Obrerxs de Boeing en EE.UU.: “Tenemos que ponerle fin a este sistema asesino”


SANTA SUSANA, California: Una coalición comunitaria protesta en 2013 la practica de Boeing de botar la basura, contaminada con “radiactivos de bajo nivel”, de su Laboratorio de Campo de Santa Susana en los basureros y centros de reciclaje para construcciones y basureros sin licencia. La mayoría fueron a parar a los barrios de obreros negros y latinos.

Luchar por el Comunismo Es Cuestión de Vida o Muerte para los Trabajadores, Nuestros Hijos y los Hijos de sus Hijos

SEATTLE (EEUU), 13 de noviembre-Boeing gana miles de millones de dólares produciendo sistemas de armamento que masacran a trabajadores en todo el mundo. Es menos conocido que estas ganancias se producen a base de envenenar a decenas de miles de empleados de la empresa.

Tres familias de empleados de Boeing han demandado a la empresa. La exposición de los padres a sustancias químicas tóxicas en las fábricas provocó defectos de nacimiento en sus hijos. Uno de ellos padece un problema cardiaco de por vida, otro un trastorno neurológico debido a la falta de parte del cerebro y el tercero un trastorno genético debilitante.

Según más de 100 deposiciones y documentos internos de la empresa, los principales médicos de Boeing estimaron que 30,000 empleados estaban expuestos a “mezclas químicas tóxicas”. Mil quinientos sufrirían “brotes de enfermedades graves, como esterilidad, anomalías fetales, mortinatalidad, enfermedades crónicas de por vida, cáncer y muerte.”

C., un trabajador jubilado de Boeing, describió cómo su equipo se lavaba las manos con disolventes tóxicos, respiraba el polvo de plomo que saturaba el taller de martillos y almorzaba junto a tanques ácidos. La fábrica fue evacuada varias veces cuando los humos tóxicos se extendieron por todo el edificio.

La empresa planteó demoler el edificio. La sede de Boeing rechazó la idea. Costaría demasiado limpiar el suelo contaminado bajo la fábrica.

“¡Tenemos suerte de estar vivos!” dijo C. a otro camarada que también trabajaba en la fábrica.

El 18 de marzo de 1980, los médicos de Boeing intentaron advertir a los gerentes de la empresa sobre el potencial mortal de los productos químicos tóxicos. Un médico señaló que el gerente general Stamper “no parecía simpatizar en absoluto” con el hecho de que se le informara de ello.

Las sustancias químicas identificadas en las demandas, como el cromo VI, se siguen utilizando en la planta de Boeing de Everett. El Cromo VI contaminó las aguas subterráneas en Hinkley, California, como se dramatizó en la película “Erin Brockovich: Una Mujer Audaz”.

Comunistas Organizan la Lucha en la Fábrica

Por la época en que los médicos advertían a la empresa, los obreros de Boeing lanzaron una campaña contra la exposición a gases venenosos en la planta de Auburn (Washington). Los obreros de Auburn se centraron en el desengrasador metilcloroformo (TCE), un derivado de un gas venenoso utilizado durante la Primera Guerra Mundial.

En 1979, una empleada embarazada preguntó a un médico de Boeing sobre el riesgo. “No hay forma segura de protegerse de los vapores de TCE”, respondió.
La empresa puso en marcha un programa de “seguridad” que castigaba a los empleados lesionados con cartas de amonestación. Los empleados de Auburn respondieron colgando una caricatura en la que aparecía un trabajador pateando al supervisor de seguridad en la tina del desengrasador, diciendo: “Coge tu carta y mójala en cloroformo de metilo”.

Los volantes distribuidos por las plantas hacían hincapié en que los obreros no podían esperar nada mejor de una empresa que “apoyaba el fascismo genocida en Sudáfrica, donde muere el 50% de los niños antes de llegar a la edad de 5 años”. Los volantes invitaban a los obreros de Boeing a los actos comunistas del Primero de Mayo e insistían en que el sindicato incluyera reivindicaciones para acabar con el envenenamiento en las plantas.

El envenenamiento continúa cuarenta años después. En 2021, los toxicólogos de Boeing actualizaron más de 100 hojas de información química. Décadas después de que la literatura científica documentara la relación entre los defectos de nacimiento y los disolventes orgánicos, la compañía añadió una única línea a la hoja informativa del TCE: “Puede ser tóxico para la reproducción”.

El Capitalismo es el Veneno; el Comunismo es el Antídoto

Obreros que ahora son camaradas del PCOI ayudaron a dirigir la campaña de Auburn. Hemos aprendido de nuestros errores. No importa tan grande o combativo sea la lucha para reformar el capitalismo, no podemos dejar que la reforma sea un sustituto para la movilización de las masas para el comunismo.

“Ninguna empresa puede acabar con el envenenamiento”, comentó el camarada C. “El capitalismo se basa en la mentira y la explotación. Si Boeing gastara el dinero necesario para proteger nuestra salud, otras empresas que gasten menos gastos le ganarían el mercado. Eso es lo que nos enseña la historia.

“Este sistema es un chiste”, concluyó. “¡Debemos acabar con él!”

Sólo la revolución comunista puede acabar con el envenenamiento porque la producción colectiva comunista elimina el sistema de ganancias. Sin dinero, ganancias y corporaciones, el comunismo organizará la producción para satisfacer nuestras necesidades colectivas.

En el comunismo, el PCOI movilizará a las masas para que estudien la ciencia y podamos juzgar lo que es seguro y lo que no es. No estaremos a merced de los reguladores capitalistas que sopesan las ganancias y costos por encima de la vida humana. La clase obrera internacional garantizará nuestra seguridad, la salud de nuestros hijos y la de los hijos de sus hijos.

Pero para llegar allí necesitamos construir el PCOI y ampliar nuestra base comunista.

En una cena donde cada uno trajo un platillo, amigos y camaradas estaban enojados y frustrados cuando se enteraron de lo que estaba pasando en Boeing. Trabajaremos con ellos para organizar discusiones con más amigos sobre este asunto y el comunismo. Revitalizaremos la distribución de Bandera Roja en Boeing en el nuevo año y animaremos a nuestros lectores de Bandera Roja allí a discutir esto en la planta.

El capitalismo mata en tiempos de paz y de guerra, con químicos tóxicos y armas letales. La clase obrera internacional debe tener una meta y sólo una meta: acabar con este sistema asesino mediante la revolución comunista.

 

Primera página de esta edición

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