Contestemos el Racismo Anti-Inmigrantes Construyendo Colectivos Comunistas

«¡Libera a los niños! ¡Todos son nuestros hijos! El comunismo unirá a nuestra familia global sin fronteras.»

Organicemos Colectivos Comunistas para un Mundo sin Fronteras

“No encierren a los niños en jaulas”, es el grito desesperado de mucha gente indignada con el trato que reciben los niños que son detenidos por la guardia fronteriza de EE.UU.

Son desgarradoras las historias de los miles de niños separados de sus padres. Algunos padres, debido al racismo y descuido burocrático, no saben a dónde fueron a parar. Pero esto es normal en un mundo capitalista, que a niños y adultos se nos trate como desechables.

Estos niños y adultos están huyendo de la miseria y crisis creadas por los patrones locales e imperialistas. Fronteras y muros son creadas tanto por capitalistas demócratas como republicanos a nivel mundial.

Un camarada comentó, “mi prima pagó $20,000 dólares para traerla a ella y sus 3 hijos menores a los EE.UU. Pero la dejaron en Matamoros, México. Solo 2 de sus hijos lograron pasar. Ahora esta endeudada y sin poder pasar”.

Esta situación se seguirá repitiendo, millones de veces en el mundo. En un mundo comunista sin fronteras, nadie, ni los niños estarán cometiendo crimen al buscar una mejor vida.

El mundo bajo el capitalismo no será mejor si unos cuantos miles logran mejorar su situación individual al encontrar un empleo en esta sociedad diseñada para producir por ganancias. Miles de millones más seguirán siendo asesinados por el hambre, bombas, balas o enfermedades prevenibles.

Este sistema capitalista de ganancias representa la buena vida para pocos millonarios y la muerte para los miles de millones de esclavos asalariados.

El sueño americano es solo eso, un sueño. Solo en un mundo donde no exista el capitalismo se podrán realizar todos nuestros anhelos de ver un mundo más armonioso que funcione para el bienestar de cada ser viviente. No solo del ser humano, sino de todas las especies animales y vegetales.

Pero ese futuro de una vida mejor para todos debe empezar ahora. Debemos organizarnos en colectivos comunistas, donde podamos discutir, planear y escribir en pensar como cada uno puede ayudar a resolver un problema, que solución proponemos a cada situación que se nos presente en la vida.

Estos colectivos son solo el inicio de decisiones más grandes que se tendrá que tomar adelante, como cuándo es el momento de tomar el poder y eliminar el sistema capitalista.

La visión de un nuevo mundo comunista sin fronteras ni explotación nos da fuerza para continuar y hacer realidad la revolución comunista.

Camarada en Los Ángeles, EE.UU.

Un Poquito de Historia

Recientemente volví a leer Cool Grey City of Love, de Gary Kamiya. Este libro explora la ciudad de San Francisco (EE. UU.) No solo por lugares de interés y hermosas vistas, pero también por su historia.

Kamiya cuenta la historia de la Adición Occidental. Antes del terremoto y el incendio de 1906, este barrio era en su mayoría descendientes de inmigrantes de Europa de clase media. Cuando los trabajadores más pobres y sus familias fueron desplazados por el fuego, muchos se mudaron a la Adición Occidental. Las casas victorianas fueron divididas en habitaciones que se alquilaron a trabajadores filipinos, mexicoamericanos, afroamericanos y japoneses. La Adición Occidental se convirtió en uno de los barrios más diversos de EE. UU.

Eso cambió durante la Segunda Guerra Mundial. Después de Pearl Harbor, todos los japoneses en San Francisco fueron arrestados y reubicados por la fuerza en campos de prisioneros por todo el oeste de Estados Unidos.

Al mismo tiempo, los astilleros del Área de la Bahía necesitaban obreros para construir buques de guerra. Miles de obreros negros y sus familias se mudaron a San Francisco para ocupar esos empleos. Debido a la escasez de viviendas y a los propietarios racistas de San Francisco que no alquilaban a los negros, las viviendas que las familias japonesas fueron obligadas a abandonar se convirtieron en los hogares de estos obreros.

La población negra de San Francisco creció de 4,846 en 1940 a 43,502 en 1950. El vecindario que solía llamarse Ciudad Japonesa se convirtió en el distrito Fillmore. Los negocios propiedad de negros florecieron, y los sonidos del jazz moderno y el bebop llenaron los clubes y tiendas de discos.

Después de la guerra, el racismo y el miedo impidieron que muchos internados japoneses regresaran a sus antiguos barrios. Un reporte del gobierno declaró que «la liberación de los japoneses de los Campamentos de la Autoridad de Reubicación de Guerra será la causa de fricciones y enfrentamientos raciales cuando los japoneses regresen a California».

La Liga de Ciudadanos Japoneses Estadounidenses, que cooperó con el gobierno delatando a los japoneses estadounidenses que lucharon contra el encarcelamiento, adoptó la misma posición.

En 1945, sesenta miembros del Sindicato de Maquinistas de la AFL amenazaron con irse a la huelga cuando se contrató en el Ferrocarril Municipal a un mecánico estadounidense de origen japonés. El día que se presentó valientemente a trabajar, los maquinistas dejaron de trabajar.

Sin embargo, dos conductores se levantaron para defenderlo. Uno era afroamericano y el otro indio americano. Finalmente, otro obrero [probablemente blanco pero el libro no dice], un héroe de guerra, habló: “¡No fui a pelear al Pacífico para que personas con piel de diferente color fueran discriminadas cuando volvieran a casa! » Los maquinistas votaron para permanecer en el trabajo.

A pesar de los planes de los patrones de enfrentar a un grupo de trabajadores contra el otro con racismo, en dos años, la población de japoneses-estadounidenses que se reubicaron en el vecindario volvió a su tamaño anterior.

La creciente membresía en el CIO liderado por la izquierda y el Partido Comunista jugó un papel importante en la organización laboral y las reformas sociales en San Francisco y Oakland. En 1946 se llevó a cabo una huelga general en Oakland, encabezada principalmente por mujeres.

Por favor, contribuye si sabes más sobre el papel de los comunistas en el Área de la Bahía durante este período.

Camarada en los Estados Unidos

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