Construyendo el Comunismo Internacionalmente: los Trabajadores en Todas Partes Son Más Similares que Diferentes
DELHI (India) – “Nuestro hermano negro en Estados Unidos fue asesinado por la policía. Debemos responder rápidamente a este volante del PCOI”, dijo un camarada. “En el comunismo esto nunca sucederá. Necesitamos el comunismo. Eso significa más comunistas ahora”. El llamado se propagó rápidamente. Otros camaradas en Delhi se reunieron esa noche y contactaron a trabajadores en Bangalore y Chennai.
En reuniones emocionales y airadas en las tres ciudades, los camaradas acordaron reescribir el volante para reflejar las similitudes entre los asesinatos de George Floyd y Faizan, de 23 años, en Delhi.
Faizan y sus amigos participaron en una manifestación masiva contra las leyes ciudadanas xenófoba de la India el 23 de febrero. Mientras caminaban a casa, sufrieron un ataque sostenido de las fuerzas paramilitares. Cinco de ellos fueron severamente golpeados. Mientras yacían sangrando, la policía fascista comenzó a torturarlos. Filmaron un video de policías obligándolos a cantar el himno nacional.
Durante dos días fueron torturados en la estación de policía. Faizan sucumbió a sus heridas. La familia encontró su cuerpo con la mandíbula, el cráneo y otros huesos y rotos. Estuvo entre varias docenas de personas que murieron en Delhi luchando contra las leyes ciudadanas fascistas.
Nuestro volante comparó los asesinatos de George y Faizan. El capitalismo es una máquina de matar. Innumerables dalit, musulmanes e inmigrantes en la India enfrentan el mismo destino que los trabajadores negros, latinos e inmigrantes en los EE. UU., Europa, en las favelas brasileñas y los barrios segregados de Sudáfrica.
Algunos amigos y camaradas creían que los trabajadores en Estados Unidos y Europa no sufren como los trabajadores aquí. A menudo esto los llevó a concluir que sería difícil ganar trabajadores para el comunismo allí. Estos mismos amigos creían que los trabajadores hindúes en la India no se unirían a la lucha contra el capitalismo.
En recientes manifestaciones masivas en la India, mujeres y hombres, laicos, hindúes, musulmanes, dalit, lucharon hombro con hombro contra la policía fascista. Esta unidad de la clase trabajadora en las calles se tradujo en el reclutamiento de trabajadores y estudiantes de diferentes orígenes al Partido Comunista Obrero Internacional.
Nuestras reuniones discutieron cómo el capitalismo trata de dividirnos por género, nacionalidad, religión, casta, cultura, idiomas y más. Sus medios y cultura refuerzan esto. Las rebeliones masivas multirraciales en EE. UU., a veces violentas, han destrozado el mito de que los trabajadores y los jóvenes en EE. UU. no pueden ser ganados al comunismo.
Guadalajara, México
Un trabajador de la costura, lleno de emoción, dijo: “George es mi hijo. Todos somos iguales.» Esto es profundo. Abre la puerta para reclutar y entrenar ahora a nuevos líderes comunistas.
Publicamos nuestro volante en cuatro idiomas. Los llevamos a nuestros vecinos. La mayoría de nosotros vivimos en áreas que están bajo una cuarentena extremadamente estricta. Pero convertimos esto a favor nuestro. Los vecinos y amigos nos invitaban a sus hogares, en vez de mantenernos en la puerta, para que la policía no nos viera. Esto nos permitió tener conversaciones más profundas sobre el comunismo y la construcción de un partido de masas.
En los hogares de los obreros, podemos conocerlos más íntimamente. Aprendemos sobre sus familias, sus dificultades proveerse comida, la mala atención sanitaria y médica, y sus deudas. Explicamos pacientemente cómo todo esto proviene del capitalismo y cómo nada de esto existirá en una sociedad comunista basada en satisfacer nuestras necesidades – no en producir ganancias. Como podemos, llevamos comida a las familias que viven en las situaciones más difíciles.
Hemos vivido en las mismas áreas por años, incluso décadas. Conocemos bien a nuestros vecinos. Pero como organizadores comunistas ahora vemos nuestras relaciones de manera diferente. Solíamos compartir nuestras historias comunes penurias y de la vida. Ahora entendemos que todos somos lo mismo y la única solución es la revolución comunista.
Hemos reclutado a muchos obreros y estudiantes al PCOI desde el asesinato de George Floyd. Nuestro Partido se ha expandido más allá de tres ciudades. A medida que más y más trabajadores en todas partes vean que somos similares, que nuestras diferencias nos enriquecen en lugar de dividirnos, estamos en camino hacia la revolución comunista.
«Misma historia, suelo diferente»