No Somos Solo Víctimas, Podemos Ser Luchadores por un Cuidado de Salud Comunista
Si desea un panorama previo del caos mortal que se producirá cuando los capitalistas decidan «abrir la economía», basta con mirar el hospital en el que trabajo. Hemos estado viviendo (y muriendo) bajo reglas similares a la recientemente revisada política del CPE (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades).
Mis compañeros de trabajo ya no se autoponen en cuarentena por 14 días si han sido expuestos al Covid-19. Si no se están muriendo parados, se les exige que continúen trabajando. No se requieren pruebas completas para volver al trabajo, solo algunas máscaras (si están disponibles) y chequeos diarios de temperatura.
Mis compañeros de trabajo me llaman todos los días. Me dicen que me extrañan, pero que debo mantenerme fuera del hospital. Todos los pisos, excepto uno, están «calientes». Más de cien casos confirmados del COVID-19.
¿Quién sabe cuántos casos hay realmente? Los cadáveres se están acumulando.
El sistema de atención médica por ganancias de EE. UU. no solo ha dificultado el tratamiento de las personas con el virus, sino que los trabajadores que tienen otros problemas de atención médica no pueden obtener la atención que necesitan. Soy uno de esos trabajadores.
Recientemente me dijeron que necesitaba cirugía para descartar una posible neoplasia maligna. Lo consideraron lo suficientemente emergente como para programarme. A nivel nacional no se realizan cirugías electivas, solo emergencias.
Veinticuatro horas antes de mi cirugía eso cambió. Mi cirugía ahora no se considera una emergencia. Podría tener que esperar hasta tres meses para obtenerla.
No soy la única. Están posponiendo cirugías para personas que ya tienen un diagnóstico de cáncer. Los médicos les están diciendo a sus pacientes cardíacos que necesitan cirugía de bypass que se queden en cama hasta que puedan programarles su cirugía.
Los epidemiólogos llaman a las muertes causadas por este tipo de retrasos «exceso de mortalidad». Es una cantidad enorme no registrada durante crisis médicas como esta pandemia.
Es mas, no puedo ingresar a la sala de operaciones si tengo un resultado positivo para COVID-19. Es por eso que mis compañeros de trabajo me dicen que me mantenga alejado. A pesar de las declaraciones juradas de dos médicos de que estoy en alto riesgo, el hospital aún no me ha otorgado licencia no remunerada.
Muchos otros trabajadores de la salud enfrentan opciones sombrías similares: perder su trabajo o perder su salud.
De otra manera, mejor, no estoy sola. Tan pronto como recibo la Bandera Roja, la paso a mis compañeros de trabajo, familiares y amigos. Un pariente mío siempre pensó que lograr el comunismo era imposible. Ha cambiado de opinión.
El capitalismo hace lo de siempre. Miles de millones para rescatar las corporaciones y los trabajadores tenemos que luchar por nuestras vidas. Si tenemos que luchar por nuestras vidas, luchemos por la asistencia sanitaria comunista.
Camarada de atención médica en Nueva Jersey (EE. UU.)
Nueva York: los trabajadores del hospital de Harlem exigen insumos
«A veces hay que Demoler y Empezar de Nuevo»
Trabajador de mantenimiento de hospital jubilado: estoy leyendo Bandera Roja. Me encanta. Gracias. Estaba pensando, ¿aprenderemos algo después de este? No lo hicimos después del último o del anterior. Podría retroceder hasta la Gripe Española. Los patrones tienen tanto dinero, sin embargo no se prepararon. Cómo solucionarlo: subsidio fácil, control de alquileres, no desalojos y no ejecuciones hipotecarias. Medicare para todos, reformar el cuidado de salud.
Camarada: ¿Realmente cree que estas reformas harán una diferencia para nosotros? ¿Durarán?
Jubilado: Era una forma sarcástica de decir: son buenas acciones, pero creo que es demasiado tarde. Aprendí en la construcción de edificios que la renovación tiene un propósito. A veces los edificios son irreparables. Tienes que demoler y comenzar de nuevo. Es saludable y los fracasos del pasado siempre conducirán a un futuro mejor. ¿Cómo crecemos de aquí? Creo que este es un momento de gran oportunidad.
¿Que hemos aprendido? ¿Qué del dinero? ¿Mereció la pena? ¿No es hora de probar algo nuevo? Fresco, con nuevos valores.
El corazón y las mentes de la clase trabajadora darán la bienvenida a un cambio radical. Nosotros, la clase obrera, ya no estamos dispuestos a derramar más sangre para que los patrones puedan tener más miles de millones. No más del mismo capitalismo.
Camarada: ¿Está bien si imprimimos sus comentarios en el periódico?
Jubilado: ¡Por supuesto! La gente esta hambrienta por orientación, por esperanza. Estoy paso 18 horas al día hablando con amigos y familiares. Necesitamos proveerles un mensaje claro, para que nadie sea aprovechado mientras sea vulnerable. Veo disturbios civiles. Espero hablar contigo pronto.
Camarada: ¡Seguro! Mientras tanto, envía el periódico a todos los amigos y familiares con los que estás hablando. También me encantaría escuchar lo que piensan.