El huracán Fiona azotó Puerto Rico dejando a su paso un panorama desolador de destrucción y muerte. Podríamos pintar un cuadro infernal con cifras y estadísticas de esta devastación. Es importante y lo debemos de hacer para forjar la solidaridad del proletariado internacional y agudizar la lucha de clases.
Pero esto en si es solo interpretar el mundo. Y lo más importante, como dijera Carlos Marx – uno de los fundadores de la ideología comunista – “de lo que se trata es de transformarlo”.
Para transformarlo necesitamos encontrar la raíz del problema. Nuestros camaradas en Puerto Rico la identifican claramente. Colgaron un cruzacalles en un puente sobre una autopista, que decía: “Capitalismo La Raíz Del Desastre”.
El segundo paso es plantear la solución. Los camaradas portorriqueños la plantean de una forma sutil. Firman su cruzacalles con un dibujo de la Oz y el Martillo, símbolo del movimiento comunista internacional. Nosotros hubiéramos preferido ser más directos, nuestro rotulo diría: “¡Capitalismo La Raíz Del Desastre, Derruyámoslo con la Revolución Comunista!”
El tercer paso es identificar que necesitamos para lograr la revolución comunista. Necesitamos organizarnos en un Partido Comunista. Sin Partido comunista no puede haber revolución comunista. Nosotros en EE.UU., El Salvador, La India, Sudáfrica, México, y España hemos optado por organizarnos en el Partido Comunista Obrero Internacional (PCOI). Nuestro lema es: ¡Una sola clase obrera, una sola bandera roja, una sola línea política, un solo partido comunista!”
Los camaradas portorriqueños luchan directamente por el comunismo y nada menos. Descartan la lucha por reformas. Pero difieren en ser parte de un solo Partido Comunista mundial. Respetamos su opinión. Pero, seguiremos luchando con ellos para que cambien su padecer.
Sin embargo, es muy inspirador ver estudiantes, obreros e intelectuales portorriqueños, en su mayoría jóvenes, luchando por movilizar a las masas para el comunismo. Que sostienen que la única verdadera independencia para Puerto Rico es el comunismo. Y se mantienen firmes ante los ataques de los politiqueros locales y de los nacionalistas.
Puerto Rico – como muchos otros países – vive una situación prerrevolucionaria
Las masas han sufrido por siglos – el racismo, sexismo, explotación, vejaciones, humillaciones, etc. – primero de imperialistas españoles ahora de capitalistas criollos e imperialistas estadounidenses.
El desastre de Fiona es un resultado directo de esa vil explotación capitalista-imperialista. Igualmente lo fueron Irma y María, huracanes gigantescos, que devastaron Puerto Rico en 2017.
Dejaron una estela macabra de muertos (cinco mil), casas (700 mil), escuelas, clínicas, hospitales, puentes y carreteras destruidas y millones sin electricidad por meses. La ayuda del gobierno federal fue poca o inexistente.
El racista neofascista presidente Trump visito la isla mostrando su desprecio y odio a la clase obrera boricua tirándoles rollos de papel de inodoro.
Cinco años después la reconstrucción ha sido mínima y la preparación para futuros huracanes aún menos. Fiona ha aumentado la destrucción y hundido más en la miseria a la clase obrera portorriqueña. Casi el 50% de ella vivía ya antes bajo el nivel de la pobreza.
El emperador Biden – tan racista como Trump – aprobó el programa “Asistencia a Necesidades Criticas” que le dará a cada hogar portorriqueño $700 o sea $270 por persona.
Si no fuera tan trágico fuera irrisorio. Para obligar a los trabajadores portorriqueños a pagarles $70 mil millones a los bonistas de Wall Street, Obama creo una agencia. Biden era entonces vicepresidente. Cada mujer, hombre y niño tiene una deuda de $58 mil. Además de haberle robado las pensiones a los trabajadores y poner en venta escuelas y otras propiedades gubernamentales como la energía eléctrica.
Por eso el odio de los obreros al capitalismo-imperialismo que los condenan a estas condiciones inhumanas es una lava hirviente de un volcán listo a hacer erupción. Y esto sucedió en 2017 cuando la clase obrera boricua se volcó a las calles con manifestaciones combativas masivas obligando al entonces gobernador Ricardo Roselló a renunciar.
El 1º de septiembre, dos semanas antes de Fiona, las masas volvieron a las calles protestando las odiadas medidas de austeridad y a LUMA, la compañía privada que recibió el sistema eléctrico para administrarlo y lucrarse, sin invertir un centavo. LUMA no ha arreglado el defectuoso sistema, pero ha aumentado el precio de la electricidad siete veces.
Habrá otras rebeliones. Una situación prerrevolucionaria exige un partido comunista que la encause hacia la única solución para la clase obrera: la revolución comunista. Luchemos por construir el PCOI en todas partes.