Brutalidad Policial: Necesitamos Organizar para el Comunismo
SUDÁFRICA, 9 de julio – Desde que la pandemia de COVID-19 azotó el mundo, el caótico e inhumano sistema capitalista ha quedado al descubierto para que todos lo vean. El «fracaso» del sistema capitalista en responder a la amenaza planteada por la pandemia es realmente un resultado esperado. Es el resultado natural del capitalismo mundial atrapado en una profunda crisis económica de sobreproducción y drástica disminución en la tasa de ganancia. Su salida es el fascismo y la guerra.
El capitalismo, impulsado por el interés propio y la explotación, mata diariamente a muchas de las masas pobres de todo el mundo.
Han pasado tres meses desde el confinamiento obligatorios aquí en Sudáfrica. La fuerza capitalista ha estado en pleno flujo destruyendo vidas, ya sea por pérdida de empleos o por la policía y los soldados matando ciudadanos. La brutalidad policial es utilizada por los capitalistas para intimidar y proteger sus intereses.
Desde el brutal asesinato de George Floyd, muchas personas en todo el mundo han salido a las calles para protestar contra la brutalidad policial. Estos movimientos, errónea o conscientemente, se han centrado solo en los elementos racistas de la brutalidad policial capitalista.
El énfasis principal en el aspecto racial de la brutalidad policial solo se centra en los síntomas del capitalismo. La brutalidad policial no es un problema «racista» en sí mismo; más bien, el racismo y la brutalidad policial son el resultado del sistema capitalista inmoral. El capitalismo creó el racismo y, a mediante el imperialismo, lo esparció por todo el mundo. Esto ha creado una mentalidad racista en las fuerzas policiales de todo el mundo.
La brutalidad policial se encuentra en todos los países: la policía negra lo desata contra las masas negras, la policía india contra los indios, etc. El capitalismo utiliza la policía para proteger la riqueza de los capitalistas mientras intimidan y matan a los pobres.
Recientemente en Sudáfrica, un hombre fue brutalmente golpeado por la policía y se arrodillaron sobre él mientras estaba desnudo. La policía estaba actuando según las instrucciones que recibió del alcalde de Ciudad del Cabo que, a su vez, estaba tratando de proteger la «tierra / propiedad privada» de los capitalistas. La casa (choza) de este hombre fue destruida.
Los capitalistas en Ciudad del Cabo quieren que las masas sean desalojadas porque no pagaron por la tierra en la que construyeron sus hogares. El capitalismo, en su búsqueda de ganancias, provoca que muchos hermanos/as de la clase obrera se mueran de hambre, pobres sin hogares ni refugios. Destruye vidas y usando a la policía mata brutalmente y golpea a los trabajadores para intimidarlos.
Para enfrentar el racismo y la brutalidad policial, necesitamos destruir el capitalismo. Necesitamos una revolución comunista. Los trabajadores de todo el mundo deben construir y luchar por el comunismo para destruir el sistema capitalista.
Sobre las cenizas del capitalismo, necesitamos construir una sociedad que esté impulsada por el esfuerzo colectivo de cuidarnos mutuamente, que produzca cosas para satisfacer las necesidades de las masas. Necesidades tales como vivienda, alimentación y seguridad.
Las contradicciones del capitalismo amplificaron la pandemia, y han sido amplificadas por ella, han ocasionado que muchas personas desilusionadas tengan quejas y enojos con el sistema. Estos agravios brindan a los trabajadores la oportunidad de convertirlos en una ira organizada destinada a deshacerse del capitalismo y marcar el comienzo de un nuevo mundo comunista.
La creciente brutalidad policial hacia las masas muestra una debilidad del sistema capitalista. Necesitamos darnos cuenta y aprovechar estas oportunidades. Necesitamos intensificar nuestra lucha, organizarnos como una clase trabajadora internacional para luchar contra este sistema de explotación. Para hacerlo, necesitamos un partido comunista (PCOI), para unificar los colectivos, profundizar nuestra comprensión y aplicación de la filosofía del cambio: el materialismo dialéctico. Es nuestro mundo que ganar.
Nairobi, Kenia, 8 de junio, 2020
Los Comunistas Luchamos para Destruir el Racismo
Es chévere que tantas personas en todo el mundo estén teniendo conversaciones sobre el racismo sistémico. ¿De dónde viene? ¿Son las personas naturalmente racistas? ¿Qué hacemos al respecto?
Muchas personas que no tienen un análisis comunista de la fuente del racismo tratan de encontrar soluciones individuales a un problema que en realidad es causado por el sistema bajo el cual trabajamos. Muchos liberales blancos (y gente negra al referirse a ellos) usan la terminología «privilegio blanco». He estado tratando de entender mi propia incomodidad con esa frase.
En mi opinión, las cosas denominadas privilegios: NO ser asesinado por la policía; NO estar desamparado, hambriento, o sin atención médica; NO temer ataques racistas o xenófobos; no son privilegios, son lo que todos los humanos merecemos.
Discutimos mi carta en el club y llegué a una mejor comprensión del uso de esa frase. Una camarada me contó de una conversación que tuvo con algunos antiguos vecinos, que son negros. Le dijeron que su hijo menor y todos sus amigos ahora llevan un arma con ellos a donde quiera que vayan, incluso a acampar.
La camarada conocía al hijo como un niño bueno y muy apreciado. Pero él y todo su grupo tienen un miedo mortal de ser asaltados en cualquier lugar. Obviamente no pueden depender de policías, etc. para salvarlos. La mayoría de los blancos que no son comunistas asumen que siempre pueden llamar a la policía para salvarlos.
La gente no blanca tiene que pensar en el racismo todo el tiempo. No hay manera de escapar de ello, cerrando los ojos y los oídos, tomar un «descanso». Una persona blanca, incluso una persona de buen corazón que odia el racismo, tiene la oportunidad de no pensar en eso por un tiempo: en la escuela, el trabajo, caminando en la calle, yendo de compras, donde sea. Para la gente no blanca, el racismo es una realidad potencialmente mortal, TODO el tiempo.
Como comunistas, debemos tener la misma vigilancia sobre el racismo sin importar nuestro color. La clase trabajadora en todo el mundo está en una lucha de vida o muerte con la clase dominante y solo los comunistas tienen las herramientas y la comprensión histórica para proporcionar el liderazgo necesario para movilizar a las masas para derrocar este sistema putrefacto.
Y esencial para esta movilización es la lucha contra el racismo. A menos que estemos a la vanguardia de esta lucha, a menos que estemos luchando todos los días de la mejor manera posible para aplastar la ideología racista, no hay manera alguna que el comunismo triunfe.
Por lo tanto, ser un luchador antirracista está en el corazón mismo de ser comunista. Queremos asegurarnos de que nuestros amigos, familiares y compañeros de trabajo entiendan que esto es clave. Luchamos contra el racismo no porque seamos buenas personas, sino porque somos comunistas y entendemos que la única forma en que realmente podemos romper nuestras cadenas es uniendo y movilizando a grandes sectores de la clase trabajadora. ¡Realmente tenemos un mundo que ganar!
Camarada en Estados Unidos
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