Colectivos fuertes del Partido son cruciales para la lucha por el comunismo. Encarnan los colectivos que serán las unidades básicas de la sociedad comunista: una sociedad en la que no somos trabajadores y patrones, o líderes y seguidores, sino camaradas.
En los colectivos es donde se lucha y se desarrolla la camaradería, la característica principal de las relaciones comunistas. Es la unidad y la lucha en colectivos del partido, junto con la producción y distribución del periódico, lo que garantiza el trabajo de movilizar a las masas para el comunismo.
El colectivo escolar de la Costa Oeste (EEUU) incluye a profesores y a sus antiguos alumnos, desde nuestros 20 hasta nuestros 80 años. Surgió del trabajo político en las escuelas secundarias de Los Ángeles y la zona de la bahía de San Francisco. Incluye a camaradas de Los Ángeles que ahora están en Alaska y Arizona. Nos concentramos en el reclutamiento de estudiantes que serán trabajadores y soldados, y en el desarrollo de camaradas más jóvenes como líderes del Partido.
El colectivo de Los Ángeles siempre ha luchado por tener reuniones regulares, incluso cuando sólo éramos tres personas a altas horas de la noche en el restaurante Jack-in-the Box. Cuando la pandemia produjo el confinamiento, esta práctica nos ayudó a superar los miedos individuales y a salir a la calle de forma segura el primer fin de semana. En medio de las rebeliones de George Floyd, algunos de nosotros repartimos Bandera Roja a los soldados de la Guardia Nacional. Ambas acciones dieron confianza al Partido en su conjunto.
El trabajo colectivo da resultados. Al principio de la pandemia, el colectivo de Los Ángeles pasó rápidamente a reuniones de Zoom. Cuando el Partido nos pidió que dirigiéramos un Zoom del Primero de Mayo, nos pusimos en contacto con camaradas en tres continentes y organizamos una reunión inspiradora. Luego después, los camaradas profesores de la zona de la bahía pidieron unirse a nuestro colectivo. Aunque se habían estado reuniendo más o menos regularmente, su práctica les mostró que se necesitan más de dos para funcionar plenamente como colectivo. Pusieron el club de libros del PCOI del Área de la Bahía en Zoom. Y un viejo amigo, cuya primera reunión del PCOI fue el foro del Primero de Mayo del año pasado, acaba de unirse al Partido.
Algunas luchas llevan más tiempo que otras. Un camarada que durante años había ido a las manifestaciones de masas como parte de la multitud fue ganado durante la pandemia a llegar a las marchas con Bandera Roja como organizador comunista. El colectivo es el lugar clave de la lucha revolucionaria persistente. Cambios como este no son solo avances singulares, sino que también agudizan la lucha dentro del colectivo.
Todos nosotros hemos podido vacunarnos, pero ha pasado más de un año desde que la mayoría de nosotros ha hecho agitación regular. La lucha constante en el colectivo nos ha permitido superar nuestros miedos y subjetivismos, y volver a salir a la calle el fin de semana anterior al veredicto del juicio del asesino de George Floyd, el Primero de Mayo, y volver a repartir el periódico entre los trabajadores del transporte público de Los Ángeles.
“Gracias por no creer que soy caso perdido”. Covid-19 puso un serio freno a nuestra concentración en una preparatoria de Los Ángeles. En el último año y medio, nos hemos concentrado en las relaciones con los antiguos alumnos, ahora jóvenes trabajadores y estudiantes universitarios. Organizamos una “Reunión de Bandera Roja” antes del Primero de Mayo de 2021 con varios camaradas exestudiantes que habían estado inactivos. La vida bajo el capitalismo, especialmente durante la pandemia, ha hecho que algunos se vuelvan menos activos. La lucha en el colectivo nos ha permitido mantener una lucha paciente con esos camaradas. Sin embargo, hemos sido desiguales e inconsistentes en esto. Tenemos que hacerlo mejor.
La lucha camaraderil nos ayuda a combatir el individualismo. Algunos hablamos demasiado y olvidamos que no siempre tenemos la razón. A veces luchamos tanto por NUESTRO ENTENDIMIENTO de la perspectiva del Partido que no nos escuchamos los unos y los otros. Pero hemos aprendido a través de la lucha que nosotros y el Partido nos fortalecemos con las contribuciones de camaradas con diferentes fortalezas y experiencias de vida, pero que tienen un compromiso común por un mundo comunista. La lucha colectiva nos ha ayudado a aprender a ser humildes, a ser siempre respetuosos con los demás y a confiar en la crítica y la autocrítica cuando flaqueamos.
Las reuniones son solo parte del proceso. Hemos estado los unos con los otros en los momentos difíciles, en las muertes de familiares, en la crianza de hijos y nietos, en la celebración de cumpleaños y aniversarios. Construir un colectivo del Partido requiere la decisión de unir tu destino al colectivo mientras luchas siempre por ampliar el círculo. Estos son tus camaradas, que luchan codo con codo en una lucha de vida o muerte. Sabes que cubren tu espalda… ahora y en el futuro. Hemos llorado juntos, nos hemos reído juntos, y seguimos haciéndolo, en Zoom y cuando volvemos a vernos en la vida real.
Nuestros alumnos y exalumnos, colegas y excolegas, compañeros de iglesias, vecinos, viejos amigos, tías, tíos y primos son atacados cada día con más fuerza por el capitalismo. El Partido no sólo nos da las herramientas para entender el mundo, sino una visión del futuro comunista. Los colectivos del Partido trabajando juntos, construyendo los lazos que nos permiten estar hombro con hombro en la lucha, pueden inspirar a nuestros amigos y familiares a unirse a nosotros. Al final, el colectivo es el mejor lugar donde se pone en práctica y se evalúa la línea que el Partido ha desarrollado. Es donde la camaradería muestra su valor revolucionario. Juntos, podemos convertirnos en la fuerza revolucionaria necesaria para aplastar el capitalismo y construir el futuro comunista que todos necesitamos.