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Ucrania: Convertir la Guerra Interimperialista en Lucha Revolucionaria por el Comunismo
7 de marzo—El mortífero asalto imperialista ruso a Ucrania exige que los trabajadores y soldados de todo el mundo luchen por el comunismo. El comunismo acabará con el sistema de ganancias que es la raíz de esta guerra y de la guerra mundial en la cual podría estallar.
El Partido Comunista Obrero Internacional les explica a las masas que solo el comunismo puede garantizar el pleno potencial de la humanidad. Hasta entonces, el capitalismo/imperialismo continuará sus implacables ataques contra la clase obrera que resultarán en destrucción y muertes sin precedentes.
El imperialismo conduce inevitablemente a los gobernantes a conflictos para redividirse el mundo para controlar la mano de obra, los recursos y los mercados. La captura de nuevos mercados para los combustibles fósiles impulsa la devastación global. Los trabajadores y estudiantes son obligados a huir mientras soldados rusos y ucranianos mueren, así como civiles.
El imperialismo estadounidense y sus aliados europeos sabían que estaban provocando esta guerra cuando expandieron la OTAN hasta las puertas de Rusia.
Las guerras por las ganancias capitalistas intensifican el racismo y envalentonan a los fascistas. En Ucrania, los estudiantes africanos, del Medio Oriente e indios son tomados como rehenes o son víctimas de ataques policiales en los puestos de control. En Rusia, miles han sido encarcelados por participar en protestas contra la guerra.
Los trabajadores, soldados y jóvenes nunca tienen algo que ganar apoyando a los capitalistas que los gobiernan. En todas partes debemos combatir el fascismo y la propaganda nacionalista proguerra con el internacionalismo comunista antirracista.
En esta situación desesperada, debemos aprovechar todas las oportunidades para preparar la revolución comunista.
Conforme la guerra franco-prusiana devastaba Europa en marzo de 1871, los trabajadores dirigidos por comunistas tomaron el poder y establecieron la revolucionaria Comuna de París.
En medio de la carnicería imperialista de la Primera Guerra Mundial, los soldados y marineros rusos voltearon sus armas contra sus gobernantes capitalistas, uniéndose a los obreros para establecer la Unión Soviética.
El Ejército Rojo chino movilizó masas para derrotar a los invasores imperialistas japoneses durante la Segunda Guerra Mundial y poco después a los capitalistas chinos respaldados por Estados Unidos.
Nuestro Turno Se Aproxima.
Luchamos no para liberar naciones sino para liberar a la clase obrera internacional. No para el socialismo como lo hicieron los comunistas del siglo 20, que trágicamente (e inevitablemente) se convirtió en el imperialismo ruso y chino de hoy.
Luchamos para movilizar a las masas para el comunismo en su verdadero sentido: una sociedad en la que produciremos para las necesidades de las masas, no por salarios o ganancias, y compartiremos según las necesidades de cada cual.
En el comunismo no habrá competencia por ganancias, ni naciones que vayan a la guerra, ni armas de destrucción masiva, ni necesidad de ejércitos permanentes. Acabando con el sistema salarial nos permitirá vencer el racismo, la xenofobia, el sexismo y todas las demás formas en que el capitalismo nos ha dividido, oprimido y explotado.
¡Por favor ayuda a difundir esta visión comunista en todo el mundo, especialmente en los lugares de trabajo y los cuarteles! Comienza ahora construyendo relaciones sociales comunistas que se convertirán en la base material para ponerles fin a las pesadillas capitalistas como la que se desarrolla en Ucrania. Únete al PCOI y moviliza a los trabajadores y soldados para el comunismo.
A medida que se intensifica la guerra de Ucrania y los patrones se vuelvan más desesperados, los trabajadores y soldados pueden adquirir más consciencia de clase. Organicemos a estas masas enojadas y con conciencia clasista en un ejército revolucionario para acabar con el mortal capitalismo hambriento de ganancias.
Camaradas en Todo el Mundo Llaman por una Respuesta Comunista a la Guerra en Ucrania
Desde Pakistán: “Dénme más Bandera Roja. Las masas aquí están enojadas, muchos sienten que se acerca la Tercera Guerra Mundial. Estamos sufriendo. Estamos siendo exprimidos por la deuda china y los imperialistas estadounidenses quieren convertir a Pakistán en otro Yemen. Necesitamos un frente unido de la clase obrera internacional. Levantémonos juntos por lo único que tenemos – unidad para implantar el comunismo”.
Desde Egipto: “El abuso racista contra los extranjeros que intentan salir de Ucrania es solo la punta del témpano. Ese racismo se extenderá hasta el norte de África, Bangladesh y Sudáfrica. Los más pobres de los pobres pasarán hambre y morirán cuando los precios de los cereales se disparen y el aceite para cocinar se convierta en un lujo. Ucrania y Rusia suministran el 30% del grano a estos mercados. Ahora, más que nunca, derroquemos a estos malditos imperialistas. Las masas empobrecidas se levantan, démosles medicina comunista.
Desde Bangladesh: “Esto nos recuerda a 1971. En una breve guerra para liberar a Bangladesh, 3 millones de personas fueron brutalmente asesinadas y más de 20 millones fueron desplazadas. Se cometieron crímenes horribles, incluido un millón de mujeres que fueron violadas y asesinadas. Estados Unidos apoyó activamente a los carniceros y envió un arma nuclear a las costas de Bengala. Hoy, todos los imperialistas se pelean entre sí. Hagamos que la clase obrera internacional reúna sus fuerzas porque cada ataque será contraatacado por las masas desde Rusia hasta Ucrania y Bangladesh. Solo el comunismo puede satisfacer las masas hambrientas ansiosas del poder para destruir a los guerreadores”.
De Malasia: “Soy un refugiado ‘legal’ de la ONU de Cachemira. Nos proporcionan lo mínimo para sobrevivir, no se nos permite trabajar. Por lo tanto, trabajamos como refugiados ilegales para apenas cubrir nuestros gastos. Esta guerra en Ucrania ha hecho nuestra vida como si estuviéramos en el campo de batalla allí. Los patrones abusan de nosotros, los altos precios de la gasolina nos arrebatan la comida de la boca. ¡Maldito capitalismo!”.
Desde India: “Saludos del colectivo comunista de obreros automotrices en Chennai. Muchos camaradas obreros automotrices se han convertido en víctimas de la guerra de Ucrania. Los altos precios del petróleo han cerrado varias plantas más. Se acerca una tormenta, una tormenta de desempleo masivo, hambruna y miseria absoluta. Estamos decididos a avanzar bajo estos horrores porque organizar nuestro Partido para eventualmente liderar la revolución comunista es la respuesta. La clase obrera está despertando”.
Gas Natural Alimenta la Conflagración en Ucrania
La guerra actual tiene sus raíces en 2019, cuando la estrella de los medios prooccidentales Zelenskyy se hizo cargo del gobierno ucraniano. Con la ayuda y la complicidad de la CIA, reemplazó al gobierno prorruso igualmente capitalista. Estados Unidos y Rusia han estado en curso de colisión en Ucrania desde entonces, desde Crimea hasta las repúblicas separatistas en el este de Ucrania. La llamada “democracia” de Zelenskyy construyó una fuerte fuerza fascista pro estadounidense con presencia militar.
Ucrania, el país más grande de Europa, está estratégicamente ubicado para la inmensa distribución de gas siberiano en el mercado europeo. Los patrones rusos decidieron reducir su dependencia de los oleoductos ucranianos. Los capitalistas alemanes y rusos financiaron el gasoducto multimillonario Nord Stream 2 que conecta sus dos países. El proyecto duplicaría su capacidad, proporcionaría el 30 % del gas de Europa y abriría una brecha entre EE. UU. y Europa. A medida que el oleoducto se acercaba a su finalización, los imperialistas estadounidenses buscaron excusas para bloquearlo.
Nord Stream 2 es crucial para los planes de los gobernantes rusos de expandir su imperio mundial. Los capitalistas alemanes estaban divididos. Estados Unidos estaba tratando de restringir el suministro de gas de Alemania para hacerlo dependiente del gas licuado de petróleo estadounidense, que sería cuatro veces más caro. Pero Alemania todavía estaba bajo el dominio militar estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial. Siguió a regañadientes a los imperialistas estadounidenses y descertificó a Nord Stream 2.
Eso fue lo que desencadenó la guerra a gran escala entre Rusia y Ucrania. Si bien los imperialistas estadounidenses aparentemente arrinconaron a los patrones rusos, también expusieron más contradicciones en Europa. Desde entonces, Alemania ha anunciado un aumento sin precedentes del presupuesto de guerra de 130.000 millones de dólares para salir de la órbita estadounidense y asumir un papel de liderazgo en Europa.
Los capitalistas ucranianos cuentan con el apoyo militar y financiero de Estados Unidos y sus aliados occidentales. La petición de Zelenskyy de una zona de exclusión aérea en Ucrania fue inicialmente rechazada porque el sistema antiaéreo ruso S-500 puede devastar las defensas aéreas de la OTAN. Sin embargo, la OTAN está siendo arrastrada a una confrontación directa. Putin calificó las sanciones financieras a Rusia como una “declaración de guerra”. La amenaza de una guerra nuclear es real.
Este conflicto podría extenderse. Los imperialistas chinos están observando cuidadosamente a Taiwán. Han aumentado su presupuesto de guerra a $ 240 mil millones. Han indicado sus intenciones de unificar la “Gran China”. En respuesta, los gobernantes japoneses aprobaron su mayor aumento en su gasto militar en décadas. Ellos tampoco quieren seguir dependiendo de los Estados Unidos.
Los países de Medio Oriente, incluido Israel, son reacios a ser vistos como representantes de Estados Unidos. India, Brasil y Sudáfrica se han mantenido principalmente al margen.
Desde la guerra de Vietnam, los imperialistas estadounidenses han perdido guerras en Irak y Afganistán principalmente porque temen las consecuencias del uso de tropas terrestres masivas. Es posible que no puedan evitar esto por mucho más tiempo. Ellos, al igual que los imperialistas rusos, tienen motivos para temer. Cuando los soldados de la clase trabajadora se niegan a ser su carne de cañón, los días de los imperialistas están contados.