Movilizar un Nuevo “Ejército de Masas Hambrientas”
Obreros automotrices en huelga en Chennai, India, 2018
INDIA, 22 de enero— “Mi nombre es Amit Kumar. Tengo 38 años. He sido trabajador por contrato en la fábrica de Ford durante los últimos 12 años. Mi esposa y mis cuatro hijos viven en un pequeño pueblo a unos 1600 km de aquí. Ocho trabajadores como yo ocupan mi pequeña habitación. Nuestro trabajo es muy irregular. El próximo mes si no pagamos el alquiler, estaremos en la calle. Vi una copia de Bandera Roja. Estoy aquí para hablar contigo”.
Camaradas de nuestro colectivo de obreros automotrices del PCOI visitaron Amit. Vive a unos 10 km de nosotros. Como en otras colonias obreras, teníamos que sortear callejuelas llenas de basura podrida, charcos sucios llenos de mosquitos, aguas residuales sin tratar. Hay cinco inodoros para cientos de residentes.
En total, esta colonia cuenta con 28,000 obreros, todos relacionados con la industria automotriz. Incluso el coche más pequeño no puede ser manejado aquí. Esta colonia es una de varias organizadas por el tipo de trabajo que la gente realiza a diario.
“Desde el Covid, nuestro trabajo se ha vuelto muy irregular. Y ahora, estamos a un paso de quedarnos sin albergue”, nos dijo Amit. “Cuando me pagan, gano 14,000 rupias (190 dólares) al mes. Mi alquiler es de 2000 rupias y el dinero restante se destina a la escuela de mis hijos. Como pueden ver, hay muy poca comida. Cuando no recibimos paga, comemos cada dos días un chapati (tortilla) con chile y sal. El chile picante nos hace beber agua, para que no tengamos hambre”.
Los camaradas del Partido habían traído comida casera. Otro obrero que vive con Amit estaba allí. Ha estado leyendo Bandera Roja que Amit comparte en su habitación. Quizás los otros seis obreros también estén familiarizados con Bandera Roja. Nuestro estado de ánimo cambió conforme hablábamos de Bandera Roja.
“Cuando la gente está desesperada, buscando algo para comer el día siguiente y la única forma de conseguirlo es trabajando, se sienten desmoralizados”, dijo Amit. “Pero no estoy solo. Hay 28,000 obreros como yo. En toda la India, hay cientos de millones. Nos enfrentamos al desempleo, los jóvenes no tienen trabajo, los precios de la gasolina y el gas aumentan todos los días y ellos no pueden alcanzar la inflación.
“Después de leer Bandera Roja”, continuó Amit, “me di cuenta de que los patrones capitalistas han creado formas tremendas para mantenernos divididos. Han creado odio entre los trabajadores hindúes y musulmanes. Todos estos canales de televisión difunden esta mentira las 24 horas del día. Se habla de deshacerse de los musulmanes mediante una limpieza étnica. Mientras la gente esté pensando en el genocidio, no van a pensar en la pobreza y el desempleo”.
Tuvimos una conversación muy larga sobre cómo los patrones capitalistas maximizan las ganancias al dividir a los trabajadores según la casta, la religión y el género. La maximización de la ganancia está la raíz del capitalismo. Sólo podemos acabar con ella eliminando a los patrones: esto es comunismo. El comunismo también acabará con el dinero porque la clase trabajadora obtendrá lo que necesita, no basándose en el afán de lucro que motiva a nuestro enemigo de clase.
Amit y sus compañeros de trabajo están interesados en asistir a nuestra próxima reunión. Pero todavía no están convencidos de cómo su hambre y su urgente necesidad de pagar el alquiler se conectan con nuestra causa comunista. Esto condujo a otra conversación muy larga sobre el papel del viejo Partido Comunista en la India en la década de 1940.
A medida que avanzaba la guerra mundial, los trabajadores indios se vieron obligados a servir al imperialismo británico. El imperialismo creó una hambruna artificial en Bengala cuando el arroz que solía alimentar a la población local desapareció para venderse en el extranjero por más ganancias.
La hambruna de Bengala de 1943 mató a 3 millones de 60 millones de personas allí. El Partido Comunista organizó un ‘ejército de masas hambrientas’ enormemente popular que llevó a decenas de miles a las calles de Kolkata. Sin embargo, sus demandas eran reformistas. Pidieron reformas agrarias para dar más tierra a los trabajadores sin tierra. En la ciudad, los trabajadores industriales exigieron más salarios.
Y hoy, 25 lakh (2.5 millones) de indios mueren de hambre cada año. Los trabajadores rurales sin tierra constituyen la mayor parte de la población.
Nuestro Partido tiene una visión clara: la revolución comunista para acabar con este sistema capitalista que sobrevive ofreciendo reformas para sobornar a un grupo contra otro mediante el castismo y el género. La semana pasada vimos a 8000 trabajadoras de Foxconn en huelga contra los patrones. Algunos de nuestros trabajadores estaban allí para mostrar su apoyo difundiendo Bandera Roja.
Podemos avanzar más si creamos líderes comunistas entre los dalit, los musulmanes, las mujeres y otros trabajadores industriales. Lo que nos contaron Amit y su amigo es la historia de millones de trabajadores. Cuando escuchamos sus historias, sus aspiraciones, sus obstáculos, la clase obrera nos está dando la clave para luchar por el comunismo. Nuestro trabajo es reclutarlos al PCOI.