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Estambul, Turquía, 1º de octubre – Jóvenes protestan asesinato de Mahsa Amini
Heroica Rebelión Masiva Muestra la Necesidad de un PCOI Masivo para Aprender de la Historia
1 de octubre—La “policía de la moral” iraní detuvo, golpeó y asesinó a Mahsa Amini, una mujer kurda de 22 años, el 13 de septiembre por usar su hiyab “inadecuadamente”. No anticiparon la tormenta que desatarían. Ahora la clase dominante iraní está temblando.
Noche tras noche, en las protestas más grandes desde 1979, las masas han convertido las calles de más de ochenta ciudades iraníes en campos de batalla. Piden el derrocamiento del régimen islámico, la muerte de Khamenei y el fin del hiyab obligatorio y toda opresión. Las mujeres de nuevo encabezan la lucha.
La policía fascista ha matado a más de cincuenta, herido a muchos más y arrestado a cientos. El gobierno cerró los sitios de redes sociales y algunos servicios de telefonía celular. Sin embargo, las masas siguen en pie de lucha.
La indignación por la muerte de Mahsa Amini se disparó en medio de la crisis económica y la represión política. Un presupuesto militar creciente agota los recursos por financiar el segundo ejército más grande de Oriente Medio. Las masas sufren el aumento de la inflación y el desempleo, empeorados por la corrupción del gobierno. A algunos trabajadores no se les ha pagado durante meses. Las sanciones estadounidenses (supuestamente “humanitarias”) contribuyeron significativamente a una caída en la producción de Irán y la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores (incluso para alimentos y medicinas).
Los jóvenes están cada vez más desesperados. Las masas están enfurecidas porque la clase dominante iraní vive aún más lujosamente que el odiado shah a quien expulsaron en 1979.
Los EE.UU. y otros imperialistas quieren encausar a las masas para que luchen por un gobierno pro-EE.UU. La administración Biden anima hipócritamente a las mujeres iraníes mientras apoya los regímenes antimujeres en Arabia Saudita, Qatar y otros lugares. La clase dominante estadounidense promueve cínicamente manifestaciones masivas contra Irán para servir sus propios intereses imperialistas.
¡Abajo la República Islámica y Todos los Capitalistas!
Las masas quieren un cambio fundamental, y no vendrá de un Kurdistán independiente. Ni de una democracia capitalista secular – ¡basta ver la opresión de las mujeres en EE.UU. hoy día!
La democracia capitalista es la dictadura de los capitalistas. El capitalismo no puede satisfacer las necesidades de los trabajadores ni acabar con la explotación. Su esclavitud asalariada es la base material de los venenos capitalistas – sexismo, racismo y xenofobia – que nos mantienen divididos, explotados y esclavizados.
Las masas valientes necesitan la revolución comunista: “de cada cual, según su compromiso y capacidad, a cada cual según su necesidad”. En la sociedad comunista, sin dinero ni intercambio, trabajaremos y compartiremos lo que produzcamos.
El comunismo puede ponerles fin a las guerras imperialistas y comenzar a revertir la catástrofe ambiental. Puede superar las divisiones dentro de la clase trabajadora. ¡Sin fronteras, sin naciones, sin sexismo ni racismo ni odio religioso!
Cuando las masas, especialmente los trabajadores y los soldados, adopten el comunismo, nada podrá detenerlos.
Aprendiendo de la historia revolucionaria
Muchas personas en este movimiento, especialmente los jóvenes, no quieren estar bajo las banderas de nadie. Como muchos activistas en otros países, son escépticos con respecto a los revolucionarios de las generaciones anteriores. Creen que los movimientos del siglo XX metieron las patas.
Tienen razón. Los líderes de la Organización Muyahidin del Pueblo de Irán (OMPI) renunciaron a la lucha armada en favor de la agitación reformista. Negociaron en secreto con la facción capitalista islámico-fascista del ayatolá Jomeini. Formaron un “frente unido” contra el pro estadounidense Shah. Esta estrategia sin principios movilizó a las masas para derrocar al Shah en 1979.
Inmediatamente, la nueva República Islámica comenzó a arrestar y matar izquierdistas y a restringir a las mujeres. Aplastó la extrema izquierda, aislando a Peykar. El reformista prosoviético partido comunista Tudeh apoyó al nuevo régimen.
¡A pesar de estos errores, necesitamos izar las banderas de la revolución comunista! Los capitalistas en todas partes son pocos, débiles y, como en Irán, aterrorizados por las masas. Gobiernan sobre nuestra enorme y poderosa clase obrera porque están organizados y nosotros no. Sin una lucha de masas organizada por el comunismo, nos controlan ideológicamente nos controlarán.
El Partido Comunista Obrero Internacional (PCOI) ha aprendido lecciones cruciales de las heroicas luchas de los trabajadores, incluidas las de las masas iraníes. Ahora luchamos directamente por el comunismo, no por reformas o “etapas” (liberación nacional, socialismo). No hay capitalistas “menos malos”. No debemos aliarnos con ninguno de ellos.
En lugar de partidos al viejo estilo de “revolucionarios profesionales”, el PCOI tiene como objetivo construir un partido de masas. Damos la bienvenida a todos los que quieran ayudar a construir el comunismo. Nuestro manifiesto “Movilizar a las masas para el comunismo” (disponible en icwpredflag.org) explica más sobre esto.
Ingresemos al PCOI y construyamos colectivos comunistas en todas partes para movilizar a las masas para la revolución y la sociedad comunista. ¡Lee, escribe y distribuye nuestro periódico Bandera Roja! Si puedes, ayuda a traducir la literatura del PCOI al farsi y otros idiomas.
Desde Teherán a Los Ángeles Acabar con el Capitalismo Patriarcal Racista Mediante una Revolución Comunista. ¡Únete al PCOI!
LOS ÁNGELES (EE.UU.), 1 de octubre— Miles de personas marcharon aquí contra la odiada República Islámica y en apoyo a las continuas y masivas rebeliones en Irán. Tres camaradas del ICWP llevaron esta pancarta mientras distribuían Bandera Roja y nuestro volante comunista. Muchos manifestantes nos dieron la bienvenida, furiosos con los ataques de los capitalistas e inspirados por la lucha de las masas. Cuando una anticomunista rechazó en voz alta nuestra literatura, otra mujer gritó aún más fuerte, “Dame eso. ¡Estoy a favor de la revolución!”