Comunismo Acabará con el Racismo y el Desamparo

Racismo, Covid-19 y la Crisis de la Vivienda del Capitalismo: ¡El Comunismo es la Orden del Día¡

No te puedes “encuarentenar en tu casa” si no tienes casa. Esa es la situación por lo menos de millones de miembros de nuestra familia de la clase obrera en todo el mundo.

No puedes “encuarentenarte en tu casa” de manera segura si estas entre los mil 800 millones de personas con viviendas extremadamente inadecuadas. En las barriadas urbanas o en la miseria rural desde la India a China, desde Brasil y a EE.UU. Desde Ciudad del Cabo a Madrid a Yakarta. Incluso en las ciudades más ricas del mundo.

Rico, pero abarrotado de gente, Manhattan, Nueva York, tiene 73,000 personas por milla cuadrada. El barrio pobre de Dharavi en Mumbai tiene casi diez veces más.

Unas 800,000 viviendas estadounidenses carecen de agua potable. La Organización Mundial de la Salud estimó el año pasado que 3 mil millones de personas en todo el mundo carecen de instalaciones básicas para lavarse las manos. Covid-19 devasta sus comunidades mientras que las empresas privadas que venden agua se lucran.

Las religiones pueden declarar que “la dignidad de la persona humana es la base de una visión moral para la sociedad”. Pero el capitalismo no nos permite vivir así. No puede. Su sistema monetario – salarios, mercados y máximas ganancias) no se lo permite.

Solo el comunismo puede reconocer y activar las habilidades de todos. Solo el comunismo proveerá a cada uno según su necesidad.

La Propiedad Privada es Robo y Asesinato

Individuos o pequeñas empresas poseen tres cuartas partes de las unidades de alquiler en EE.UU.. Al igual que la mayoría de los “propietarios” de casas, están enjaranados con los verdaderos propietarios, los bancos. Estos bancos están desbordándose de ganancias chupadas del sudor y la sangre de los trabajadores.

No podrás “encuarantenarte en tu casa” si eres desalojado por no poder pagar la renta o eres desposeído por poder pagar la hipoteca. Solamente en EE.UU., el Covid-19 ha llevado a este lobo a la puerta de decenas de millones de trabajadores.

Por eso, las organizaciones de inquilinos convocaron una huelga de alquileres este 1º de Mayo. Algunas ciudades y Estados de EE.UU. están congelando los desalojos. Pero los cobros siempre quedan pendientes. Las leyes que protegen la propiedad privada son mucho más fuertes que cualquier protección para los miembros más vulnerables de nuestra familia obrera.

Y luego, el número de personas que son desalojadas, o que se van a vivir con familiares, se disparará. También lo harán las muertes por Covid-19, el estrés y otras causas.

No tiene que ser así. Las huelgas de alquileres muestran el potencial de la solidaridad y la acción de masas. Pero necesitamos abolir la propiedad privada. Eso requerirá una movilización masiva para la revolución comunista. Expropiaremos viviendas y mansiones vacías y las pondríamos a buen uso. Planificaremos, construiremos y ocuparemos colectivamente las clases de viviendas (viejas y nuevas) que satisfagan nuestras necesidades.

Los habitantes de barrios marginales en todas partes son muy ingeniosos, y a menudo colectivos, en proveerse un techo. ¡El comunismo liberará su creatividad y poderío!

Para que eso suceda, más lectores de Bandera Roja deben ingresar al Partido Comunista Obrero Internacional. Los miembros actuales deben ayudar a los camaradas más nuevos a construir colectivos entre sus compañeros de trabajo, amigos, familiares y vecinos.

La Vivienda es Cuestión de Clases – También lo es el Racismo

Dentro de la clase trabajadora, la vivienda refleja el racismo. Veamos el quinto ingreso más bajo de la población de EE.UU. o el quinto ingreso más alto o cualquier grupo intermedio. Siempre, un porcentaje mucho menor de familias negras son dueñas de sus casas que familias blancas. No importa cuál sea su género, estado civil, edad, ubicación o nivel de escolaridad.

Los bancos rechazan las solicitudes de hipotecas de personas negras y latinas a tasas dramáticamente más altas que las solicitudes de personas blancas, incluso con las mismas calificaciones crediticias.

Los programas de subsidios están supuestos a ayudar a los más vulnerables. Pero en Nueva Orleans, donde el 99% de los receptores de estos subsidios son afroamericanos, cuatro de cada cinco casatenientes se niegan a aceptar los cupones.

Antes del Covid-19, la mitad de todos los hogares estadounidenses vivían de cheque en cheque, incluido el 80% de los trabajadores. La mitad de todos los hogares negros y latinos tenían menos de $ 1,500 en el banco – si tenían una cuenta bancaria. ¡Ni siquiera un mes de reserva! La mitad de los hogares blancos con cuentas de ahorro tenían menos de $ 9700. Si escatimaban, eso podría durar unos cuantos meses.

Después de la Segunda Guerra Mundial, el imperialismo estadounidense promovió la propiedad de viviendas como el “Sueño Americano”. Esta fue una respuesta a la ola de huelga masiva de 1946-47. Era parte de su estrategia anticomunista.

Crearon vecindarios “solo para blancos” prohibiéndoles a negros, latinos y asiáticos comprar casas en ciertos lugares. La política de viviendas de EE.UU. era segregar los complejos de vivienda pública.

Los veteranos de guerra blancos (pero no los negros) obtuvieron préstamos gubernamentales sin enganche alguno. El mensaje para los trabajadores blancos, en medio de un creciente movimiento antirracista internacional, era que su seguridad económica dependía de la segregación racial. Los trabajadores negros recibieron el mensaje de que no podían confiar en los trabajadores blancos.

La clase dominante de Estados Unidos se ha beneficiado enormemente de esta estrategia de divide y vencerás. Consecuentemente, el nivel de vida de los trabajadores ha disminuido constantemente durante 50 años.

Los trabajadores pagan con sus vidas. Los hombres en el 1% más rico viven, en promedio, 15 años más que el 1% más pobre. Para las mujeres, la diferencia es de 10 años.

Todos los trabajadores avanzarán luchando por unificar a nuestra clase para destruir este sistema mortal. Los comunistas construyen esta unidad revolucionaria ahora para construir un mundo sin propiedad privada, salarios y explotación que conforman la base material del racismo.

La pandemia Covid-19 hace esto más urgente que nunca.

“Cuando los capitalistas colocan a los trabajadores en una posición tal que inevitablemente enfrentan una muerte prematura y antinatural, cuando privan a miles de las necesidades de la vida, los colocan en condiciones en las que no pueden vivir; saben que estas miles de víctimas deben perecer, y, sin embargo, permiten que estas condiciones se mantengan, su acto es un asesinato tan seguro como el hecho de un solo individuo; asesinato encubierto y malicioso contra el cual nadie puede defenderse, que no parece ser lo que es, porque nadie ve al asesino, porque la muerte de la víctima parece natural, ya que el delito es más de omisión que de comisión. Pero sigue siendo asesinato”. F. Engels, 1845, Condición de la clase obrera en Inglaterra.

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Primera página de esta edición

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