América Central: Migración, Lucha de Clases y la Alternativa Revolucionaria del PCOI

Causas de la Migración y la Alternativa Revolucionaria del PCOI aquí ♦ Aprendiendo de la Historia de la Lucha de Clases en Centro América aquí ♦

Huelga de trabajadores bananeros, 1954

Migración, las Causas Históricas y la Alternativa Revolucionaria del PCOI para la Clase Obrera

El Salvador. – “Ahora se enfrenta a condiciones adversas mi hermana”, decía una trabajadora en un centro de vacunación, sobre la última declaración de la Suprema Corte de Estados Unidos, al fallar contra los inmigrantes amparados en el Estatus Temporal (TPS); la única manera de parar este tipo de medidas es luchando por un sistema comunista, donde los trabajadores no tengamos fronteras, no exista el dinero, sexismo, racismo y se produzca en base a las necesidades de la sociedad y no por ganancias patronales y esto se va a lograr mediante la lucha organizada por el Partido Comunista Obrero Internacional.

Recientemente la vicepresidente de los Estados Unidos de América visito Guatemala y México como parte de su gira internacional para abordar las causas de la migración hacia esta nación, desde Centroamérica y México.

En una de sus frases más icónicas “No vengan”, Kamala Harris era contundente con los miles de trabajadores que a diario intentan cruzar la frontera sur de Estados Unidos a causa de la miseria causada por la explotación y la violencia organizada (pandillas, narcotráfico). Además, coqueteaba con los votantes republicanos de su país, a quienes la opción, del muro en la frontera sur, les parece la solución definitiva a la migración.

Los ataques contra trabajadores por los gobiernos en México, y el llamado “Triángulo Norte” Guatemala, El Salvador y Honduras se siguen dando, con la superexplotación, los ataques a defensores del medio ambiente, aquellos que luchan por el acceso al agua potable en las comunidades más pobres de la región, las personas que han muerto en la lucha contra la minería metálica en el país.

“Son igual que los republicanos, ellos deportan más personas”, me comentó un compañero de trabajo del área de salud, mientras hablábamos un poco del tema. Es su discurso Harris obvia, de forma intencionada para sus intereses, las causas históricas de la migración, hacia Estados Unidos.

Reclamar justicia, imparcialidad; dentro del sistema capitalista es incompatible, pues las elecciones de gobernantes están basadas en la inversión de millones de dólares en campañas y publicidad. Ahora también a nivel de redes sociales, quienes están detrás de estas campañas y candidatos, son empresarios, quienes apuestan por “X” o “Y” partido electoral para administrar por turnos el Estado.

Como dijo el líder comunista Lenin, “A los oprimidos se les permite cada cierto año decidir cuál representante de la clase opresora los representará”.

Los camaradas en las fábricas, universidades deben entender que nuestra única alternativa es la revolución comunista.

La situación es adversa tanto en Estados Unidos como en Centroamérica no podemos librarnos de este horror, sin antes derrocar el sistema capitalista. Y esto se logrará reclutando en todos los países donde estamos teniendo avances, más obreras, obreros y soldados para nuestro Partido.

Es necesario construir redes de trabajadores activas en el campo político y social con el objetivo de construir un poder alternativo y revolucionario al estado capitalista; células de comunistas que organicen a los trabajadores para hacer frente a la delincuencia organizada, las crisis económicas y políticas propias de los estados capitalistas.

Millones de personas unidas por el hecho de buscar el bienestar común y la protección de sus familias para garantizar una vida digna para todos, esa es la lucha por el comunismo.

Reenfoquemos el desencanto de la política electoral de las masas de trabajadores y campesinos, hacia la formación política y la construcción de colectivos que marquen el punto de partida, hacia la lucha por la revolución comunista mundial.

¡Organicemos el Partido Comunista Obrero internacional!

Aprendiendo de la Historia de la Lucha de Clases en Centroamérica. Las Luchas Obreras No Tienen Fronteras

La vicepresidenta Kamala Harris les dijo a los guatemaltecos: “Pensando en hacer ese peligroso viaje a la frontera EE.UU. México. No vengan”. Muchos en todo el mundo estaban furiosos.

Durante más de un siglo, el imperialismo estadounidense ha creado las condiciones de las cuales huye la gente en toda la región.

En Guatemala y Honduras, la United Fruit Company (UFC), propiedad estadounidense, era dueña de la tierra, los ferrocarriles, la compañía eléctrica y el gobierno. Un ejemplo entre muchos: bajo el presidente guatemalteco Jorge Ubico (1931-1944), los indígenas tenían que llevar libretas probando que podían viajar. Si violaban las leyes de “vagancia”, tenían que trabajar para UFC.

La represión fascista de Ubico provocó una ira masiva. Fue reemplazado por liberales, incluido Jacobo Arbenz Guzmán. Arbenz creía que la reforma agraria sentaría las bases para una economía capitalista moderna. En 1952, su gobierno confiscó una gran parte de la tierra sin cultivar de UFC.

En medio de la Guerra Fría, no fue difícil para el secretario de Estado de los Estados Unidos y el director de la CIA acusar a Arbenz de comunista. La CIA entrenó, financió y armó a un grupo liderado por Carlos Castillo Armas que derrocó al gobierno de Guatemala en junio de 1954. Ambos funcionarios, los hermanos Alan y John Foster Dulles, habían sido abogados de la UFC. Eso muestra la base real del golpe.

Más de nueve mil guatemaltecos partidarios de Arbenz fueron arrestados. Castillo proscribió los sindicatos, devolvió la tierra a la UFC e instituyó un reino de terror que, de hecho, nunca ha terminado.

Esta historia explica mucho sobre el imperialismo, por qué la gente migra y por qué tantos están enojados con Kamala Harris.

Como se suele contar la historia, la UFC, la CIA y Castillo son los malos, el reformador capitalista elegido democráticamente Arbenz es el bueno y las masas son simplemente víctimas.

En la historia real, la lucha de las masas obreras ocupa un lugar central. Es la historia de la huelga de trabajadores bananeros liderada por comunistas en la vecina Honduras en mayo-junio de 1954. Esta huelga contra la misma United Fruit Company llevó a una huelga general de 69 días.

Los organizados secretamente en los campamentos bananeros hicieron huelga por salarios y condiciones laborales. La huelga se extendió a los puertos y las ciudades donde los trabajadores salieron en apoyo y por sus propias demandas.

Organizaron comités de huelga en los seis centros de UFC. Los comités obreros mantuvieron el orden (incluido el cierre de bares). Organizaron comida, refugio, propaganda y la extensión de la huelga a otras áreas. Los huelguistas se apoderaron del parque Ramón Rosas en El Progreso. Instalaron altavoces y utilizaron el parque como centro de organización de huelgas, distribución de alimentos y agitación.

Los huelguistas superaban en número a los soldados del ejército hondureño. Eso puede explicar por qué no hubo represión generalizada. Además, los líderes comunistas se limitaron a la organización de un sindicato. La huelga terminó en julio.

Los comunistas hondureños habían estado activos a principios del siglo XX en un Partido Comunista Centroamericano. El propio Partido Comunista de Honduras se organizó durante la huelga con probablemente unos doscientos miembros. Siguió la orientación política de la Unión Soviética.

La Unión Soviética abogaba entonces por la coexistencia pacífica con el capitalismo. Había abandonado la lucha armada por el poder estatal y los comunistas en Honduras no tenían una estrategia para eso. Ellos y los comunistas de otros lugares se definieron a sí mismos como líderes sindicales combativos. Durante la Huelga General de 1954, ayudaron a liderar la lucha colectiva de las masas, pero no abogaron por la política comunista o incluso antiimperialista.

Hoy no cometemos ese error.

Nos inspira la historia combativa de los organizadores comunistas en Honduras y en todo el mundo. Los comités de obreros creados durante la huelga son un microcosmos de la sociedad comunista por la que luchamos hoy.

Pero no organizamos luchas sindicales que negocian los términos de nuestra explotación. Luchamos por un mundo comunista, sin explotación y sin fronteras. Y ganaremos.

Primera página de esta edición

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