El Salvador. – “Las mascarillas que nos dan son de tela, son inseguras, ¿porque no nos dan mascarillas quirúrgicas?” le discute una obrera a la supervisora.
“Si quieren de esas, cómprenlas ustedes, porque la empresa no tiene dinero para comprar”, la supervisora le contestó.
Una mascarilla quirúrgica tiene un precio aproximado de $1 y solo sirve de uso 6 horas. Las y los obreros ganamos $9 al día, mientras el patrono se embolsa millones de dólares. Esta es la realidad a que nos enfrentamos como clase obrera.
Como obreras/os organizados en el PCOI, el retorno a la fábrica nos ha hecho analizar, que, con nuestra fuerza de trabajo, somos la condición fundamental de la producción. Sin nosotros, las fábricas no son más que vientos, edificios y maquinas. Los patronos por sí solos, son inútiles. Los transformadores de la materia prima en cosas útiles para la sociedad somos nosotros las obreras/os.
En la primera apertura de las empresas, a pesar de la curva ascendente del Coronavirus, las maquilas abrieron las labores para sus trabajadores que, desde el mes de marzo, se les había suspendido los contratos. Pero todavía hace falta un 25% de trabajadores, que no han sido incorporados. En la planta donde laboramos, solo estamos llegando aproximadamente 670 obreras y obreros, pues aún el transporte colectivo no ha entrado a sus labores y eso hace que todavía muchos obreros sigan suspendidos.
Sin recibir ningún salario, camaradas, lectores y amigos del Partido, están esperando su retorno a sus labores, incluyendo la doctora con la cual pasábamos consulta médica.
El actual gobierno de Nayib Bukele, prometió que iba obligar a los patronos a pagar por los meses en que se les suspendieron los contratos a los obreros. Pero, gobierno y patrono son alas del mismo pato.
Nos hemos visto con camaradas del Partido Comunista Obrero Internacional dentro de la fábrica y hemos tenido conversaciones de cómo hacer el trabajo organizativo en esta nueva situación. Antes teníamos aproximadamente 45 minutos para almorzar, hoy solo 30. También hemos aprovechado para discutir sobre la situación mundial y la forma en que realizaremos las reuniones de célula y ampliadas del Partido.
Hemos hablado de como los patronos nos han querido dejar morir de hambre, pero que hemos tenido la solidaridad de nuestra clase a través del Partido, organizados en otras partes del mundo y que eso nos ha ayudado a mantener en alto la moral de todos los miembros del PCOI en este país.
Reanudaremos las reuniones de célula con los miembros del PCOI que estamos laborando, y continuaremos con el resto, cuando comiencen a funcionar los medios de transporte colectivo. Estamos nuevamente en la trinchera, en nuestro centro obrero a la conquista de nuestra clase por el Comunismo. Hemos tenido discusiones uno a uno, estamos aprendiendo a usar nuestro grupo en WhatsApp, las videollamadas y poder estar presente en las reuniones nacionales e internacionales.
Hoy más que nunca hemos podido ver la necesidad de seguir luchando directamente por el Comunismo. Como PCOI seguimos en lucha ideológica activa, pues para nosotros, estar organizados es el arma que garantiza la unidad para la victoria comunista.