India está inmersa en una violencia horrible, especialmente contra las mujeres, particularmente las mujeres musulmanas y de castas oprimidas.
En Unnao, en 2017, un miembro de la casta privilegiada del partido gobernante BJP violó a una niña de 17 años. Su padre murió en prisión después de ser arrestado en 2018 con algún pretexto. En julio de 2019, la joven resultó herida y tres familiares murieron cuando un camión embistió su automóvil. Los violadores prendieron en fuego a la joven, asesinándola cuando iba a testificar contra ellos más tarde ese año.
En la Cachemira Ocupada por la India, en 2018, hombres hindúes de castas más altas secuestraron a una niña musulmana de 8 años que pastaba el ganado de la familia. La retuvieron en un templo y la violaron durante semanas. ¡Muchos protestaron contra los violadores, pero los partidos políticos hindúes protestaron por el encarcelamiento de los violadores!
Los dalit son el grupo de menor estatus en la India. En julio de 2019, una mujer dalit declaró que su cuñado había sido asesinado bajo custodia policial. En venganza, la policía la arrestó y la violaron en grupo.
En noviembre de 2019, cuatro hombres (tres hindúes y un musulmán) violaron en grupo a una veterinaria de 26 años en Hyderabad. Los partidos hindúes de derecha difundieron nombres musulmanes falsos para todos los acusados. Los parlamentarios pidieron su linchamiento.
La policía llevó a los acusados a la escena del crimen. Los mataron allí, alegando que intentaron apoderarse de las armas de la policía y escapar. El investigador a cargo ya había organizado tales ejecuciones extrajudiciales antes.
Swami Nithyananda es uno de los muchos “dioses” multimillonarios capitalistas de la India. Huyó de India recientemente en medio de cargos de violación y abuso infantil y compró una isla frente a Ecuador. Los funcionarios indios afirmaron que se fue sin pasaporte, aunque uno no puede ingresar a un aeropuerto en India sin uno.
¿Por qué una simple palabra como “No” es tan confusa en una sociedad tecnológicamente avanzada? El destacado actor indio Mahmood Farooqi fue condenado en 2016 por violar a una estudiante en la Universidad de Delhi. ¡Un juez de la corte superior anuló su condena y dijo que un “débil no” puede significar “sí” al sexo!
La violación ha sido durante mucho tiempo un arma en tiempos de guerra. Hoy también es un instrumento de poder en tiempos de supuesta “paz”. Al igual que otras formas de opresión, la cultura de la violación crea un miedo generalizado. Esto ayuda a los capitalistas a robar plusvalía, mediante la mano de obra barata o no remunerada, de los trabajadores que temen desafiar las jerarquías de clase y casta. También conduce a la violación, el abuso doméstico y la agresión sexual de mujeres de clase privilegiada que perpetúan su estatus de segunda clase.
Las mujeres que lideran la lucha contra el fascismo y la islamofobia en India hoy día están rompiendo las cadenas del miedo. Están vinculando su propia liberación con la de la clase trabajadora y la de todas las masas oprimidas.
Estas mujeres y los hombres que luchan junto a ellas deben reconocer que solo podemos acabar con la violencia contra las mujeres, los musulmanes y trabajadores en general, es destruyendo el sistema capitalista que los perpetúa. Eso significa movilizar masas para una sociedad comunista.
El capitalismo prospera en la división. En contraste, el comunismo requiere unidad. Los comunistas no toleran la violencia machista. Nos educamos a nosotros mismos y a los demás para relacionarnos con los trabajadores y las masas en general como camaradas.
Con la victoria de la revolución comunista, las masas construirán un mundo que finalmente terminará con la opresión.