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Veredicto de Rittenhouse: Racismo, Rebelión y Revolución Comunista
La noticia de que Kyle Rittenhouse se había salido con la suya se propagó por toda la escuela. La gente había estado siguiendo el juicio.
En el verano de 2020, después de que la policía de Kenosha disparara por la espalda a otro joven negro, Jacob Blake, estalló una feroz rebelión. Rittenhouse, un chico de 17 años con un AR 15 había ayudado a contener la rebelión al unirse a un grupo de milicias. Mató a dos e hirió a un tercer antirracista el segundo día
El 19 de noviembre, Rittenhouse fue absuelto de todos los cargos.
Luché con qué decirles a mis compañeros de trabajo. Necesitaba saber más de lo que me estaban dando los medios de comunicación. De repente, me llamó la atención una cita en un artículo de izquierda: “Nunca volveré a ver a mi PO (oficial de libertad condicional)”, había gritado un manifestante mientras observaba cómo el Departamento de Correccionales de Kenosha se quemaba hasta los cimientos.
Desafortunadamente, probablemente esté equivocado. Pero la sensación de liberación que se desata en el momento en que las masas les quitan el control a las fuerzas gubernamentales ilumina nuestra imaginación revolucionaria.
Los llamados por “justicia” ya no eran suficientes: ¡el propio sistema tendrá que irse! Aunque no era un eslogan político completamente desarrollado, la acción decía claramente “Destruir”, no “Desfinanciar” al Departamento de Correcciones.
Por lo mucho que esa idea inspiró a algunos, envió ondas de choque a las élites. Las llevó a llamar a la milicia como respaldo y apoyarlos con la autoridad de los tribunales.
El veredicto de Rittenhouse mostró que necesitamos construir la revolución comunista. También apuntó a algo más inmediato: Necesito distribuir más ejemplares de Bandera Roja.
La rebelión de Kenosha muestra que la ira contra el sistema es profunda y amplia. La balaceada policial a Jacob Blake fue un insulto más en una cadena de recortes y ataques contra la clase obrera.
Hace sesenta años, 16 mil trabajadores automotrices estaban empleados en Kenosha. Hoy no hay ninguno y se ha construido una nueva cárcel. El vandalismo industrial de la producción capitalista puede que no deje cenizas humeantes, pero le ha dado a Kenosha una epidemia de “muertes por desesperación”. Las sobredosis de opioides rondan en 34 por cada cien mil personas, aproximadamente un 70% más que la tasa general de EE. UU.
La ira que estalló después de la balaceada de Jacob Blake se había ido acumulando durante años. Puede ser revolucionaria, pero necesita ser organizada. Está lista para derribar el sistema de (In)justicia, pero aún tiene que decidir con qué reemplazarlo. Necesitamos las ideas de BANDERA ROJA para influir y liderar esas discusiones. Cuantos más organizadores y distribuidores de Bandera Roja podamos conseguir, más rápidamente podremos construir la revolución comunista que necesitamos.
Camarada profesora en EE.UU.
Derrotemos la Mafia Capitalista Asesina: Movilicemos a las Masas para el Comunismo
En la mañana del 25 de noviembre perdimos a un amigo del Partido y a un camarada que estaban juntos. Fueron baleados como resultado de la violencia pandillera que se ha llevado a muchos de nuestros familiares y amigos.
El año pasado, cerca de esta misma época, perdimos a uno de los líderes del Partido, el camarada Zipho. Este año perdimos dos. Ha sido duro. Nos damos cuenta de que ya no podemos seguir tomando esto como si nada. Las cosas tienen que cambiar: también tenemos que encontrar formas de combatir este gángsterismo (pandillerismo).
Sabemos que esto es el resultado de un sistema capitalista explotador y fascista en decadencia que no tiene otra respuesta a la miseria que le ha causado a la clase obrera. A menudo, el gángsterismo sirve como primera línea de defensa de los capitalistas que no tienen soluciones para problemas que ellos han creado.
Por lo tanto, tenemos que movilizar a los miembros del partido, los amigos y la comunidad para luchar contra este feo fenómeno de frente. Ya no podemos tolerarlo y simplemente dejar que suceda. Debemos hacer este trabajo simultáneamente con la movilización de masas por el comunismo, ya que nos damos cuenta de que, en última instancia, no podemos ganar la lucha sin derrotar al capitalismo.
Aunque hoy estemos enterrando a nuestros compañeros, muchos más se levantarán y ganaremos. Nuestros esfuerzos no se desaniman. Seguiremos adelante.
-Camaradas en Sudáfrica
Primera página de esta edición
