Este reporte es una pequeña parte de discusiones que hemos tenido con dos ex guerrilleros del FMLN sobre cómo organizaron la seguridad en las áreas liberadas durante la guerra civil (1979-1992). Masas de trabajadores rurales y urbanos lucharon contra el ejército y escuadrones de la muerte del asesino gobierno fascista salvadoreño respaldado por EE.UU. Sus experiencias ayudan a mostrar cómo la sociedad comunista lidiará con la seguridad, sin policía, cuando las masas dirigidas por los comunistas dirijan todos los aspectos de la vida.
Bandera Roja entrevistó a dos ex miembros del FMLN. Uno de ellos es ahora lector de Bandera Roja y el otro es miembro del Partido Comunista Obrero Internacional. Ellos, y otros camaradas, tienen algún conocimiento sobre cómo combatir las malas actitudes dentro de un proceso revolucionario.
Preguntamos: “¿Como se mantenía la seguridad y la disciplina en los frentes de guerra durante el conflicto armado en este país, como se solucionaba si se daba un caso de mala conducta, de robo, traición?”
“La crítica y la autocrítica, el centralismo democrático, así lo llamábamos en ese tiempo, nos ayudó a superar algunos problemas de indisciplina que se dieron en las zonas liberadas”, nos respondió un antiguo militante del FMLN. Toda su familia estaba organizada para los inicios de los años 70 en el norte de Morazán.
Siguió relatando, “Tuvimos algunos problemas con compas (compañeros) que cuando andábamos cerca de la carretera, detenían carros y les pedían dinero, sin autorización del mando. Esto lo descubríamos rápido, porque nosotros no andábamos dinero y si alguien aparecía comprando cosas en alguna parte que íbamos pasando, rápido lo deteníamos.
“En casos como el de un compañero, al hacerlo ya varias veces, y no tener conciencia del papel revolucionario que estábamos tratando de aprender y enseñar, como castigo, el mando político le decomisaba el fusil, se le reducía la ración de la comida y andaba con nosotros, pero estaba mas expuesto por andar sin arma.
“Algo así como policía militar no teníamos, era más la lucha política e ideológica que el mando hacia con nosotros. Cuando nos organizamos nos dieron a estudiar un libro llamado ‘Los 15 Principios del Guerrillero’ allí nos decía como debía ser el hombre nuevo de la sociedad”.
Luchando por Desarrollar Camaradas
Otro exmiembro del FMLN me dijo: “Mira vos, yo estuve en un proceso donde se acusaba a dos compañeros, los cuales los habíamos capturado en un combate, y después se quedaron incorporados con nosotros en la guerrilla. La acusación que les hacían; era que traían conductas de drogas que les habían enseñado en el cuartel. Éramos siete compas que éramos como el jurado. Deliberamos por mucho tiempo. Éramos cinco contra dos. Los querían ajusticiar por esa supuesta falta.
“Tuvimos muchos errores y yo no quería cargar con uno más. Les comenté que yo había estado en un combate junto con estos dos acusados y que en ningún momento les había visto malas actitudes. Que, al contrario, en una acción que hicimos, nos hirieron a un compa y que estos ex soldados en vez de huirse o desertarse, lo sacaron de la zona y se lo llevaron a la población civil para que lo curaran y se recuperó.
“Yo les decía en el debate con los otros compas del jurado, que nunca los vi con ganas de irse nuevamente con los soldados, al terminar el combate se presentaron ante el mando y le entregaron el fusil recuperado del compa herido. Al finalizar la guerra, ellos salieron como comandantes militares. ¿Qué tal si los hubiéramos pasado por las armas? Yo siempre pensé que había que estudiar bien los casos y no actuar como que éramos cuilios (policías)”.
Estas y muchas otras experiencias muestran que las masas comunistas pueden y van a administrar la sociedad colectivamente sin patrones ni policías. Alentaremos y fomentaremos la participación de todos de una manera que fortalezca la colectiva.