Discusiones Comunistas Sobre el Racismo y Fascismo Enardecen a Obreros aquí ♦ Discusiones Colectivas Construyen el PCOI aquí ♦ Partido Demócrata Principal Peligro aquí ♦
Más Potencial para el Crecimiento del Partido:
Las Discusiones Comunistas Sobre el Racismo y el Fascismo Enardecen a Camaradas y Amigos
La lucha comunista contra el racismo es, y siempre ha sido, fundamental en la batalla para enterrar el fascismo. Solo el comunismo puede arrancar erradicar el racismo y la ideología de de supremacía blanca que fomenta.
Los obreros de Boeing están debatiendo apasionadamente qué causó el motín fascista del D.C.
“¿La causa? Es historia”, dijo un viejo amigo, el camarada C.
Explicó cómo el racismo ayudó a desarrollar una base masiva para el fascismo. Les echó la culpa a los capitalistas. A lo largo de su trayectoria, han usado el racismo para inflar sus ganancias y mantener su poder.
“La frase ‘Se cosecha lo que siembra’ molesta a algunas personas, pero eso es lo que sucedió en Washington D.C.”, dijo C, citando a Malcolm X. Cuatrocientos años de mentiras racistas impulsaron a estos fascistas supremacistas blancos a atacar las mismas instituciones que han estado sembrando y exportando violencia racista en todo el mundo.
“Los fascistas temen estar perdiendo ‘su’ país”, dijo C asombrado.
“¿Pero quién construyó este país?” él demando. Desde las plantaciones de esclavos antes de la emancipación hasta el trabajo de los convictos en las plantas de acero después, los obreros negros han sido superexplotados y asesinados para asegurar las ganancias y el poder de los capitalistas. Desde las fábricas de explotación hasta los campos y las plantas procesadoras de alimentos, esta plaga racista de superexplotación de personas no-blancas y de millones de inmigrantes ha llenado las arcas de los patrones.
“También odio los estereotipos racistas de los nativos norteamericanos”, continuó. Los nativos norteamericanos acogieron a los aceptaron esclavos fugitivos porque ellos también sufrieron genocidio a manos del capitalismo estadounidense.
C no excusó a los fascistas, pero no descartó el potencial de la clase obrera blanca. Por ejemplo, comentó sobre un programa de televisión religioso. Los líderes de la iglesia se jactaban de sus “buenas obras” cuando un hombre blanco llamó. “¿Cómo pueden ustedes jactarse de sus buenas obras, cuando no hacen nada acerca del motín de los supremacistas?”, exigió la persona que llamó.
C puntualizó su lección de historia con su historia personal. Después de la Segunda Guerra Mundial, su familia emigró al norte en busca de trabajos en las florecientes fábricas industriales. Su primer trabajo consistió en construir sistemas de guía de misiles.
“No sabía lo que estaba haciendo”, confesó. “Esos sistemas dirigidos mataron a trabajadores de todo el mundo. No volveré a hacer eso. Ahora sé que solo éramos trabajadores convenientes que explotar”.
La historia, tan elegantemente presentada a lo largo de una hora de conversaciones, era en realidad la historia del capitalismo. C ha sido aislado por la pandemia, pero ahora está enardecido. La lucha es para que él comparta su pasión y conocimientos con su familia y amigos.
Desechando Ilusiones
La prensa patronal y la administración Biden enmarcan la lucha contra el fascismo como una lucha por la democracia y la unidad nacional. Nada puede estar más lejos de la verdad.
“La clase dominante intentará silenciar a Trump y sus partidarios racistas nazis. Estos se sobrepasaron, exponiendo el plan de los gobernantes para un fascismo al estilo estadounidense”, declaró una trabajadora de hospital. Ella también debe compartir sus conocimientos más ampliamente, así como ingresar al PCOI y reclutar a sus amigos.
Los capitalistas enfrentan crisis económicas, políticas y militares. Estas crisis obligan a las clases dominantes de todo el mundo a recurrir al fascismo. Los patrones estadounidenses implementarán sus planes al amparo de un llamado para preservar la democracia estadounidense con la unidad nacional.
Mientras tanto, la clase dominante difunde la ilusión de que el capitalismo puede detener el racismo y evitar el fascismo con un movimiento reformista combativo masivo. Los capitalistas diseñaron todas las instituciones gubernamentales, culturales y educativas para garantizar su dominio. Solo la revolución comunista puede romper estos obstáculos capitalistas para acabar con el racismo y el fascismo.
Avanzar Bajo Ataque
La visión del comunismo abre nuevas vías de lucha contra el racismo. Por primera vez, el potencial para acabar con el racismo se vuelve real.
El comunismo florece con la unidad internacional y multirracial. El poder colectivo de la clase trabajadora se desatará y se dirigirá al flagelo racista que azota a la humanidad. La competencia capitalista, el sistema salarial y la necesidad patronal de superexplotación racista ya no nos detendrán. El comunismo destruirá esta base material del racismo.
El racismo es un soporte ideológico que el fascismo necesita para construir una base masiva. En Estados Unidos, esto gira en torno a la supremacía blanca. La revolución comunista eliminará permanentemente ese pilar.
Los debates sobre las respuestas comunistas al racismo y al fascismo están enardeciendo a camaradas y a todos que Están alrededor del Partido. En todas partes, los colectivos de nuestro Partido pueden avanzar bajo ataque.
Utilicemos las Discusiones Colectivas para Construir el PCOI
“Sé que una revolución significaría muchos lisiados y muertos”, dijo el amigo de un camarada cuando hablaban de los disturbios en el Capitolio. “¿Cómo sé que valdría la pena?” Hablaban de lo que los comunistas y sus amigos, familias y compañeros de trabajo deberían hacer frente a estos ataques fascistas y racistas.
Una pareja joven dijo que había tenido miedo de un brote fascista de este tipo. Son activistas. Dijeron: “[Nosotros] podemos estar en una burbuja, pero casi todos los que conocemos son socialistas o comunistas”. Aunque camaradas les habían hablado antes sobre la contradicción entre socialismo y comunismo, todavía piensan del socialismo como una especie de progresión hacia el comunismo.
Una obrera despedida de Boeing dijo que le resultaba difícil expresar sus pensamientos con palabras cuando está aprendiendo algo nuevo (es decir, sobre el comunismo). Un camarada se ofreció a ayudarla con las matemáticas en sus clases de tornero. Esto condujo a una breve discusión sobre la mejor manera de aprender cosas nuevas, particularmente políticas. Nuestro camarada dijo que aprendió sobre política discutiendo y debatiendo con sus amigos. Le pidió que hablara sobre el intento de golpe fascista con sus amigos y que luego le contara los resultados. “Lo haré. ¡Aprecio que me animes! “respondió ella.
Muchos de nuestros amigos hacen dos preguntas específicas: Como antirracistas y antifascistas, ¿qué es lo siguiente por hacer? ¿Y qué haremos ahora, como comunistas? Estamos utilizando estas discusiones para desarrollar nuestras relaciones comunistas con nuestra base y los instamos a que compartan estas discusiones a otros.
Estamos invitando a las personas que han estado haciendo estas preguntas a participen en el grupo chat en línea. Juntos podemos luchar para ampliar y enriquecer nuestras ideas sobre la vida en un mundo comunista y cómo lograrlo. El debate colectivo de ideas y visiones antifascistas y antirracistas de un mundo comunista ayudará a nuestro Partido a crecer. Desarrollaremos más y más profundas relaciones comunistas con nuestra base. A medida que discutan estas ideas con sus amigos, nuestra base se ampliará, nuestras luchas se agudizarán y nuestro Partido tendrá más aportes para desarrollar nuestra línea y allanar el camino para un futuro comunista.
Esta es una clara oportunidad para construir el PCOI y aumentar la confianza de la clase trabajadora en sí misma y en nuestro Partido.
Politiqueros del Partido Demócrata Son los Más Peligrosos
Inmediatamente después del intento de golpe de Estado en Washington, D.C., nos reunimos dos veces en Zoom para elaborar una declaración que sirviera de base para la discusión con nuestros amigos sobre la situación. [https://icwpredflag.org/wp/wordpress/wps/otros-folletos-y-series-de-articulos/intento-de-golpe-fascista-muestra-urgencia-de-movilizar-a-las-masas-para-el-comunismo/] Decía en parte:
Muchos de nuestros amigos ven una esperanza en las elecciones en Georgia, donde los votantes se movilizaron para elegir a demócratas para el Senado. Esto permitirá a los demócratas tener una estrecha mayoría en el Senado.
Pero luchar para volver al capitalismo acostumbrado antes de Trump, no es la solución. Una de las mayores ilusiones que tenemos que superar es que puede haber buenos capitalistas [progresistas] y malos capitalistas [Trump y Hitler]. Los capitalistas son capitalistas que encarcelarán, bombardearán o empobrecerán a cualquiera siempre que haya ganancias por medio.
Mientras que algunos se preguntan si se puede contar con polítiqueros demócratas como Biden, Pelosi y Harris para que se opongan al fascismo, creemos que es más útil decir que, de hecho, el liderato del partido demócrata unido con los republicanos anti-Trump son el principal peligro.
Perpetuar la ilusión de democracia es extremadamente importante para la clase dominante de EE.UU. Que Biden escogiera un gabinete multirracial, el juicio de Trump, y el movimiento para restaurar el orden el 20 de enero son todas medidas que se están tomando para ganar la lealtad de las masas obreras al imperialismo estadounidense.
También es clave continuar con la pretensión estadounidense de liderazgo global, especialmente en su camino hacia la guerra. Las medidas que tomarán ahora para suprimir la facción Trump es una pequeña muestra del fascismo que utilizarán para mantener a las masas en línea cuando decidan lanzarse a la guerra. Por eso decimos que el liderato del partido demócrata es el principal peligro.
“Asombroso y poderoso”, respondió una amiga. “Me da algo en qué pensar cuando tengo la ‘esperanza’ de que Biden / Harris puedan hacer cosas buenas. Me han engatusado y no debiera haber sucedido”.
Otro amigo dijo: “Me gusta tu punto sobre lo peligrosas que son las fuerzas anti-Trump pero aún pro-capitalismo como siempre… Yo también quiero una sociedad en la que el racismo, el sexismo, la homofobia, etc. estén extintos y en la cual nadie tenga que luchar para sobrevivir y vivimos como una sola familia humana… y para lograr este estado de cosas, el capitalismo tendría que ser reemplazado por algo radicalmente diferente.
“¿Cómo crees que sería una revolución comunista?” él continuó. “Para la mayoría de los estadounidenses, creo que las palabras ‘comunismo’ y ‘comunista’ tienen connotaciones muy negativas … Por supuesto, ‘revolución’ contrario a, digamos,’transformación’, también evoca algunas imágenes bastante aterradoras para muchas personas. ¿Les preocupa en absoluto que su terminología puede alienar a más personas de las que gana? “
Es bueno que el volante pudiera traer a colación estos puntos clave: sobre el comunismo, la revolución y la insurrección armada. Gente de todo el mundo está teniendo exactamente estas discusiones. Bandera Roja en su mejor momento se propone dar respuesta a estas preguntas desde todos los rincones del mundo y desde todos los sectores de la sociedad. Instamos a nuestros amigos a que sigan leyendo nuestro periódico y prometemos seguir teniendo estas conversaciones con ellos y escribiéndolas en Bandera Roja.
—Camaradas en un colectivo escolar en EE.UU.
“Luchemos contra el fascismo. Se avecina. Yo Haré lo mismo.”
“¡Consternado por la reacción de la policía ante el asalto al Capitalillo y la interrupción de los procedimientos!” un viejo lector de Bandera Roja le envió un mensaje de texto a una camarada. “¡Si hubiéramos hecho eso en el ´69, nos habrían matado como perros! Si Las Vidas Negras Importan hubiera hecho eso, los habrían fusilado en masa”.
“Estamos atrapados entre los fascistas (Trump y compañía) y los neoliberales (Biden y el Comité Nacional Demócrata)”, continuó este amigo. “Y, por supuesto a nosotros nos pintan como ogros… el socialismo avanzando sigilosamente. Suena como la República de Weimar de nuevo. Espero un resultado diferente”, concluyó.
La República de Weimar fue el gobierno dirigido por los socialistas de Alemania desde 1919 hasta 1933. Llegó al poder después de un año de motines y huelgas en toda Alemania en 1918. Ese noviembre, los comunistas habían encabezado un levantamiento revolucionario inspirado por la revolución rusa un año antes.
Los ultraconservadores y los militares se opusieron a la democracia capitalista de Weimar. Pero también lo hicieron los comunistas alemanes. La constitución de Weimar garantizaba el “derecho de propiedad privada” y el artículo 48, en emergencias, le permitía al presidente suspender los derechos civiles e ignorar al Parlamento.
Casi de inmediato, el partido socialista gobernante ordenó el asesinato de los comunistas Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht. Tenían la intención de aplastar el movimiento obrero revolucionario.
Luego, los imperialistas victoriosos de la 1ª Guerra Mundial le impusieron a Alemania como castigo grandes multas o “reparaciones”. El gobierno de Weimar ordenó a los trabajadores alemanes que hicieran huelga, pero que no se resistieran al intento de los imperialistas de cobrar las reparaciones. Las condiciones para la clase obrera fueron de mal en peor, especialmente después de la crisis capitalista global de 1929.
El Partido Comunista se reagrupó en torno a elecciones y reformas, creciendo rápidamente. Mientras tanto, el fascista Partido Nazi también creció bajo las banderas del “nacionalsocialismo”. Los obreros liderados por los comunistas libraron batallas campales contra los nazis en los vecindarios de la clase obrera.
El nazi Hitler había encabezado un fallido intento de golpe de Estado en 1923. Diez años después, el presidente Hindenburg (que sucedió al socialista Ebert) nombró canciller a Hitler. Este invocó rápidamente el artículo 48 para reprimir a los comunistas y otros opositores. Los escaños del Parlamento por los que los comunistas habían luchado tanto resultaron inútiles, ya que se les impidió por la fuerza votar.
Conocemos el resto de esa historia. Si Estados Unidos es “la República de Weimar de nuevo”, tenemos que luchar arduamente, y con una mejor estrategia, para cambiar el resultado. Eso significa movilizar ahora mismo para la revolución comunista, no para elecciones o democracia,
“Luchemos contra el fascismo… se avecina. Yo haré lo mismo”, escribió el amigo unos días después. “Mientras tanto, sospecho que la amenaza de una fuerza masiva mantendrá, la próxima semana, a raya a las tropas fascistas de asalto”.
“Probablemente, y en el futuro también”, respondió la camarada. “Pero la fuerza masiva, el enjuiciamiento, etc. muestran la esencia fascista del estado capitalista estadounidense incluso, o especialmente, bajo la nueva administración”.
El lector de Bandera Roja estuvo de acuerdo. “Las acciones de las empresas tecnológicas no podrían dejar ver eso más claramente. Estamos atrapados entre los abiertamente fascistas y los neoliberales”, repitió. “Entre la espada y la pared. Todo es una batalla en el aparato cultural. No tenemos ese tipo de influencia”.
Todavía no. Pero no estamos permanentemente “atrapados”. Las masas obreras no están comprometidas con ninguna facción de la clase dominante estadounidense. Nuestra batalla es influenciarlos y organizarlos en la fuerza comunista revolucionaria que aplastará las espadas y dinamitará la pared. Eso empoderará a las masas para que se liberen y construyan el resultado comunista que necesitamos.
Primera página de esta edición