Mayor Amenaza de Guerra Abierta, Rusia versus EE.UU.-OTAN
Octubre 3 – ¿Hay algo que supere la hipocresía de las quejas del imperialismo estadounidense sobre la anexión imperialista rusa del oriente de Ucrania? ¡Todo EE.UU. existe en territorio arrebatado de los pueblos indígenas o comprado a las potencias europeas que lo habían robado primero!
Comparen el reciente acaparamiento territorial de Rusia con la anexión estadounidense de Texas en 1845, consolidada tras derrotar a México en la guerra. O con la anexión por la fuerza del Reino de Hawái por parte de EEUU en 1898.
Comparemos el reciente acaparamiento territorial de Rusia con la anexión estadounidense de Texas en 1845, consolidada tras derrotar a México en la guerra. O con la anexión forzosa por parte de EEUU del Reino de Hawái en 1898.
Ningún trabajador debe ponerse del lado de ninguna potencia capitalista-imperialista en la guerra por terceros en Ucrania. En su lugar, debemos organizar a la clase obrera internacional para la revolución comunista.
Los imperios existían antes del capitalismo. Pero la aparición del capitalismo mercantil y la banca en la Europa del siglo 16 cambió las cosas cualitativamente. El imperativo del capitalismo de «crecer o morir» lanzó a los gobernantes europeos a una feroz competencia por controlar la mano de obra, los recursos y los mercados del mundo. Su comercio de vidas africanas apuntaló una economía mundial cada vez más integrada. Con ello surgió una clase obrera internacional.
En el siglo 20, pocas sociedades indígenas escaparon este sistema imperialista. Ahora los imperialistas sólo podían expandirse arrebatándose los territorios entre ellos. Las guerras mundiales se hicieron inevitables. Un movimiento ascendente dirigido por los comunistas luchó por preparar a los soldados, marineros y trabajadores industriales para convertir la guerra imperialista en una revolución.
Pero los comunistas del siglo XX -incluidos los bolcheviques rusos- tomaron algunas malas decisiones. Sus repúblicas socialistas mantuvieron los elementos centrales de la economía capitalista, especialmente el trabajo asalariado y los mercados. Los burócratas del partido que administraban este sistema se convirtieron en una nueva clase capitalista.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el movimiento dirigido por los soviéticos no instó a los trabajadores de nuevo a la revolución comunista. En cambio, creo ilusiones en los imperialistas «menos malos». Entre ellos estaban los gobernantes británicos, cuyas políticas coloniales en tiempos de guerra causaron la hambruna de Bengala en 1943. Y los gobernantes estadounidenses que segregaron sus ejércitos y no hicieron nada para evitar el linchamiento de los soldados negros que regresaban.
Después de la guerra, la Unión Soviética capitalista se convirtió en una potencia imperialista en ascenso. Hoy Putin trabaja abiertamente para restaurar la «Rusia imperial» de los zares.
No hay imperialistas o capitalistas «menos malos»
Toda clase dominante utiliza el nacionalismo (patriotismo) para persuadir a los trabajadores que explota para que apoyen a sus opresores. Los politiqueros ondean banderas nacionales, las escuelas tocan himnos nacionales, el clero reza por «nuestro país».
Zelenskyy insta a las masas ucranianas a «defender nuestras fronteras». Putin dice a los trabajadores y jóvenes rusos que «defiendan nuestra patria». En Estados Unidos, los republicanos quieren «hacer grande a Estados Unidos otra vez” y los demócratas nos ruegan a diario que «protejamos nuestra democracia».
¡Pero los trabajadores no tenemos patria! ¡Nada de eso es nuestro!
Nuestra clase obrera internacional tiene el interés común de derrocar la esclavitud asalariada capitalista en todas partes. Viviremos «en el comunismo», no en un país con fronteras. Todos contribuirán como puedan y quieran. Juntos satisfaremos las necesidades de todos. Todos serán bienvenidos en todas partes.
El Partido Comunista Obrero Internacional lucha hoy por romper las cadenas del nacionalismo, el racismo, el sexismo y la xenofobia. Lucha para preparar a los soldados, marineros y trabajadores industriales para convertir la guerra imperialista en una revolución comunista.
Suenan los tambores de una guerra en expansión
Rusia anunció su anexión de cuatro provincias ucranianas tras un «referéndum» supervisado por soldados armados. Recogieron las papeletas de puerta en puerta de personas que ya están siendo bombardeadas. Rusia está reclutando a «ucranianos» que ahora son «rusos» en el ejército ruso. Si Rusia puede mantener el territorio anexionado se decidirá en el campo de batalla.
Estados Unidos y Albania propusieron una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU condenando la anexión. Fue vetada por Rusia, cuyos aliados de siempre (Brasil, China, India) se abstuvieron. Pero los choques imperialistas frontales no pueden evitarse mediante la diplomacia.
El ejército estadounidense está organizando un nuevo mando para dirigir su guerra por terceros en Ucrania. El gobierno pro-estadounidense de Ucrania solicitó acelerar el proceso de su ingreso a la OTAN. Esto pondría el armamento de la OTAN a las puertas de Rusia. Los imperialistas chinos han advertido a Estados Unidos del peligro que de esto.
El 30 de septiembre, dos explosiones sabotearon los gasoductos Nord Stream, controlados por Rusia, que abastecen a Europa. Sea quien sea el autor, se trata de una clara escalada que aumenta los temores en Europa occidental.
Rusia está reclutando a cientos de miles de soldados, principalmente de las zonas rurales de minorías étnicas, pero también de los manifestantes contra la guerra en las ciudades. Putin mencionó con insistencia las bombas nucleares que Estados Unidos lanzó sobre Hiroshima y Nagasaki (Japón) para justificar el posible uso por parte de Rusia de su arsenal nuclear en una guerra más amplia.
En Rusia (y probablemente en Ucrania) ha crecido tanto la oposición a la guerra como el patriotismo abierto. Pero, ni huir de la conscripción militar ni las protestas pacifistas pueden acabar con la guerra imperialista. Y los mítines patrióticos no pueden resolver la crisis económica que está golpeando duramente a los trabajadores rusos.
Algunos soldados rusos en Ucrania están descontentos, según conversaciones telefónicas interceptadas por la inteligencia ucraniana. Están denunciando los fracasos de los mandos y cuestionando la propaganda oficial. En esta situación, los comunistas revolucionarios dentro del ejército tendrían una enorme oportunidad de reclutar a otros para luchar por la clase obrera, no por los oficiales.
Eso ocurrió en Rusia en 1917. Los soldados y marineros bolcheviques ganaron masas de sus compañeros para aliarse con los trabajadores en la lucha revolucionaria armada. Pero hoy no hay ningún partido en Ucrania ni en Rusia que dirija la revolución comunista, la única fuerza que puede derrotar al imperialismo-capitalismo. Debemos hacer todo lo posible para construir ese partido en todas partes.
Lee nuestro panfleto:
“Soldados, Marineros, Marines: Cruciales para una Revolución Comunista Obrera Revolution”
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