Aprendemos de la Revolución Rusa

Luchando Directamente por el Comunismo Es la Única Forma de Triunfar

Algunos camaradas y amigos quieren que hablemos más sobre las fortalezas y debilidades de la Revolución Rusa.

Nuestro panfleto Movilizar a las Masas para el Comunismo habla de las debilidades del partido bolchevique. Explica que el socialismo soviético no podía «convertirse» en comunismo. Su punto principal, sin embargo, es lo que el PCOI hará diferente: lo que hemos aprendido de los errores de los soviéticos y otros

Reconocemos la Revolución Rusa como una de las mayores victorias de la clase obrera. El partido comunista ruso pasó de 24,000 miembros en febrero de 1917 a más de 200.000 siete meses después. Muchos estaban en el ejército ruso en las trincheras de la Primera Guerra Mundial. Estos miembros, en su mayoría bolcheviques nuevos, movilizaron a millones para derrocar al gobierno capitalista liberal de Kerensky y establecer la república soviética.

Los bolcheviques declararon el comunismo como su objetivo. Catorce potencias imperialistas enviaron tropas para atacar a los soviéticos, pero los bolcheviques organizaron a más de cinco millones de trabajadores y campesinos en su Ejército Rojo para aplastarlos. También organizaron entre los soldados de los ejércitos invasores. Cada invasor fue testigo de grandes revueltas entre sus soldados rasos, lo que los obligó a retirarse. En 1918, los bolcheviques organizaron la sociedad como «comunismo de guerra». Como medida de emergencia, eliminaron el dinero, pero no pensaron que a largo plazo las masas (o el sistema de producción) estuvieran preparadas para esto.

Después de la guerra, Rusia estaba sumida en el caos. Hubo rebeliones de trabajadores, campesinos y soldados. En 1921 los bolcheviques retrocedieron políticamente implementando la Nueva Política Económica (NEP), lo que significaba relaciones económicas abiertamente capitalistas.

El primer Plan Quinquenal socialista reemplazó a la NEP en 1928. Los líderes bolcheviques abogaron luchar por formas de vida más colectivas, pero socavaron sus esfuerzos manteniendo el sistema salarial que empujaba a las masas a buscar ganancias personales. Se instó a los obreros a ganar bonificaciones produciendo más; a los estudiantes a obtener calificaciones más altas y trabajos administrativos; a los soldados para conseguir medallas y ascensos; y las mujeres fueron recompensadas por tener más bebés.

Esta contradicción se agudizó cuando los obreros industriales y agrícolas, incluidos los miembros del partido, lucharon por un enfoque más colectivo. Si bien pocos trabajadores o cuadros del Partido cuestionaron el sistema salarial en sí, muchos lucharon contra sus políticas divisivas y competitivas.

El socialismo era en realidad capitalismo de estado. Aunque los medios de producción ya no estaban en manos de capitalistas privados, el sistema económico aún se basaba en el dinero, bancos, salarios y producción para la venta. Habiendo rechazado que la gente puede ser ganada directamente al comunismo, a los líderes del Partido no les quedó más remedio que adaptarse a las relaciones capitalistas.

Derrotar a los nazis en la Segunda Guerra Mundial fue un gran logro de millones movilizados principalmente por los comunistas. Muchos, incluidos unos 20 millones en la Unión Soviética, murieron luchando por un mundo en el que la clase trabajadora, dirigida por el Partido, se convertiría en la raza humana.

También murieron muchos contrarrevolucionarios. Esto era guerra, y los traidores tenían que ser tratados rápida y sumariamente. A diferencia de muchos otros países, Rusia no tenía una “Quinta Columna” fascista porque lidiaron con ellos antes de que pudieran causar más daño a la revolución.

Pero el liderato soviético carecía de confianza en la clase trabajadora. Habían decidido en 1934 que derrotar al fascismo requeriría aliarse con capitalistas «menos malos» como los de Estados Unidos y Gran Bretaña. Esto significó organizar en torno al nacionalismo y a un vago «antifascismo» sin clases en vez de en torno al comunismo.

La derrota de los nazis en 1945 sentó las bases, no para el comunismo mundial, sino para un nuevo imperio soviético que renunció y reprimió la revolución mundial. El fracaso de la revolución bolchevique para lograr el comunismo se hizo evidente en 1989, pero el comunismo ruso ya había sido derrotado desde cuando los líderes decidieron movilizar a las masas para el socialismo, no para el comunismo.

Hemos aprendido tanto de sus victorias como de sus errores. Luchamos directamente por el comunismo y sabemos la clase obrera será ganada a esto. Sólo así pueden nuestro Partido y nuestra clase triunfar.

Invitamos a los camaradas nuevos y más jóvenes a enviar sus preguntas sobre la ex Unión Soviética y otros aspectos de la historia comunista. Los artículos futuros intentarán darles respuesta.

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