Ucrania: Derrotemos a Todos los Fascistas e Imperialistas

Obreros de Todo el Mundo Convertir Guerra Imperialista en Revolución Comunista aquí ♦ OTAN Usa Fascista Ucranianos aquí ♦ Pueden los Obreros Hacer lo “Imposible” Otra Vez aquí ♦

Guerra entre Estados Unidos y Rusia en Ucrania: Los Criminales de Guerra Fascistas Contra los Criminales de Guerra Fascistas. Los Trabajadores de Todo el Mundo Deben Convertir la Guerra Imperialista En Revolución por l Poder Obrero Comunista

EEUU, 25 de marzo— El gobierno de EE. UU. acusó a Rusia de crímenes de guerra en Ucrania el mismo día de la muerte de Madeline Albright. Ella fue Secretaria de Estado de los Estados Unidos durante la guerra de Irak. Un reportero una vez la confrontó con el hecho de que la guerra mató a medio millón de niños iraquíes. “Creemos que el precio lo vale”, respondió ella.

La hipocresía del imperialismo yanqui y sus perros falderos mediáticos no tiene límite. Los periódicos y comentaristas liberales enfatizan cómo Putin está mintiendo al pueblo ruso. Y él lo está haciendo. Pero mientras tanto, los medios estadounidenses están mintiendo masivamente a la gente aquí y en todo el mundo.

Los gobernantes estadounidenses insisten en que Putin, un “loco malvado”, inició la guerra. Pero saben desde hace veinticinco años que la expansión de la OTAN en Europa del Este probablemente provocaría una guerra con Rusia. Por ejemplo:

El estratega de la Guerra Fría George Kennan (1998) advirtió que la expansión de la OTAN provocaría “una mala reacción de Rusia”.

El analista John Mearsheimer (2015): “Occidente está llevando a Ucrania por el camino de la primavera” y el “resultado es que Ucrania va a quedar destrozada… [Estamos] de hecho alentando ese resultado”.

Según Rand Corporation, “desde 2014, Estados Unidos ha proporcionado más de $2,500 millones de dólares en ayuda militar a Ucrania”. Ucrania los desplegó contra separatistas respaldados por Rusia con armas ligeras en el Donbas. La “gran mayoría” de estos separatistas, aunque armados y entrenados por Rusia, “son lugareños, no soldados del ejército ruso regular”.

Los medios liberales estadounidenses retratan a Zelenskyy y al gobierno ucraniano como un valiente modelo de democracia. Pero en 2019, informaron que muchos consideraban que el comediante convertido en candidato era un títere del oligarca ruso Kolomoisky. Zelenskyy es un actor. Otros (sean los oligarcas o la CIA) escriben sus guiones.

CBS y NBC están cantando a dúo sobre la “realidad alternativa de Rusia”, es decir, sus referencias a los “batallones nazis”. Como si esos no existieran.

Entre 2015 y 2017, la Cámara de Representantes de EE. UU. enmendó por unanimidad su Proyecto de Ley de Asignaciones de Defensa para “limitar las armas, el entrenamiento y otra asistencia a la milicia neonazi ucraniana, el Batallón Azov”. Bajo la presión del Pentágono, esta enmienda siguió desapareciendo.

Una ley de 2018 estipuló que “ninguno de [estos] fondos puede usarse para proporcionar armas, entrenamiento u otra asistencia al Batallón Azov”. El representante Ro Khanna declaró que “la supremacía blanca y el neonazismo son inaceptables y no tienen cabida en nuestro mundo”.

Pero Ro Khanna hoy: “La lucha de Ucrania contra Rusia es una guerra totalmente justificada… deberíamos apoyar al pueblo ucraniano con dinero en armas en esa lucha”. No se menciona que el Batallón Azov ahora es parte de la Guardia Nacional de Ucrania. O que los fascistas de todo el mundo se apresuran a unirse a ellos.

Putin se ve abiertamente a sí mismo como un nuevo zar que revive el antiguo imperio ruso. Los trabajadores y soldados rusos necesitan aprender una lección de 1917 y derrocar su régimen capitalista. También debemos hacerlo el resto de nosotros.

Pero también aprendamos de los errores de la revolución bolchevique. El socialismo por el que lucharon era otra forma de capitalismo. Se convirtió en el imperialismo ruso de hoy. Debemos movilizarnos directamente por el comunismo.

Y el nacionalismo (o el patriotismo) nunca es algo bueno. Pone al trabajador contra trabajador, al soldado contra soldado, y solo ayuda a los gobernantes capitalistas. Como decía El Manifiesto Comunista, el pueblo trabajador no tiene patria. Somos una clase obrera internacional.

Los fascistas comprometidos son quizás el 10% de la fuerza ucraniana que lucha contra la invasión rusa. El otro 90% puede estar siguiendo su liderazgo táctico, pero la mayoría podría convencerse del internacionalismo comunista con conciencia de clase, si los fascistas no los ganan políticamente primero.

Lo mismo es cierto en India (ver página 1) y en el ejército estadounidense. Una encuesta de Military Times de 2020 encontró que “alrededor de un tercio del personal en servicio activo ha sido testigo de signos de supremacía blanca en las filas, y casi la mitad lo considera casi tan amenazante como el terrorismo extranjero”. Amigos de Bandera Roja nos han informado de fuertes luchas entre racistas y antirracistas en varias bases.

En esta situación, incluso un pequeño número de organizadores comunistas activos dentro de las fuerzas armadas puede ser decisivo. Cada colectivo del Partido debe planificar cómo contribuir a este trabajo.

Los imperialistas estadounidenses, rusos y chinos, y los capitalistas nacionales en todo el mundo, están intensificando sus sangrientos conflictos. Debemos intensificar la lucha para derrotar al nacionalismo y ganar a las masas a las filas del Partido Comunista Obrero Internacional.

Bandera Roja/Red Flag y ICWPRedFlag.org son los medios en los que usted, los trabajadores y los jóvenes de todo el mundo pueden confiar. ¡Difunde y promociónalos! ¡Traduce a más idiomas! ¡Contribuye con ideas, cartas, fotos y más!

La OTAN Utiliza a los Fascistas Ucranianos para Luchar contra Rusia

Los misiles rusos alcanzaron una base militar en Yavoriv, en el oeste de Ucrania, el 15 de marzo, matando a “voluntarios internacionales” que luchaban con las fuerzas ucranianas respaldadas por la OTAN. Entre los muertos se encontraban ex miembros del Regimiento Británico de Paracaidistas, que masacraron a civiles en Irlanda en 1972.

El periódico reaccionario británico The Sun (El Sol) cita a un observador que describe a esta “mescla” de reaccionarios como “una cantina de Star Wars. Había locos por las armas, pandillas de motociclistas, tipos matones, personas religiosas estadounidenses haciendo el trabajo de Dios, adictos a la guerra”.

Estos voluntarios no tienen nada en común con las Brigadas Internacionales que encarnaron la solidaridad proletaria durante la lucha antifascista en la Guerra Civil Española (1936-39). En su mayoría son fascistas que encontrarán buena compañía entre sus anfitriones en Ucrania.

La OTAN está utilizando al pueblo ucraniano para que pelee por ella, mientras que la OTAN y EE. UU. suministran las armas y las municiones. Los imperialistas de EE.UU. y la OTAN están utilizando a Ucrania para librar una guerra contra su rival, el imperialismo ruso.

Los Fascistas Ucranianos Tienen una Larga Historia

Los ucranianos emigrados establecieron la Organización de Nacionalistas Ucranianos (ONU) en 1929 después de su derrota en la Guerra Civil Rusa. Su modelo fue los fascistas italianos de Mussolini. La ONU buscó infiltrarse en la República Socialista Soviética de Ucrania. Empleó métodos terroristas para tratar de separarla de la URSS y establecer un régimen fascista ultranacionalista.

La ONU se dividió en 1941 cuando la Alemania nazi invadió la URSS. Una facción, la ONU-B dirigida por Stepan Bandera, estableció un gobierno independiente de Ucrania en Lvov y declaró lealtad a Adolf Hitler y a la Alemania nazi. Estableció el Ejército Insurgente Ucraniano (EIU) y masacró a polacos, judíos y otros ciudadanos soviéticos. La ONU-B fue un participante importante en el Holocausto.

Después de que el Ejército Rojo aplastara a las potencias fascistas del Eje, muchos miembros de la UPA permanecieron en la URSS y en la República Popular de Polonia como terroristas. Eventualmente fueron aplastados, pero sobrevivieron en el extranjero – en EE. UU., Canadá y Gran Bretaña – donde recibieron fondos de la CIA de E. UU.

Después del colapso de la URSS en 1991, muchos exiliados ucranianos y sus descendientes regresaron a Ucrania. Establecieron partidos fascistas basados en la herencia de la ONU, incluido el Partido Svoboda y el Sector Derecha.

El Batallón Azov es uno de esos grupos. Se identifican con el legado de la ONU y su fuerza armada, la UPA. Son un grupo paramilitar con mucho poder callejero. Usan símbolos nazis y propugnan ideas fascistas, nacionalistas y antisemitas. Desde el golpe y la guerra civil de Maidan de 2014, el Batallón Azov fue incorporado a la Guardia Nacional de Ucrania.

Los fascistas son influyentes en Ucrania hoy y forman la columna vertebral del nacionalismo ucraniano. El antiguo colaborador nazi Stepan Bandera es considerado hoy un héroe nacional ucraniano. El actual presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, (que es judío) dijo durante su campaña electoral: “Stepan Bandera es un héroe para cierta parte de los ucranianos, y esto es algo normal y genial. Fue uno de los que defendieron la libertad de Ucrania”.

Los supremacistas blancos en EE. UU. no tuvieron problemas instalando un presidente negro en 2008. Del mismo modo, hoy en día Ucrania no tiene problemas colocando a un presidente judío simbólico para ocultar el nacionalismo ucraniano profundamente fascista y etnocéntrico.

Este grupo nazi, supremacista blanco y antisemita está recibiendo un pase libre de los medios occidentales, incluidos algunos que habían expuesto previamente su ideología nazi. Ahora todo esto es ignorado u “olvidado” en nombre de la lucha contra Rusia.

Azov ha recibido armas y entrenamiento de los estados miembros de la OTAN. Ha utilizado su entrenamiento para asesinar a musulmanes rusos en Ucrania. También ha utilizado a civiles en Mariupol como escudos humanos para defender su feudo.

El apoyo al nacionalismo extremo y al fascismo está bastante en consonancia con la historia de la OTAN. Nunca dejaron de apoyar a los grupos nazis de Ucrania y ahora los utilizan para el propósito que perpetuó su existencia: luchar en la guerra de la OTAN contra Rusia.

Crisis en Ucrania Reta a la Clase Obrera a Hacer lo “Imposible”:

Construir el Comunismo Verdadero Sobre las Cenizas del Capitalismo-Imperialismo

“¡Todos ellos son malvados!” dijo el conductor del autobús de la MTA a los distribuidores de Bandera Roja. “Todos son capitalistas-imperialistas amenazándonos con una Tercera Guerra Mundial nuclear.

“El comunismo suena genial en los libros, pero no ha existido en ninguna parte. No tengo fe en que la humanidad pueda construir un sistema así”, fue su respuesta a nuestro argumento de que la revolución comunista pondría fin a estas guerras genocidas. Sin embargo, tomó un periódico extra para un amigo

Una conductora no tomó Bandera Roja, pero en respuesta a la crisis de Ucrania y la amenaza de una guerra mundial nuclear, preguntó:

“¿Qué podemos hacer?”

Esta pregunta está en la mente de millones de trabajadores en todo el mundo. Exige respuestas comunistas.

Primero, la guerra en Ucrania es entre dos bloques imperialistas – los imperialistas de EE.UU. y sus aliados de la OTAN contra los imperialistas rusos y chinos – luchando por dominar el mundo.

Segundo, esta guerra es una guerra de la clase capitalista contra la clase obrera internacional. Nosotros somos los que sufrimos, peleamos y morimos. Tomar partido es un error mortal. Nuestra tarea histórica es ser los sepultadores del capitalismo: Organizar una revolución para enterrar para siempre a todos los capitalistas-imperialistas y construir un mundo comunista.

Tercero, la guerra es una característica inevitable del capitalismo. El capitalismo se basa en competir por máximas ganancias. En este proceso absorben o eliminan “pacíficamente” a sus rivales.

Por ejemplo, en 1908 había 223 fabricantes de automóviles en EE.UU. Hoy solo hay 3 empresas estadounidenses para embolsarse todas las ganancias. Las otras fueron absorbidas o quebraron.

La competencia internacional entre imperialistas no es tan “pacífica”. Su competencia por máximas ganancias requiere la dominación mundial. La dominación mundial requiere ejércitos poderosos para defender la posición de los imperialistas dominantes o para pelear por esta.

Destronar a EE. UU. como potencia imperialista dominante – posición que ha ocupado desde 1945 – requerirá una guerra mundial. Fueron necesarias la Primera y la Segunda Guerra Mundial para que los británicos cedieran su trono al imperialismo estadounidense.

Enfrentando la Tercera Guerra Mundial, ¿puede un pequeño partido comunista, como el PCOI, movilizar millones para la revolución?

Esta pregunta está en la mente de muchas personas, incluidos muchos de nuestros compañeros de trabajo, amigos y lectores de Bandera Roja. Muchos piensan que es imposible.

La historia muestra, sin embargo, que la clase obrera ha hecho lo “imposible” muchas veces antes. ¡Lo podemos hacer de nuevo!

En 1912, tras 7 años de represión fascista, el Partido Comunista Bolchevique había sido reducido a un puñado de militantes: unos 200 en toda Rusia. La Primera Guerra Mundial estalló en 1914 radicalizando a millones de trabajadores, campesinos y soldados rusos.

Miles se unieron a los comunistas. En 1917, el partido Bolchevique ahora con 250 mil miembros guio a las masas rusas para derrocar a los gobernantes rusos. Así nació el primer estado socialista de la clase obrera en la historia, cubriendo una sexta parte del área mundial.

Poco después, pelearon heroicamente una guerra civil de 5 años para derrotar a los ejércitos fascistas de los capitalistas rusos – respaldados por 14 ejércitos invasores imperialistas, incluidos 80 mil infantes de marina de EE.UU. – empeñados en “estrangular al bebé en su cuna”.

Antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial, los obreros y campesinos chinos hicieron lo mismo. En 1937, un pequeño Partido Comunista Chino comenzó una guerra armada contra las fuerzas invasoras japonesas. Sobrevivieron exitosamente la guerra de tierra arrasada de los invasores fascistas que asesinaron a más de 30 millones de mayormente campesinos chinos.

Después de aniquilar a estas hordas fascistas en 1945, el Partido Comunista Chino – con un Ejército Rojo de 3 millones y una milicia de 20 millones – derrotó al régimen nacionalista chino respaldado por Estados Unidos y llevó a las masas obreras chinas al poder en 1949. ¡Así, establecieron el socialismo en una quinta parte de la población mundial de ese entonces!

¿Podemos los trabajadores del mundo hacer lo mismo hoy?

La historia responde con un rotundo ¡SÍ! Esta vez lo haremos mejor. Las victorias de nuestros predecesores nos inspiran. Sus fracasos fortalecen nuestra determinación. Su experiencia nos mostró que el socialismo – por el cual lucharon – es capitalismo de estado. Convirtió a los gobernantes comunistas en feroces explotadores capitalistas-imperialistas.

Por eso, hoy luchamos directamente por el comunismo mundial: un mundo sin dinero, sin esclavitud asalariada, sin propiedad privada, sin mercados, sin fronteras ni naciones. Nada se comprará ni venderá, especialmente nuestra fuerza de trabajo.

Esto eliminará la competencia por empleos, las bases materiales del racismo, sexismo y la xenofobia que utilizan los capitalistas-imperialistas para dividirnos y superexplotarnos.

La producción será solo para satisfacer las necesidades humanas, no con fines lucrativos. Los colectivos comunistas garantizarán la participación de todos en la toma de todas las decisiones que afecten nuestras vidas.

En un mundo comunista sin clases sociales, no habrá necesidad de guerras o inclusive armas. Colectivamente compartiremos y cuidaremos los recursos naturales del mundo.

Únanse al PCOI, distribuyan Bandera Roja y recluten a sus compañeros de trabajo, su familias y amigos – especialmente obreros industriales y soldados – para ayudar a lograr una vez más lo que parece “imposible”: ¡Hacer realidad el comunismo verdadero!

Primera página de esta edición

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