Los miles de millones de dólares de AMAZON los hacen los trabajadores
Acabemos con la Esclavitud Asalariada con la Revolución Comunista
31 de marzo—“Supongo que si eres vulnerable a convertirte en esclavo de Amazon cuando tengas más de 60 años, te preguntarás por qué esta película no se volvió política”, publicó un amigo en Facebook.
La política de esta película es un encubrimiento del racismo y la explotación. Cuenta la historia de una mujer entre los muchos trabajadores mayores de sesenta que viven en sus camionetas y trabajan como esclavos asalariados temporales para Amazon
La esclavitud asalariada es esencial para el capitalismo. Puedes renunciar a un trabajo, pero tienes que trabajar para algún patrón a menos que quieras morirte de hambre. El comunismo no tendrá patrones ni esclavos. Trabajaremos juntos por el bien de todos.
Nomadland, el libro, idealizó la “adaptabilidad” de los nómadas, en su mayoría blancos, de la economía de empleos temporales. Pero al menos citó a algunos habitantes de camionetas que habían perdido sus hogares en la Gran Recesión de 2007-2008. Expuso el “Sueño Estadounidense” como un fraude.
Y expuso las condiciones laborales en los almacenes de Amazon, donde aspirina e ibuprofeno gratis son proveídos gratis a lado de fuentes de agua y las ambulancias están estacionadas permanentemente en los estacionamientos para las inevitables lesiones causadas por el ritmo implacable del trabajo, cuerpos envejecidos y pisos de concreto.
Linda May, que se interpreta a sí misma en la película, dice en el libro: “Odio este maldito empleo” y dice que Amazon es “probablemente el mayor esclavista del mundo”.
Pero la película se centra en Fern, un personaje ficticio, que ha elegido la libertad del estilo de vida nómada. Ella dice en la película que Amazon es “Buen Dinero”.
¿No estás seguro de que Hollywood esté encubriendo deliberadamente la explotación? Esta película galardonada de premios está siendo promocionada al mismo tiempo que los trabajadores de Amazon en el almacén de Bessemer, Alabama, están participando en una lucha sin cuartel para organizar un sindicato.
Durante la pandemia, como su negocio se expandió, Amazon ha obtenido enormes ganancias del trabajo de trabajadores que son extremadamente vulnerables al virus.
Los trabajadores de Amazon esperan que un sindicato les brinde condiciones laborales más seguras y la posibilidad de tomar descansos para almorzar e ir al baño sin ser despedidos. Amazon ha luchado con todas sus fuerzas para parar la campaña sindical. En el momento de ir a la imprenta, los votos aún se están contando.
La mayoría de los trabajadores que trabajan en este almacén son negros. El desempleo masivo creado por la pandemia ha hecho que los trabajadores más oprimidos sean aún más vulnerables.
Amazon abrió este almacén en marzo del año pasado y ha impuesto una disciplina laboral inhumana a las personas que están desesperadas por mantener esos empleos.
Los sindicatos pueden hacer que un empleo sea un poco menos precario y tal vez incluso otorgar a los trabajadores de Amazon permiso para ir al baño, pero eso no cambia la relación básica entre trabajador explotado/esclavo asalariado y explotador/patrón. A $ 15 / hora, o $ 20 / hora, con o sin privilegios de baño, los trabajadores siguen siendo explotados, obligados a trabajar para sobrevivir y a hacer lo que sea necesario para mantener un empleo.
Los trabajadores negros de Bessemer Alabama han vivido los límites del sindicalismo. Las acerías de Birmingham y Bessemer fueron lugares de intensa explotación racista y feroces campañas sindicales dirigidas por los comunistas durante la década de 1930.
Los organizadores comunistas construyeron la seccional, mayormente negra, del Sindicato Internacional de Trabajadores de Minas, Molinos y Fundiciones en las acerías. Lideraron una huelga militante en 1934, luchando al mismo tiempo contra la empresa, la policía y el liderazgo sindical internacional racista.
Pero los comunistas que lideraron estas luchas abandonaron la lucha por el comunismo. En lugar de organizar para la revolución, lucharon por contratos sindicales, que siempre nos mantendrán esclavos asalariados.
A medida que Estados Unidos empezó su declive imperial en la década de 1980, las acerbas en todo el país cerraron y esos empleos sindicales desaparecieron. Las acerías, las fábricas de automóviles y de neumáticos han sido abandonadas o convertidas en centros comerciales. Y los trabajadores, especialmente los trabajadores negros e inmigrantes, se ven obligados a aceptar empleo de Amazon o viajar por el país en busca de un empleo.
Las campañas de organización sindical ni siquiera pueden tocar este problema. Para acabar con la esclavitud asalariada tenemos que acabar con el capitalismo.
Los encubrimientos viciosos como Nomadland son claramente propaganda de los gobernantes. Pero los organizadores sindicales, apoyados por Joe Biden y el New York Times, que dicen que pueden hacer que el capitalismo funcione para nosotros, también están difundiendo una forma más popular de propaganda capitalista.
Necesitamos la cultura y la organización comunista –no para organizar sindicatos, sino para organizar la revolución.