Guerra OTAN-Rusia en Ucrania. No Hay Imperialistas Buenos

¡Obreros, Soldados, Jóvenes:  Elijan la Revolución Comunista, No la Guerra Imperialista! aquí ♦ Trajadores griegos bloquean entrega de la OTAN aquí ♦

Obreros, Soldados, Jóvenes:  Elijan la Revolución Comunista, No la Guerra Imperialista!

17 de abril—- Pronto sabremos si la guerra en Ucrania desencadenará la Tercera Guerra Mundial. Ya sabemos que está estremeciendo lo que queda del orden posterior a la Segunda Guerra Mundial.

La guerra OTAN/Rusia en Ucrania es una guerra total. Afecta la vida industrial, agrícola, financiera, militar y cultural. Al igual que la guerra de Estados Unidos en Irak y la guerra rusa en Chechenia, está reduciendo las ciudades a escombros. Por ejemplo, el bombardeo ruso destruyó el puerto de Mariupol y sus carreteras y puentes. El trigo que las masas necesitan desesperadamente en Egipto y África Oriental ya no puede salir por Mariupol.

Kiev podría ser el próximo. Después de que Ucrania hundiera el buque insignia de Rusia en el Mar Negro (con la ayuda de la OTAN), Rusia destruyó una planta que probablemente produjo uno de los misiles utilizados en ese ataque. Al día siguiente, cohetes rusos destruyeron una planta de equipos militares pesados de Kiev.

Este “choque fronterizo” está cambiando el mundo. Actualmente es la primera línea de una contienda entre dos planes contradictorios respecto a la dominación mundial. El primero es la integración del Atlántico Norte (OTAN) liderada por Estados Unidos desde después de la Segunda Guerra Mundial. El segundo está tomando forma a través de la ambiciosa “Iniciativa de la Franja y la Ruta” de China y la exportación de energía rusa.

Los imperialistas estadounidenses, rusos y especialmente los chinos no quieren una guerra mundial. La temen. Saben que las dos primeras guerras mundiales terminaron en revoluciones obreras masivas que de antemano parecían improbables. Pero temer la guerra no significa que puedan evitar la guerra o su consecuencia, una revolución.

Esta vez, necesitamos una revolución comunista mundial, no una revolución por el socialismo. Tanto en Rusia como en China, el socialismo siguió su inevitable lógica interna para convertirse en el imperialismo de hoy.

Propaganda Imperialista Tiene Como Objetivo Ganar la Lealtad de Soldados y Obreros

Las guerras imperialistas requieren no solo armas de destrucción masiva (bombas, tanques, misiles hipersónicos), sino también armas de engaño masivo. Nos referimos a las historias y mentiras que los gobernantes impulsan a través de los medios oficiales y la llamada prensa libre.

Uno de los objetivos de esta propaganda es motivar a los soldados de primera línea a matar y morir por las ganancias de los patrones. Los gobernantes imperialistas ven a estos jóvenes trabajadores como prescindibles. ¡Rusia está enviando algunos soldados a Ucrania sin siquiera suministros de alimentos! Algunos están combatiendo, pero algunos ya se están negando. El ejército de EE. UU. nunca se recuperó por completo de su guerra perdida en Vietnam, cuando las rebeliones de soldados y marineros sacudieron las bases, las empalizadas y los barcos de la Armada.

Otro objetivo de la propaganda es condicionar a las masas civiles a aceptar la violencia catastrófica, la destrucción y los costos de la guerra misma. Hoy existe el costo vertiginoso de la gasolina. Mañana, un servicio clave, como una guardería, cerrará cuando sus subsidios gubernamentales se desvíen a un misil antitanque Javelin para los aliados en Ucrania.

El montaje de la propaganda estadounidense comenzó en enero. La cantaleta era de una Ucrania inocente frente a una invasión rusa dirigida por un dictador loco y aislado. Desde entonces, entre todas las víctimas de guerra y refugiados desde Etiopía y Yemen a Haití y América Central, los medios de comunicación solo destacan a los ucranianos de ojos azules para la ayuda humanitaria.

La mentira era principalmente una de omisión. No se dijo que EE. UU. provocó deliberadamente una respuesta rusa, temiendo la inclinación de Europa hacia la creciente alianza entre China y Rusia. O que fueron las sanciones dirigidas por EE. UU. contra Irán y Libia las que llevaron a Europa a buscar recursos energéticos de Rusia. O que diecisiete países europeos se habían adherido a la “Iniciativa de la Franja y la Ruta” de China.

Estados Unidos comenzó a desmantelar los acuerdos de armas con Rusia. En 2019, por ejemplo, canceló el Tratado INF. Eso significaba que ya no limitaría la cantidad de misiles nucleares intermedios que construiría. Estacionó un número creciente de misiles a lo largo de las fronteras rusas. El Departamento de Defensa disminuyó su “Guerra contra el Terrorismo” para centrar su doctrina militar en Rusia y China.

Los rusos mordieron el anzuelo. Así funciona el sistema capitalista y así empieza la guerra imperialista. Sus consecuencias incluyen la inseguridad alimentaria, el hambre, la inflación y la recesión económica, además de la muerte y la destrucción en el frente. Pero estos provocan resistencia y rebeldía. Bajo estas y otras condiciones sociales similares, el plan de revolución para el comunismo gana terreno cada vez más.

Nada está garantizado. Pero Bandera Roja le presenta a la clase obrera una opción clara: guerra imperialista o revolución comunista. Invitamos a todos los lectores a compartirlo y discutirlo con amigos, familiares y compañeros de trabajo. ¡Ahora es el momento de crear grupos de estudio-acción y colectivos del PCOI!

Trajadores griegos bloquean entrega de la OTAN

10 de abril —En la ciudad griega de Tesalónica, los obreros portuarios y otras personas lucharon contra la policía, tratando de detener la entrega de armas de la OTAN a Ucrania. Anteriormente, los trabajadores ferroviarios griegos se habían negado a transportar el puerto militar estadounidense y de la OTAN de Alexandroupolis a Rumania y Polonia, desde donde se suponía que debía ir a Ucrania. Se burlaron de las declaraciones de los empresarios de “Qué te importa lo que lleven los trenes, es tu trabajo y estás obligado a ir”.

En cambio, insistieron en que “los trabajadores ferroviarios trabajamos para brindar un transporte asequible y de calidad al pueblo y para el transporte de mercancías que puedan servir para satisfacer sus necesidades, no para ser parte de la participación del país en planes que son peligrosos para el pueblo”.

Bajo el capitalismo, los trabajadores se ven obligados a atender las necesidades de los patrones. Solo en el comunismo podemos todos servir verdaderamente a las masas populares. Los trabajadores industriales con conciencia de clase como estos serán clave para la revolución comunista en Grecia y en todas partes.

Primera página de esta edición

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