la gran responsabilidad de hacer de nuestra literatura una fuente de información y análisis en la que las masas puedan confiar.

Un amigo supuso que los patrones quieren que el coronavirus, o tal vez las vacunas, nos mate. Un camarada estuvo de acuerdo en que a los gobernantes capitalistas no les importa si mucha gente muere, ya sea de hambre o de enfermedades prevenibles o en sus guerras.

Pero la pandemia está hundiendo su economía, que ya estaba en crisis. Los capitalistas de todas partes necesitan suficientes obreros y soldados sanos para proteger su poder y producir las mercancías y servicios que venden para obtener sus ganancias. Nos necesitan. Nosotros no los necesitamos.

“Las vacunas Covid generarán toneladas de dinero para la industria farmacéutica”, dijo un camarada. “No confío en ellos”.

No confiamos en ellos ni en los gobiernos capitalistas. Incluso cuando dicen estar a favor de distribuir las vacunas según las necesidades médicas, no según la capacidad de pagar. Todo su sistema de producción y distribución va en contra de este objetivo deseable.

Sólo el comunismo – ni siquiera el socialismo – opera en base al principio “de cada cual según su capacidad y compromiso, a cada cual según su necesidad”.

Un tercio de nuestra familia obrera mundial carece de agua limpia. La solución capitalista es financiar las vacunas mientras privatizan las fuentes de agua. La solución comunista sería movilizar a las masas para que todos tengamos agua limpia. Para que todos aprendamos, hagamos y practiquemos la ciencia que nos mantendrá a todos saludables.

Eso significaría una planificación colectiva para producir y distribuir vacunas del Covid-19 donde más se necesitan. Y capacitar a masas de personas para educar y vacunar a todos, rápidamente.

La comida que la mayoría de nosotros podemos comprar no es saludable. El aire que respiramos y el agua que tomamos no son limpios. El trabajo que hacemos – cuando estamos empleados – suele ser a menudo estresante, peligroso y ni siquiera es útil para la clase trabajadora. Los patrones nos explotan y se benefician de nosotros a cada paso. Lo mismo ocurre con el cuidado de la salud, incluso donde está “socializado”.

Estas no son razones para dejar de comer, beber, respirar y trabajar. Ni para rechazar las vacunas Covid-19 que los trabajadores de la salud esperan que salven vidas. Son razones para ingresar al Partido Comunista Obrero Internacional para luchar por construir el futuro comunista que las masas en todas partes necesitan.

Los Comunistas Luchan por el Bien Colectivo

“Las vacunas no salvan vidas”, declaró un epidemiólogo de Yale. “Los programas de vacunación salvan vidas”. Y tiene los datos científicos para probarlo.

El aspecto más importante del tema de las vacunas es lo que los capitalistas subestiman y llaman “distribución”. Nosotros lo llamamos movilizar a las masas. Esa es la clave que el comunismo puede brindarle a la salud pública.

El programa de vacunación de los capitalistas estadounidenses es más que caótico. Se basa en el individualismo, las ganancias, ganarle a la competencia internacional y el favoritismo no científico para los capitalistas y sus administradores. Cuando una camarada, trabajadora de hospital de Nueva Jersey, fue a recibir su vacuna, vio 600 personas con trajes al frente de la cola.

Todos eran empresarios que dirigen el hospital. Algunos eran de un grupo médico enorme que planea devorarse este hospital. Todos habían estado “trabajando” remotamente desde que comenzó la pandemia.

Un panel privado de los Centros para el Control de Enfermedades recomendó prioridades para la vacunación. No iban a incluir a ningún adulto mayor hasta que alguien notó que eso se vería mal. Todo tiene que ver con las ganancias capitalistas y su rivalidad internacional.

Un camarada trabajador médico en Texas dijo que si uno quisiera distribuir las vacunas eficientemente, primero se les daría a aquellos mayores de 65 años en todo el mundo y a los trabajadores esenciales (¡no a los obreros de Boeing!) que deben trabajar en espacios físicos chicos para satisfacer las necesidades de la vida. Y uno movilizaría a las masas para darles alivio distribuyendo el trabajo en más gente.

Al principio de la pandemia, un grupo de obreros de Boeing leyó dos artículos sobre la pandemia de la gripe de 1918 en Seattle. Un artículo atribuyó la propagación a la falta de disciplina entre los trabajadores. El otro culpó a los capitalistas y su cultura individualista.

La camarada de Nueva Jersey convenció a sus compañeros de trabajo a vacunarse con el argumento de que uno se la pone, no por solo por uno mismo, sino por el bien de las personas que nos rodean: para crear inmunidad colectiva. Los patrones llaman burlonamente a esto inmunidad de “manada”.

Sus compañeros de trabajo tampoco confiaban en las grandes farmacéuticas ni en el clima político. Pero la idea comunista del bien para todos ganó. Ella dijo que era más fácil lidiar con otras objeciones una vez que hizo el argumento en ese contexto. Luchar por el bien colectivo es un argumento poderoso para nuestro objetivo del comunismo.

En resumen, la política comunista es primordial. La capacidad comunista de movilizar a las masas liberará a la ciencia del capitalismo y promoverá la salud pública en formas que los capitalistas no pueden.

Camarada de Seattle (EE. UU.)

Debates Colectivos Sobre las Vacunas COVID-19

  1. ¿Cómo funcionan las vacunas? ¿Pueden darte Covid?

Las vacunas Moderna y Pfizer-BioNTec utilizan ARNm. Codifica instrucciones para que las células fabriquen una proteína de pico como la que usa el coronavirus para ingresar a tus células. Luego, tu cuerpo aprende a producir anticuerpos contra esa proteína de pico que evita que el coronavirus se replique y te enferme. Las vacunas de ARNm no pueden transformarse en virus. Sin embargo, es demasiado pronto para decir cuánto dura la protección.

Las vacunas AstraZeneca-Oxford, Johnson & Johnson y Sputnik 5 de Rusia utilizan versiones adaptadas y no replicables de un virus del resfriado común. Contienen materiales genéticos de la proteína de pico pero no del SARS-Covid-2. No pueden darte Covid. Después de la vacunación, las células producen la proteína de pico, lo cual estimula al sistema inmunológico para que ataque al virus.

Las vacunas china Sinopharm y la india Bharat Biotech utilizan virus de enfermedades inactivados para estimular fuertemente la respuesta inmunitaria del cuerpo. Esta es la tecnología utilizada para las vacunas contra la hepatitis A, la gripe, la poliomielitis y la rabia. Si el virus SARS-Covid-2 se inactiva cuidadosa y completamente, no te enfermará. Pero, ¿pueden las masas confiar en que estas empresas y sus gobiernos serán lo suficientemente cuidadosos?

Otras vacunas (MMR, viruela, varicela, fiebre amarilla) usan una forma debilitada del virus de la enfermedad para crear una respuesta inmune fuerte y duradera. Algunas personas padecen un caso leve de la enfermedad. Ninguna vacuna actual de Covid-19 utiliza esta técnica.

  1. ¿Qué de los efectos secundarios?

Setenta mil voluntarios probaron las vacunas de ARNm. Muchos experimentaron efectos menores a corto plazo (un día de fiebres leves, dolores musculares y fatiga, dolores de cabeza). Muy pocos tuvieron reacciones alérgicas peligrosas, pero estas son raras y tratables. Una vez que se hayan vacunado decenas de millones, los efectos secundarios serán más raros. Por supuesto, todavía no hay datos sobre los efectos a largo plazo, pero el riesgo es mucho menor que el de tener Covid-19.

  1. ¿Cómo podrían desarrollar las vacunas tan rápidamente sin tomar atajos peligrosos?

El alboroto hecho por Trump sobre vacunas “producidas velozmente” para auto-promoverse hace comprensible que muchos teman la interferencia política. Sin embargo, la verdadera pregunta es por qué la industria farmacéutica capitalista suele tardar tanto en desarrollar una vacuna. Algunas razones:

*Puede costar miles de millones de dólares obtener de un laboratorio una vacuna lista para usarse masivamente. Muy pocos candidatas a vacunas terminan obteniendo la licencia. Por lo tanto, las empresas farmacéuticas suelen esperarse más antes de realizar costosos ensayos clínicos. El comunismo eliminará este problema. En este caso, los gobiernos y las ONG se hicieron cargo del dinero, protegiendo a las empresas farmacéuticas de pérdidas y garantizando sus ganancias.

*Por lo general, reclutar personas dispuestas a participar en probar la vacuna se tarda más que durante la pandemia. En el comunismo podremos confiar en nuestros camaradas que practican ciencias, y una sociedad fundamentalmente colectiva nos animará a correr riesgos por el bien común.

*Las burocracias capitalistas son innecesariamente lentas con el papeleo regulatorio, como muchos de nosotros sabemos al obtener licencias de conducir o visas. En parte, eso se debe a que todo el mundo comprende que es probable que las empresas ávidas de ganancias tomen atajos y hagan trampa. En parte se debe también a que los trabajadores técnicos encargados de verificar la seguridad están inmersos en el estado capitalista. El comunismo resolverá ambos problemas.

Con las vacunas Covid-19, gran cantidad de esfuerzos previos desarrollaron las técnicas del ARNm y del virus del resfriado común. Por ejemplo, las vacunas de ARNm ya habían mostrado una fuerte inmunidad en estudios en animales con los virus de la influenza, el Zika y la rabia. Además, las vacunas de ARNm contra el cáncer se han utilizado en muchos ensayos clínicos en humanos. Y las vacunas de ARNm eliminan el laborioso trabajo de cultivar y aislar virus en grandes cantidades.

Muchos trabajadores científicos, técnicos y de producción trabajaron muchas horas extras. Pero todos los procedimientos estándar de prueba de vacunas estaban en su lugar. No se apresuró nada para que Trump se viera bien.

  1. ¿Por qué escucho que los trabajadores de la salud rechazan la vacuna?

Según un estudio de la Kaiser Family Foundation (diciembre de 2020), aproximadamente 3 de cada 10 (29%) trabajadores en un lugar donde prestaban atención médica dijeron que probablemente o definitivamente no tomarían la vacuna. Aproximadamente 7 de cada 10 esperaban tomarla, casi lo mismo que la población en general. Es decir, más del doble de trabajadores de la salud quieren la vacuna de los que no la quieren.

¿Por qué escuchamos más sobre los que se niegan? ¿Y por qué no escuchamos más sobre las personas que la quieren pero no pueden conseguirla? Son cuestiones políticas acerca de los medios capitalistas.

Estas discusiones continuarán. Estamos tratando colectivamente de aprender cómo lidiar con este proceso mientras luchamos por destruir el capitalismo.

Primera página de esta edición

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