Partisanos italianos durante la 2ª Guerra Mundial
Sólo el Comunismo Puede Derrotar Finalmente al Fascismo en Todas Partes
21 de octubre – Casi exactamente 100 años después de que la Marcha sobre Roma llevara a Mussolini y sus fascistas al poder en 1922, Giorgia Meloni sube al poder como la nueva primera ministra de Italia.
Meloni es la descendiente política directa de Mussolini. Ella y otros dirigentes de su partido los “Hermanos de Italia” procedían de la Alianza Nacional (AN). La AN sucedió al Movimiento Social Italiano, formado en 1945 por miembros de dos partidos fascistas prohibidos.
Hubo muchos gobiernos represivos y movimientos autoritarios antes de Mussolini. Pero podemos aprender mucho de la historia particular del fascismo. Lo más importante es que el fascismo surgió en contradicción directa con el internacionalismo comunista.
El Partido Socialista Italiano fue el único de Europa occidental que se opuso a la primera guerra mundial imperialista. Expulsó a Mussolini, un antiguo dirigente, en 1914 por abogar por la intervención militar italiana.
Mussolini combatió en el ejército italiano. Después, el MI5 británico le pagó 100 libras semanales para que publicara propaganda a favor de la guerra. Los imperialistas querían desalentar las masivas protestas contra la guerra que habían sacudido Italia desde 1914. Mussolini creó un periódico, Il Popolo d’Italia, en 1917.
El gobierno italiano había descubierto que muchos trabajadores rurales y urbanos y artesanos “carecían del sentido de pertenencia a la patria”. Las fuerzas antiguerra desafiaron la represión escribiendo en los muros y organizando manifestaciones. Volantearon, hicieron peticiones y huelgas para pedir “pan, tierra, trabajo y paz”. Lucharon en batallas callejeras e insurrecciones locales. Estas alcanzaron su punto álgido en el verano de 1917, tras el derrocamiento del zar ruso
La Revolución Rusa Desencadena la Lucha de Clases en Todo el Mundo
En agosto de 1917, estalla una protesta en Turín (centro industrial de Italia) contra el racionamiento de alimentos. Se convirtió en una huelga general y luego en una insurrección. Los trabajadores armados defendieron las barricadas, luchando para arrebatarles el poder a los capitalistas.
Pero, a diferencia de Rusia seis meses antes, las tropas enviadas contra ellos no habían sido organizadas por los comunistas para ponerse del lado de los trabajadores revolucionarios. En cambio, la rebelión fue ahogada en sangre.
Il Popolo d’Italia denunció el socialismo, el igualitarismo y la lucha de clases. Mussolini elaboró una nueva ideología “fascista” basada en el nacionalismo militante y expansionista, que se oponía al internacionalismo de la clase obrera. Promovía la colaboración de clases (el “estado corporativo”) en lugar de la lucha de clases. Confiaba en un “hombre fuerte” en lugar de en las masas.
Dos años después organizó las Fasces de Combate italianas, de carácter paramilitar.
El final de la guerra, en 1919, trajo consigo una ola de desempleo y dificultades económicas. Esto provocó el Biennio Rosso (“Dos años rojos”) de intensa lucha de clases.
Los trabajadores industriales de Turín y Milán, dirigidos por socialistas y anarquistas, formaron consejos de fábrica similares a los soviets rusos. Más de un millón de trabajadores se declaran en huelga en 1919. Una huelga general de dos días expresa la solidaridad con la revolución rusa. Algunos soldados se negaron a atacar a la clase obrera.
Pero sin un fuerte liderazgo bolchevique, este movimiento no luchó por el poder. En su lugar, se produjeron ocupaciones de fábricas y se exigió el reconocimiento oficial de los consejos de fábrica.
Cuando el Partido Comunista de Italia se separó del Partido Socialista en 1921, la oportunidad de la revolución comunista ya se había desperdiciado.
Sin embargo, el rey Víctor Manuel III temía la revolución. También lo hacían los capitalistas industriales y los terratenientes rurales que lo respaldaban.
Mussolini había reorganizado sus fuerzas como el Partido Nacional Fascista. Los gobernantes optaron por utilizar a sus “Camisas Negras” para reprimir violentamente el movimiento de masas. Aprovecharon la “Marcha sobre Roma” de Mussolini, de 30,000 personas, los días 27 y 28 de octubre de 1922, para nombrarlo primer ministro y permitirle formar un gobierno fascista.
La represión se intensificó y Mussolini puso en práctica las ambiciones imperialistas del capitalismo italiano, tomando control de Libia, Albania y, posteriormente, Etiopía.
El Fascismo Celebra lo Peor de la Fea Naturaleza del Capitalismo.
Los capitalistas abrazan el fascismo cuando les conviene. Lo vemos hoy en la coalición electoral de Meloni con Forza Italia de Berlusconi. En las críticas del presidente de EE.UU. Biden a los Proud Boys, pero no a las unidades militares ucranianas que ostentan abiertamente insignias fascistas.
El fascismo llega al poder a través de las estructuras políticas del Estado capitalista. Algunos politiqueros capitalistas abrazan el fascismo. Otros nos ruegan que “defendamos la democracia”. Pero las raíces del capitalismo en la esclavitud asalariada dan sus frutos de nacionalismo, racismo y xenofobia, sexismo, represión de las luchas obreras y guerra por ganancias.
“Fascista” no es sólo un insulto o un epíteto. Pero tampoco es principalmente una ideología repugnante. Es la dictadura capitalista revelando su naturaleza esencial: la supresión divisiva y violenta de la clase obrera.
La verdadera lucha contra el fascismo es la lucha de clases revolucionaria por el comunismo.
Ante el ascenso del fascismo, la Internacional Comunista decidió en 1935 que la principal contradicción era entre el fascismo y la democracia. Abandonaron la revolución contra el capitalismo por la unidad con los imperialistas supuestamente “menos malos”. Entre ellos estaban los británicos, que habían lanzado encubiertamente a Mussolini.
Estaban equivocados. La principal contradicción era entonces -y es ahora- entre el fascismo y el comunismo. Entre la dictadura abierta del Capital sobre las masas y la dictadura abierta de las masas dirigidas por los comunistas sobre el Capital.
Los partisanos comunistas ejecutaron a Mussolini en 1945. Pero nos queda a nosotros luchar y construir el mundo comunista que necesita