Epifanio Camacho aquí ♦ Epifanio Camacho Nos Ha Dejado aquí ♦
Epifanio Camacho (1924-2022): Imprescindible Luchador Comunista, Enraizado en las Imprescindibles Masas
“Hay los que luchan toda la vida. Esos son los imprescindibles”. — Bertoldo Brecht
¿Cómo honrar al camarada Epifanio Camacho, héroe de la clase obrera, sin promover el peligroso culto al individuo? Las masas hacen la historia, no los “grandes hombres y mujeres” como nos dicen los historiadores capitalistas. Estos “héroes” serían nada sin las masas.
Camacho ya había hecho historia cuando conoció a nuestros camaradas por primera vez en octubre de 1972. Había ayudado a convencer a César Chávez que organizaran un sindicato de obreros agrícolas en lugar de una organización de “servicios comunitarios”.
Pero Camacho y Chávez hubieran sido nada sin los 50 obreros/as de los rosales que llegaron a las primeras reuniones. Estos obreros/as ayudaron a organizar la huelga en la granja de rosales más grande de McFarland.
Camacho y Chávez hubieran sido nada sin los miles de obrerxs agrícolas que inspirados – por la huelga de 2,000 obreros filipinos de las uvas – organizaron a miles más de obrerxs latinxs para irse a la huelga por el sindicato. La huelga duró 5 años y logró el sindicato, Unión de Trabajadores Campesinos (UFW).
Camacho no era todavía comunista en 1972. Era un luchador clasista combativo que desafiaba el liderato pacifista, anti-imigrante y pro patronal de Chávez y Huerta.
Una vez que Camacho se hizo comunista los historiadores capitalistas lo ignoraron. Ensalzan en cambio a fieles sirvientes anticomunistas de los patrones como Chávez y Dolores Huerta. Desprecian a las masas obreras agrícolas, pintándolas como pasivas y ciegas seguidoras.
Camacho nunca fue arrogante, a pesar de su largo historial de lucha y su gran influencia, respeto y popularidad. Era humilde y respetuoso con todo mundo, exceptuando los patrones, sus capataces y esquiroles.
“Conocimos a Camacho en el Parque Lincoln (Los Ángeles)”, recuenta un camarada. Estaba hablándoles a 20 otros huelguistas sobre el origen del racismo. Cuando terminó, respetuosamente intervenimos explicando que el capitalismo creo y propaga el racismo para dividirnos y superexplotar ciertos sectores de nuestra clase.
“Camacho respondió, ‘Es lo yo quería decir. Gracias’. Nos dio su información de contacto. Entablamos una amistad que duraría casi 50 años.
Esta relación, y el esfuerzo colectivo internacional, ayudaron a desarrollar a Camacho como un líder comunista del Partido Laboral Progresista y más tarde del Partido Comunista Obrero Internacional (PCOI)
De Lucha Reformista a Lucha Comunista
En 1970 la UFW ganó los primeros contratos. Llegó a tener casi 100 mil miembros. En 1973, los rancheros rehusaron volver a firmar los contratos. La lucha tenía que empezar de nuevo. Esto mostró a Camacho lo correcto de la idea comunista que el capitalismo no puede ser reformado, tiene que ser destruido.
Camacho empezó introducirles comunismo a sus compañeros huelguistas y Chávez lo expulsó del sindicato. En una carta pública distribuida regionalmente, Camacho explica que ser comunista significa organizar una revolución armada para liberar nuestra clase de la explotación y opresión de los patrones. Acusa a Chávez de defender los intereses de los rancheros y capitalistas. Chávez nunca contestó.
Camacho reclutó más obrerxs agrícolas al colectivo del Partido que distribuyó por décadas cientos de periódicos comunistas en cada edición.
En 1982, concluimos que había sido un error luchar por el socialismo, que era capitalismo de Estado. Nuestra lucha debiera ser directamente por el comunismo. Camacho y los colectivos de campesinos jugaron un papel muy importante en el desarrollo y difusión de este nuevo entendimiento político.
McFarland se convirtió en un centro comunista organizando Proyectos de Verano anuales para capacitar jóvenes comunistas. Muchos vieron que masas apoyaban las ideas comunistas Los trabajadores y jóvenes entendían fácilmente los comentarios de Camacho, que entretejía con sus experiencias vividas y el análisis político.
“Fue muy inspirador escuchar a Camacho”, recordó un camarada de El Salvador. “Plantó una semilla en cada uno de nosotros. salíamos a visitar hogares del barrio y su experiencia nos fortaleció para conversar con otros trabajadores”.
A principio del 2000, nos dimos cuenta de que, a pesar de nuestra línea comunista, movilizábamos trabajadores principalmente en torno a un enfoque reformista para luchar contra los pesticidas venenosos, la policía racista y la explotación. Las reformas, en lugar del comunismo, absorbieron cada vez más todo nuestro tiempo y energía. Sin una visión clara de un mundo comunista por el cual luchar, algunos camaradas se desanimaron y el trabajo en McFarland disminuyó. Pero Camacho siguió luchando.
En 2010, Camacho formó parte del grupo que rompió con el PLP para organizar el PCOI. Abrazo entusiastamente nuestro principio director de movilizar a las masas para luchar directamente por el comunismo y nada menos.
Respondemos a los ataques capitalistas contra nuestra clase con luchas de clase comunistas. En vez de formular demandas reformistas, nuestras consignas políticas ofrecen una visión clara del mundo comunista que urgentemente necesitamos. Camacho difundió nuestro periódico Bandera Roja y mientras pudo escribió para ello.
Camacho fue un Imprescindible Luchador Comunista. Y así es como todos Debemos Ser
La historia del camarada Camacho inspirará generaciones. Levantó en alto la bandera roja de la revolución comunista. Ayudó a elaborar e implementar la línea política más avanzada de la clase obrera internacional.
Los revolucionarios obtienen aliento, inspiración y determinación de las masas. La pequeña acción de cada obrerx – tomar periódicos comunistas para ellos y sus amigos, asistir a una reunión o manifestación – ayuda a templar a todos y genera confianza en las masas.
El camarada Camacho era imprescindible por sus relaciones con las imprescindibles masas.
Epifanio Camacho nos ha dejado, pero su legado sigue vigente más que nunca
Camacho vivió la mitad de sus casi cien años organizando por el comunismo. Muchos obreros participan combativamente por reivindicaciones inmediatas: mejores condiciones de trabajo, incremento salarial, contra el sexismo y el racismo; sin embargo, se quedan en ese límite y no se unen a la organización revolucionaria para acabar el sistema de esclavitud asalariada que causa esos males. Camacho, destacado líder de luchas obreras, estaba convencido de la línea de movilizar a las masas hacia el Comunismo.
En 1975 me invitaron a una Conferencia Sindical en San Francisco, California. En el autobús conocí a Camacho, quien había ingresado al Partido Laboral Progresista, el grupo que organizaba la Conferencia. Yo había viajado desde Tijuana junto con dos obreros de la Ciudad Industrial del Valle de Cuernavaca, México.
Me sorprendió su entusiasmo por las luchas obreras y su crítica a Cesar Chávez, líder de la Unión de Trabajadores del Campo (UFW por sus siglas en inglés), donde él había tenido una participación distinguida en la huelga de los injertadores de rosales.
Para ese tiempo se estaba dando la lucha de los trabajadores del campo en Texas bajo el liderato de Antonio Orendain; Camacho habló también de eso en la Conferencia. Pero, lo que más me impresionó fue su resolución de unirse a un Partido Comunista.
Participé en un Proyecto de Verano, de los organizados cada año en Delano, California; distribuimos literatura comunista casa por casa e ingresamos a un campo a hablar con los trabajadores.
El entusiasmo de los voluntarios era grande y los trabajadores del campo, vecinos de Camacho colaboraban alojándonos y contribuyendo para la estancia.
Camacho viajó varias veces hasta Oaxaca, México, para ayudar a crecer la organización comunista. Algunos de los camaradas allá se habían unido al Partido en el Valle de San Joaquín bajo el liderato de Epifanio. Conoció a mis numerosos hermanos pues se alojaban con nosotros cuando estaba en la Ciudad de México.
En los últimos diez años ambos nos unimos al esfuerzo comunista lidereado por el Partido Comunista Obrero Internacional.
Lo recordaremos siempre como un gran comunista.
Camarada en México