SEATTLE (EE. UU.) – “Estamos atrapados en el capitalismo”, afirmó un amigo en Boeing. ¿Es cierto esto?
Todos los días, los medios de comunicación capitalistas nos mienten sobre cuán resistente es el capitalismo. Nos dicen que ningún otro sistema lo iguala. Cuando nuestra fe en este sistema es sacudida, culpan a fuerzas externas temporales e impredecibles.
Los sabelotodo financieros se preocuparon abiertamente de que se dé una recesión mundial después de que las bolsas de valores mundiales se desplomaran en la última semana de febrero y nuevamente el 9 de marzo. Los economistas de los capitalistas incluso la nombraron la “recesión del coronavirus”.
Por meses, los trabajadores de Boeing han estado discutiendo las contradicciones internas de la producción capitalista. La principal siendo la contradicción dialéctica entre las enormes fuerzas de producción (fábricas, máquinas, trabajadores, etc.) y las relaciones de producción capitalistas.
Los capitalistas poseen y controlan las fábricas, máquinas, etc. Para que la producción prosiga, los trabajadores están forzados a someterse a una específica clase de relación con el capitalista.
Esta relación de producción es involuntaria. El sistema nos obliga a someternos a la explotación para poder sobrevivir. De ahí el término “esclavitud asalariada”.
El capitalismo también requiere mercados y producción para la venta. Las ganancias son el objetivo. Los capitalistas deben competir por la mayor cuota del mercado. La sobreproducción es inevitable. Es la fuerza impulsora detrás de la debacle MAX de Boeing.
Si hay una catástrofe económica global inmediata, no será por el coronavirus. Será porque las contradicciones inherentes del capitalismo lo debilitan.
“Todo lo que necesitas es empujar la economía con tu dedo meñique, y esta se desmoronaría”, dijo otro obrero de Boeing.
Algunos expertos en negocios admitieron que el virus era “un desencadenante”. Culparon a otras debilidades económicas como los aranceles y la floreciente guerra comercial. Pero los aranceles no causaron la debilidad. Fueron el resultado de la debilidad: la sobreproducción global causada por las contradicciones internas de la producción capitalista.
El Comunismo le Gana al Capitalismo Sin Lugar a Dudas, Especialmente en Emergencias
Las relaciones de producción comunistas crearán un sistema mucho más resistente. Las relaciones comunistas se basan en movilizarnos para nuestras necesidades colectivas, no por ganancias. Esta movilización se basa en el compromiso comunista voluntario. Tal compromiso no surge espontáneamente. El PCOI está dedicado a luchar por ello, ahora y en el futuro.
Los trabajadores comprometidos con el comunismo verán la producción de manera diferente. Tomarán la iniciativa, no esperarán órdenes. Esto contrasta marcadamente con el cinismo y la alienación que presenciamos hoy en la fábrica.
La producción comunista también es infinitamente más flexible. No está obstaculizada por la necesidad de producir ganancias para una empresa o nación.
Cuando un área sufra un desastre, otras áreas entrarán en acción. Lo que sea producido o cultivado en cualquier lugar será para las necesidades colectivas de todos nosotros. No estaremos a merced de un salario.
A veces los productores capitalistas responden a una catástrofe, pero generalmente es para extraer ganancias exorbitantes. Los trabajadores no pueden costearse lo producido, incluso medicamentos o tratamientos que salvan vidas.
Las relaciones de producción comunistas nos permitirán tomar decisiones, basadas el bienestar de las masas, sobre qué y cuánto producir. Por ejemplo, podríamos tener docenas de instalaciones listas para producir kits de prueba como las del coronavirus. No más limitaciones debido a preocupaciones de hacer o hacer ganancias.
Trabajar colectivamente por nuestro bien común nos ayudará a enseñarnos a confiar el uno en el otro. Estos lazos de confianza ayudarán a sentar las bases de la colectividad comunista en toda la sociedad. Nuestras instalaciones de producción no solo crearán los bienes materiales que necesitamos, sino que también activarán a las masas comunistas. Ninguna fuerza en la tierra es mayor.