15 de noviembre: Los fascistas franceses tienen un nuevo modelo de cartel: Eric Zemmour (“zuh-MOOR”), personalidad televisiva y columnista del periódico fascista Le Fígaro (“fee-gah-ROH”).
Zemmour probablemente superará a la actual chica del cartel del fascismo francés, Marine LePen, en las elecciones presidenciales en la primavera de 2022. En 2015 quedó en segundo lugar después de Emmanuel Macron, el actual presidente de Francia (y exbanquero de los Rothschild)
LePen había moderado su fascismo antiinmigrante para hacerse más aceptable. Esto le compró votos, pero desilusionó a su base xenófoba. Entra Zemmour. El predica la mentira del “Gran Reemplazo” de que “fuerzas poderosas” supuestamente quieren reemplazar a los franceses blancos con inmigrantes.
Los comunistas creemos en un gran reemplazo diferente: reemplazar en todos los países a los patrones con una clase obrera unida. Esto significa reprimir fascistas como Zemmour y LePen y su movimiento. Significa convencer tanto a los inmigrantes como a los no inmigrantes de que su mejor interés (el comunismo) solo puede lograrse mediante la solidaridad internacional multiétnica.
Es por esto que el movimiento fascista es tan peligroso. Es un obstáculo para el comunismo.
Zemmour pide que se detenga por completo el “tsunami” de la inmigración. Quiere negar toda ayuda gubernamental a los inmigrantes – incluidos el seguro de desempleo, la asistencia social, los subsidios para la vivienda y la atención médica.
Sí, negarles atención médica, ¡durante una pandemia!
Propone cambios constitucionales para prohibir nombres “no franceses” como “Omar”, “Farah” y “Mohammed”. Esto está a la par con la prohibición constitucional propuesta por el expresidente Sarkozy al burkinés (traje de baño largos para mujeres).
Zemmour es en parte judío y completamente antisemita. Se queja de que un “lobby judío” respaldado por Estados Unidos ha hecho del Shoah (Holocausto) parte de la “religión nacional de Francia”. No está contento de que algunos niños judíos, víctimas de un tiroteo racista en una escuela en Toulouse, sean enterrados en Israel.
Zemmour dice ser antiestadounidense, pero su gente ha tomado prestadas tácticas del movimiento de Trump. Recientemente, Le Fígaro publicó un vicioso artículo en el que atacaba a los profesores franceses por supuestamente “adoctrinar” a los niños franceses con la ideología “woke (estar consciente de la injusticia social, especialmente del racismo)”. Esto se refiere a que el gobierno requiere que se les enseñe a los alumnos la lucha contra el racismo. Según Fígaro, enseñar antirracismo es de alguna manera “racista”.
Fígaro incluso clonó una portada de la Revista Nacional de Estados Unidos que mostraba a un niño frustrado frente a una pizarra cubierta de lemas “antirracistas”.
El comunismo actuará rápidamente para reprimir la maldición del antisemitismo. Zemmour y sus venenosas ideas irán directamente a la basura. Millones de trabajadores franceses ya reconocen lo tóxicos que son. Los antifascistas lo acosan dondequiera que aparece. Pero el antifascismo por sí solo no puede poner a Zemmour fuera de acción. Para eso necesitamos un PCOI de millones de personas. ¡Únete a nosotros!
-Camaradas en Canadá
Primera página de esta edición
