Motín en el Potemkin
Construyendo una Base en las Fuerzas Armadas: La Clave de la Revolución Comunista (Parte I)
“Los Bolcheviques pudieron asumir el poder gracias al esfuerzo especial que el Partido dedicó a ganar el apoyo de las tropas militares en la retaguardia y en el frente. Sólo los Bolcheviques percibieron la necesaria importancia crucial de las fuerzas armadas en la lucha por el poder.” -Los Bolcheviques Llegan al Poder, Alexander Rabinowitch
25 de octubre-Los medios de comunicación occidentales predicen que el proyecto de Putin conducirá al colapso de la campaña militar de Rusia en Ucrania. Si creemos la propaganda de la OTAN, los que resisten ser reclutados pueden incluso hundir el gobierno ruso.
La táctica de la resistencia al reclutamiento nunca conducirá a la revolución ni al fin de la guerra imperialista. Ciertamente no es la estrategia que puede llevarnos a la revolución comunista. Eso requiere, como aprendieron los bolcheviques, la organización comunista dentro del ejército.
La resistencia y otras formas de evitar el servicio militar alcanzaron proporciones masivas en EEUU durante la guerra de Vietnam. Eso no detuvo al imperialismo estadounidense. La lucha armada vietnamita lo hizo.
Para entonces, casi la mitad de las tropas estadounidenses se habían involucrado “en una resistencia organizada o estaban en rebelión abierta”, según el Pentágono. El Jefe del Estado Mayor del Ejército de EE.UU., el general Westmoreland, antiguo comandante de EE.UU. en Vietnam, abogó en reuniones secretas de la Casa Blanca por terminar la guerra antes de que “perdamos el ejército”.
Estados Unidos se replegó a la guerra aérea antes de verse obligado a retirarse de Vietnam. El nivel de organización comunista en el ejército estadounidense nunca se acercó a lo necesario para hacer una revolución. Sin embargo, las lecciones aprendidas durante la intensa lucha en las Fuerzas Armadas de EEUU siguen siendo invaluables.
Los soldados y marineros se han rebelado muchas veces contra los regímenes capitalistas en todo el mundo. Nuestro objetivo es convertir la revuelta en una revolución comunista. Nada menos que eso nos liberará de las cadenas mortales del capitalismo.
La Primera Revuelta de la Flota del Mar Negro
El “esfuerzo especial” de los bolcheviques para ganar el apoyo de las tropas militares comenzó casi veinte años antes de su revolución de 1917, incluso antes de la formación del Partido Bolchevique.
En 1904, el zar le declaró la guerra a Japón, en parte para sofocar el fervor revolucionario entre los obreros y campesinos rusos. El movimiento revolucionario creció entre los regimientos del Ejército y la Marina, que eran los que más contacto tenían con la propaganda y la agitación revolucionaria que recorría el país.
La revuelta más importante se produjo un año después, en el acorazado Potemkin. El intendente de torpedos, el bolchevique Afansy Mantushenko, fue un valiente líder de ese motín. Lo describió como “una de las lecciones objetivas de la lucha revolucionaria en la que las amplias masas de trabajadores y, en particular, los marineros y soldados aprendieron la lección de la lucha revolucionaria y la táctica concreta de la revuelta armada”.
Cuando comenzó el motín, el capitán Golikov ordenó a Mantushenko que tirara su arma. “Soltaré mi arma cuando ya no sea un ser vivo sino un cadáver”, respondió Mantushenko. “¡Sal del barco! Este es el barco del pueblo y no tuyo”.
El arrogante capitán se negó. Los marineros arrojaron su cadáver por la borda.
La rebelión se extendió a otros barcos de la Flota del Mar Negro y a la ciudad de Odesa. Para frenar la creciente unidad entre los trabajadores de Odesa y los marineros de la Flota del Mar Negro la policía inició un pogromo antijudío. El puerto fue incendiado. Más de dos mil personas murieron en la batalla nocturna.
Los bolcheviques no estaban preparados para la insurrección armada. Ni siquiera crearon un centro para dirigir el trabajo militar.
La coalición izquierdista en Odessa tomó la iniciativa de dirigir la actividad desde la costa. Un error crucial fue liberar a los oficiales de la Marina por razones humanitarias. Durante dos días de debate, los oficiales liberados ayudaron a organizar a los conciliadores burgueses para infiltrarse en estas reuniones, desbaratando la actividad revolucionaria.
Los principales dirigentes bolcheviques estaban en el exilio durante este periodo. El partido envió algunos cuadros a Odesa para reforzar la presencia del Partido allí y en la flota del Mar Negro. Cuando llegaron, la marea se había vuelto contra los rebeldes.
Las Lecciones del Motín del Potemkin
Los bolcheviques reconocieron la enorme importancia del motín del Potemkin y el apoyo de las masas en Odesa. Por primera vez, gran parte de las fuerzas militares zaristas se pasaron al lado de la revolución.
El partido formó destacamentos del ejército revolucionario entre las tropas. Aprendió que estos destacamentos debían dar la dirección militar a las masas, formar puntos de base para una lucha abierta más amplia y desarrollar los esfuerzos creativos de los obreros, soldados y marineros de base.
La rebelión de Potemkin fue el primer paso para convertir la revolución rusa en una fuerza internacional, enfrentándola a Europa. La confraternización con los soldados rasos “enemigos” surgió como arma político-militar.
Es necesario un ejército revolucionario porque los grandes conflictos históricos sólo pueden resolverse por la fuerza. Eso requiere un ejército revolucionario. Construir una base en el ejército era entonces, y es ahora, la estrategia necesaria para la revolución comunista.
En la parte 2: Cómo los comunistas rusos aprendieron de la rebelión del Potemkin y se basaron en ella, lo que llevó a su revolución socialista de 1917 y al rechazo del pacifismo por parte del movimiento comunista internacional.
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