YANGON (Myanmar) – Miles de personas desafían a la policía militar y luchan por ponerle fin a la dictadura militar instalada por el golpe de estado de febrero de 2021.
Investigación Estadounidense del 6 de enero:Solo la Revolución Comunista Derrotará al Capitalismo Fascista
Estados Unidos, 8 de diciembre: el imperialismo estadounidense del siglo XX orquestó golpes fascistas en Guatemala, Irán, Chile, Congo y muchos más. Ahora sus peces gordos fingen estar conmocionados de que algo así pudiera haber sucedido en Washington, DC el 6 de enero 2021.
No debería sorprendernos. Y tampoco debemos confiar en los politiqueros liberales que dicen que están “restaurando la democracia”. La democracia nunca ha sido más que una máscara que esconde los colmillos ensangrentados de la bestia capitalista. Solo la revolución comunista puede derrotar al fascismo.
Fascismo y el Declive del Imperialismo Estadounidense
El imperialismo estadounidense está luchando por restaurar su supremacía global, que alguna vez fue indiscutida. Pero la podredumbre se adentra profundamente en su núcleo. No puede evitar el surgimiento del imperialismo chino o la ascendencia regional de los capitalistas rusos y otros.
Pero los imperios no mueren en paz. Por lo tanto, los conflictos estratégicos entre los gobernantes estadounidenses se han agudizado, llevando al intento de golpe de Estado por la facción abiertamente fascista de Trump para mantenerlo en el poder.
El fascismo, no la democracia, es la verdadera forma política del capitalismo. La pelea entre los gobernantes estadounidenses sobre cómo salvar su imperio incluye una pelea sobre el rostro de este fascismo.
El golpe del 6 de enero fracasó, pero los seguidores de Trump aún cosechan los frutos de décadas de apoyo de las fundaciones Bradley y Heritage (y fuentes ocultas). Controlan la mayor parte del Partido Republicano. Continúan movilizándose en las trastiendas políticas y en las calles.
Han juntado a demasiados trabajadores descontentos y a otros contra las vacunas y precauciones de Covid. En torno a la restricción del aborto, el derecho al voto y las regulaciones sobre armas. En torno a la idolatración del asesino Kyle Rittenhouse. En torno de atacar a negros, inmigrantes y judíos. Y, por supuesto, en torno a la Gran Mentira de Trump que “ganó de manera aplastante”.
El invierno pasado parecía que la facción rival más grande de la clase dominante, el Partido Demócrata y Wall Street, no se enfrentaría a los golpistas. Ahora más de 500 manifestantes del 6 de enero han sido arrestados. La mayoría son “pequeños peces.” Pero los jueces que los condenan han amenazado con consecuencias serias para los verdaderos organizadores.
El Comité del 6 de Enero de la Cámara de Representantes ha entrevistado a cientos, incluidos algunos cercanos a Trump. Planean audiencias públicas y la publicación de su detallado reporte. El Departamento de Justicia encarceló al archirracista Steve Bannon por negarse a comparecer. Es decir: esta facción está ejerciendo su poder estatal contra sus enemigos políticos.
Pero estos gobernantes capitalistas temen más a los rebeldes trabajadores negros, inmigrantes y otros obreros que a la facción de Trump. Saben que su sistema de ganancias no puede satisfacer las necesidades de las masas ni siquiera las básicas: comida, hogar, seguridad y salud. Ciertamente, no puede satisfacer nuestra necesidad de controlar nuestra propia vida y nuestro trabajo.
Estos “defensores de la democracia” necesitan el mismo tipo de racistas violentos que asaltaron la Capital para formar la columna vertebral de las fuerzas policiales que nos reprimen y matan.
El trabajo militar comunista es fundamental
La ideología fascista infesta el “entrenamiento básico” militar de los Estados Unidos, aunque muchos soldados jóvenes la resisten y la desafían. Los golpistas del 6 de enero y sus enemigos luchan por la lealtad de las fuerzas armadas. Debemos luchar aún más duro por el liderazgo de la juventud de clase obrera entre los soldados rasos. Son la clave del éxito de la revolución comunista armada.
Desde el veredicto de Rittenhouse, los liberales claman repetidamente que protestar contra el racismo “no es seguro” debido a los fascistas independientes. Esta es una amenaza velada: ¡no te defiendas! Les dicen a las masas airadas que podemos confiar en los tribunales y las elecciones capitalistas en lugar de movilizarnos para aplastar el sistema racista. Y que reformas como los planes de estudio inclusivos y el gabinete multirracial de Biden son golpes contra el racismo. Que la convicción de los linchadores de Ahmaud Arbery debería darnos esperanza.
Debaten abiertamente cuánta desigualdad económica toleraremos antes de que surja una revolución, porque eso es lo que necesitamos, y ellos lo saben.
El Comunismo: ¡Vale la pena luchar!
Nuestros amigos saben que la revolución significaría muchos heridos y muertos. Se preguntan si valdrá la pena. ¿Cómo sería un mundo comunista? ¡Esas son realmente las grandes preguntas!
Las masas en todo el mundo, incluido EE. UU., ya sufren una miseria incalculable y muertes prevenibles, incluidas más de 100,000 al año directamente de la guerra. Las víctimas climáticas van en aumento. Las guerras regionales están a punto de estallar en una guerra mundial. Las cosas están empeorando rápidamente.
Debemos ganar a las masas para el comunismo, o los gobernantes capitalistas las ganarán para alguna forma de fascismo. Por eso es que nuestras tareas inmediatas son difundir, leer y discutir las ideas y el trabajo comunistas reportados en Bandera Roja.
Construir el Partido compuesto por colectivos comunistas que eventualmente creará un mundo donde las masas controlen los medios de producción y garanticen el bienestar de todos. Donde producimos y compartimos lo que necesitamos, sin dinero ni mercados, sin policía ni naciones ni fronteras.
El comunismo acabará con la competencia capitalista por la supervivencia que sustenta la guerra, el racismo, el sexismo, el comunalismo y todas las demás divisiones entre nosotros.
Los camaradas en la India y Sudáfrica ya están mostrando cómo el Partido puede funcionar incluso bajo un fascismo brutal. Como ellos, no debemos desesperarnos. Debemos establecer relaciones sociales comunistas inquebrantables con familiares, amigos y compañeros de trabajo, especialmente en la industria y el ejército. Debemos garantizar la distribución mano a mano de Bandera Roja.
¡Sí, vale la pena! El comunismo, no la democracia, es nuestra respuesta al fascismo y nuestra única esperanza para el futuro.