Estados Unidos, 11 de febrero: “Tuve que dejar un país fascista cuando era niño”, farfulló un compañero de trabajo de Argentina, casi demasiado enojado para hablar. “¿Ahora tengo que dejar otro?”
Las emociones aumentaban conforme el Senado de EE. UU. votaba – como era de esperarse – para absolver a Trump de sus cargos de destitución. Trump toma su absolución como licencia para volverse más abiertamente dictatorial.
“¿Está La democracia muerta o muriéndose?” Muchos preguntan. Esa es la pregunta equivocada.
En cambio, preguntemos: “¿Cómo podemos las masas liberarnos? ¿Cómo podemos organizarnos para construir y administrar un mundo donde se satisfagan las necesidades de todos?” La respuesta no es “democracia”. Es “comunismo”.
Democracia en Acción: Dictadura Capitalista
La democracia es supuestamente “gobierno del pueblo”. Pero, ¿quién está gobernando y quién está siendo gobernado?
En este mundo capitalista, los capitalistas gobiernan. Algunos políticos son capitalistas como Trump y Bloomberg. Otros se vuelven capitalistas mientras están en el cargo, como Obama y Mitch McConnell. La mayoría dependen de sus patrocinadores capitalistas.
Siempre representan la pequeña clase que posee y se beneficia de casi todos los medios de producción. Sus leyes están respaldadas por la fuerza armada. Ejercen poder sobre la clase obrera industrial en Estados Unidos y otras partes del mundo y sobre las masas en general.
La famosa democracia del capitalismo estadounidense nos dice que “tu voto es tu voz”. Nos dicen: vota, luego cállate y trabaja. Especialmente, cállate en el trabajo. Esto no es “gobierno del pueblo”. Es la dictadura capitalista.
La administración Trump sugirió recientemente que se requiera la arquitectura “clásica” (grecorromana) para los nuevos edificios federales. Esto se parece a la rebelión nazi contra el “modernismo”. Pero la antigua Grecia fue la cuna de la democracia, y era una sociedad construida con mano de obra esclava. Lo mismo con Roma: incluso sus líderes más radicales solo permitían el derecho del voto a los hombres libres.
La arquitectura de las plantaciones del sur esclavista de EE.UU. honró la combinación griega de democracia y esclavitud. Eso incluía las mansiones de los “padres fundadores” Washington, Jefferson y otros. La democracia actual es una forma política mediante la cual los capitalistas mantienen su dominio sobre nosotros, sus esclavos asalariados. Es la otra cara del fascismo, no su opuesto.
La Revolución Comunista, No la Democracia, Derrotará al Fascismo
La democracia estadounidense siempre ha incluido aspectos del fascismo, incluso bajo presidentes demócratas. Exclusión, internamiento y deportación de trabajadores inmigrantes. Violento terror racista contra los trabajadores negros durante y después de la esclavitud, hasta el presente. Supresión de comunistas y otros combatientes anticapitalistas. Un estado cada vez más corporativo. Poderes ejecutivos en constante expansión.
La democracia no puede vencer al fascismo porque ambos tienen la misma raíz: el capitalismo.
El grito “Cualquier Demócrata es bueno” es un intento de intimidar a los muchos trabajadores y jóvenes alienados que odian a Trump para que voten en contra de sus intereses. Elegir un demócrata, como elegir un republicano, es votar por la explotación y la guerra, y las camisas azules fascistas llamados policías. ¡Mira el cruel historial racista del candidato demócrata Bloomberg!
¿Y Qué de Bernie?
Trump lo llama “comunista”. La revista Newsweek explica útilmente por qué no es: El comunismo “no tendría propiedad privada ni distinciones de clase”. Por el contrario, el socialismo “no rechaza los mercados, la propiedad o las ganancias, sino que busca regularlos con fines de justicia social”. Esta es la posición de Sanders, más exactamente llamada “socialdemocracia”.
El socialismo, históricamente, significaba la propiedad gubernamental de los medios de producción. ¡Sanders no tocará eso! El socialismo en la Unión Soviética y en otros lugares mantuvo los mercados, las distinciones de clase, el sistema salarial e incluso las ganancias. En ninguna parte condujo al comunismo. Por el contrario, inevitablemente condujo a un capitalismo no disfrazado.
El “Socialismo del Siglo 21” de Venezuela hizo lo mismo. Maduro acaba de entregar el control de la crucial industria petrolera de Venezuela a las empresas imperialistas.
La “revolución” de Sanders es la reforma. Su campaña socialdemócrata fomenta el anticomunismo. No es una amenaza real para la clase capitalista.
Movilizando para el Comunismo Puede Derrotar al Fascismo y Liberar a las Masas
Entonces, ¿cómo podemos las masas liberarnos? ¿Cómo podemos organizarnos para construir y administrar un mundo donde se satisfagan las necesidades de todos?
Necesitamos balas, no papeletas. Solo la insurrección armada y la revolución comunista – la dictadura de las masas trabajadoras sobre los capitalistas – pueden destruir el poder de los capitalistas quienes hoy nos explotan y gobiernan.
Para prepararnos para esa lucha, necesitamos movilizar a las masas para el comunismo ahora.
El objetivo comunista de un mundo sin propiedad privada o distinciones de clase debe encender la imaginación de los trabajadores y la juventud en todas partes. Un mundo donde la cooperación y el intercambio reemplazan a los capitalistas y los mercados.
Tal mundo pondrá fin a la base material del racismo, el sexismo, la xenofobia y más. Borrará todas las fronteras y barreras que nos dividen. En un mundo comunista, las masas tomarán todas las decisiones que nos afecten: desde nuestros lugares de trabajo hasta nuestros vecindarios y nuestro planeta.
Eso requiere organización. Ingresando al Partido Comunista Obrero Internacional hoy y construyéndolo, estas ayudando a crear el núcleo de esa organización. Cada copia de Bandera Roja que distribuyes, cada conversación que tienes sobre el comunismo, cada acción comunista que tomas hace una diferencia mucho mas grande que cualquier voto que jamás emitas.