Los Capitalistas No Pueden Controlar Su Propio Sistema

4 de febrero – Obreros de Trendyol, una enorme empresa turca de comercio electrónico, obtuvieron un aumento salarial del 38 % luego de una huelga, pero la tasa de inflación es cercana al 50 %. Las protestas se extendieron a otras empresas de comercio electrónico, a los obreros en las fábricas y a los periodistas.

Los Obreros Deben Destruir el Capitalismo con la Revolución Comunista

LOS ÁNGELES (EE. UU.), 14 de febrero—” Mis compañeros de trabajo están preocupados porque el valor del dólar está cayendo”, dijo A, un obrero industrial, durante una reunión del colectivo del PCOI de la industria de la costura que estaba estudiando la inflación. “Y eso significa que hay preparativos para la guerra”.

El camarada B dijo: “De nada sirve que aumenten los salarios, si ya aumentaron los precios de lo que consumimos”.

El camarada C agregó, “Debido a esta crisis, muchos talleres de costura en el centro de Los Ángeles han cerrado porque no quieren pagar $15 por hora. Prefieren que su ropa sea hecha en México”.

“Esta crisis no es solo aquí, es global”, dijo D. “En otros países es aún peor. Pero no veo gente protestando en las calles”.

Los precios de las cosas que los trabajadores deben comprar, como los alimentos y la gasolina, han subido considerablemente. En Sudáfrica, Europa y otros lugares, son alrededor de un 6 % más altos que hace un año (7,5 % en EE. UU.).

Un aumento en los precios de muchos productos a la vez se llama inflación. Su efecto sobre los trabajadores es principalmente malo ya que los salarios no necesariamente aumentan también.

Durante la pandemia, muchas fábricas cerraron o redujeron la producción porque los trabajadores estaban enfermos o porque no podían vender sus productos. Recientemente, la gente ha vuelto al trabajo y ha gastado más. Ahora la demanda de muchos productos es mayor de lo que las industrias pueden fabricar y transportar a las tiendas.

Cuando la demanda es mayor que la oferta, los precios suben. Esta es una ley de movimiento del capitalismo. Es decir, esto sucede independientemente que la gente quiera o no.

Precios más altos no significa que las cosas aumenten de valor. El valor está determinado por la cantidad de trabajo humano que se necesita para hacer algo, y eso no aumenta solo porque las cosas cuestan más. La inflación significa que el dinero mismo (dólares, euros, yenes, libras, etc.) vale menos de lo que solía valer.

Los capitalistas no quieren inflación, pero por razones diferentes a las de los trabajadores. Esta hace difícil que los capitalistas planifiquen y, por lo general, obliga a los trabajadores a exigir salarios más altos. A los banqueros especialmente no les gusta la inflación porque cuando el dinero vale menos, las deudas se pagan con dinero “más barato”.

Por lo tanto, los bancos gubernamentales capitalistas como el Sistema de la Reserva Federal de los EE. UU. intentan mantener baja la inflación elevando las tasas de interés. Esto hace que sea más caro pedir dinero prestado. Las facturas de las tarjetas de crédito de los trabajadores aumentan, incluso por cosas que ya han comprado.

Las tasas de interés más altas tienen resultados contradictorios para los capitalistas. Pueden limitar la inflación, pero hacen que sea más costoso para los capitalistas expandirse. Pero las herramientas de los bancos para controlar la inflación no son muy efectivas.

La inflación muestra que incluso los capitalistas no pueden controlar su sistema para que haga lo que quieren. La inflación y cosas mucho más graves, como las crisis económicas, son partes integras del capitalismo. Debido a las contradicciones internas del capitalismo, tratar de reformarlo (para arreglar algo malo) generalmente crea otros problemas serios.

“¿Qué ofrece el comunismo para acabar con la inflación?” preguntó E, un obrero del transporte que asistió a la reunión del colectivo de la costura.

“Eso no lo podemos resolver”, respondió el camarada F. “Es el resultado de las leyes internas del capitalismo”.

 “Todavía tenemos sueños individuales y familiares de poder comer o pagar el alquiler”, dijo G, un camarada del trasporte, jubilado. “Pero el materialismo dialéctico nos enseña que las situaciones cambian, no para mejor sino para peor, mientras exista el sistema explotador”.

La filosofía comunista del materialismo reconoce que existen hechos naturales y sociales y leyes del movimiento respecto a las cosas y los procesos materiales. Estas leyes y hechos no dependen de decisiones humanas. Duran mientras las cosas y los procesos continúen existiendo.

“Debemos dar la visión a otros trabajadores, a través de Bandera Roja”, instó F, “de un mundo comunista sin mercados y sin dinero” (y por lo tanto sin inflación). “Y debemos mostrar la necesidad de crear más colectivos comunistas para destruir el sistema capitalista, y cómo el comunismo producirá para satisfacer las necesidades de las masas de manera colectiva”.

“Podemos usar esta crisis para movilizar a nuestros compañeros de trabajo, amigos y familiares para luchar por el comunismo”, concluyó el camarada H. “Además, podemos organizar protestas en los lugares de trabajo y en las esquinas contra la inflación y por la revolución”.

Primera página de esta edición

Print Friendly, PDF & Email