Luchando Contra el Fascismo en las Filipinas 1898-2022

Crecientes Protestas contra el Fascismo en las Filipinas Crean Oportunidades para la Organización Comunista Mundialmente aquí ♦ Insurgentes filipinos resisten la ocupación estadounidense después del Tratado de Paris de 1898 aquí ♦ Domingo y Viernes: Aprendiendo de la Historia del Activismo de los Obreros Filipinos aquí; Las condiciones en las conservas de pescado eran húmedas, frías, y peligrosas aquí ♦

Las Crecientes Protestas contra el Fascismo en las Filipinas Crean más Oportunidades para Organizar por el Comunismo en Todo el Mundo

27 de mayo—En todo el mundo está surgiendo una nueva generación de jóvenes filipinos y sus camaradas. Están indignados por el anterior régimen fascista de Duterte y ahora, aún más, por la elección de Ferdinand (“Bongbong”) Marcos Jr. Muchos de sus padres lucharon duramente contra el régimen sanguinario y corrupto de Ferdinand Marcos Sr.

Estas familias de la clase dominante no “resurgieron” como informan algunos. Siempre han estado ahí, ilesos del escándalo y reforzados por el capitalismo y el imperialismo.

El régimen fascista de Marcos Sr. gobernó de 1965 a 1986, apoyado por el imperialismo estadounidense. Su política de exportación de mano de obra envió a los filipinos por todo el mundo para ser superexplotados como mano de obra barata. Doce millones de filipinos, alrededor del 10% de la población, se encuentran en esta diáspora. La mayoría están en los EE. UU., Arabia Saudita, Canadá, los Emiratos y Japón.

Las rebeliones antiimperialistas han sacudido Filipinas desde que el Tratado de París de 1898 pusiera fin a la guerra entre EE. UU. y España y entregara el control de las Filipinas, Puerto Rico y Guam a EE. UU. Hay largas conexiones históricas entre las luchas en Puerto Rico y las Filipinas.

Una guerra civil de cincuenta años que comenzó a principios del régimen de Marcos, Sr. todavía hace estragos en el campo filipino. La gente dice que ha costado un millón de vidas. Muchos de los rebeldes se identifican como comunistas.

Daniel, un joven activista filipino en Seattle (EE. UU.), conoció a Bandera Roja el Primero de Mayo. Sacó tiempo del trabajo, la familia y los compromisos políticos para reunirse con los camaradas del PCOI. Él “apreció el énfasis en el comunismo” en el reporte en Bandera Roja del 1º de Mayo en Seattle. Preguntó qué hace el PCOI internacionalmente para hacer avanzar la revolución comunista.

Daniel y otros están particularmente interesados en los desarrollos recientes en El Salvador. Duterte usó las pandillas como excusa para intensificar la opresión y ampliar los ataques contra revolucionarios e incluso reformistas, forzando a muchos a la clandestinidad. Los gobernantes filipinos etiquetan como “terroristas” — incluso a las personas religiosas que organizan escuelas para niños indígenas — y los masacran.

Así es como Bukele utilizó la violencia de las pandillas como excusa para instituir el estado de emergencia en El Salvador y consolidar su poder. Prohibió las reuniones masivas, amenazó con encarcelar aquellos que se manifestaran y marcharan el Primero de Mayo de este año, ¡la marcha tomo lugar de todos modos!

Los gobernantes de ambos países se alían de manera oportunista con China o Estados Unidos (o ambos) según la dinastía que esté en el poder y las condiciones de la rivalidad interimperialista. Quienquiera que esté en el poder, los ataques brutales y mortales contra la clase obrera y la juventud.

Confiemos en la Clase Obrera Internacional, No en los Politiqueros Estadounidenses

En Seattle, una amplia coalición protestó contra Marcos Jr. Algunos grupos piden elecciones “libres” de intervención extranjera. Otros se enfocan en construir una conciencia revolucionaria. Un grupo enfatiza el potencial revolucionario de la sociedad filipina. Daniel y muchos otros abrazan un movimiento comunista mundial.

Los activistas han presionado a un congresista local para que introduzca la Ley de Derechos Humanos de las Filipinas (PHRA). Esperan usarla para evitar una mayor intromisión de Estados Unidos en el ejército filipino. El ejército ha atacado a los filipinos que se pronuncian en contra del gobierno y atacan a la clase trabajadora.

En 2018, el Congreso de EE. UU. aprobó una ley similar para prohibir la ayuda al batallón ucraniano Azov, abiertamente neonazi. Hoy, el régimen de Biden llama “héroes” al Batallón Azov y canaliza millones hacia ellos.

Nunca podemos confiar en los politiqueros capitalistas. Confiar en ellos promueve la ilusión de que los trabajadores y los jóvenes pueden presionar a este sistema para que brinde una vida digna a las masas. Hay un largo historial que demuestra que esto no es cierto.

La lucha por el comunismo necesita más revolucionarios dispuestos a luchar directamente por las ideas comunistas. Nuestra estrategia de movilizar a las masas directamente para el comunismo es atractiva para muchos, incluido Daniel.

Confiar en la clase obrera internacional significa que debemos llegar a más gente con nuestras ideas comunistas y construir relaciones comunistas con ellos. Daniel nos preguntó que cuántas personas leen Bandera Roja. Miles lo hacen ahora, electrónicamente o en forma impresa.

Estuvimos de acuerdo en que debemos hacérselo llegar a muchos más amigos en los EE. U. U., en las Filipinas y en todo el mundo que apreciarían nuestra audaz promoción de la política comunista.

Necesitamos desarrollar más organizadores comunistas internacionales para nuestra clase obrera internacional. Las reuniones locales y los eventos sociales/políticos y las reuniones internacionales en Zoom del PCOI son de gran ayuda.

Cimentemos las relaciones para avanzar en nuestro objetivo compartido de la revolución comunista internacional. ¡Construyamos el Partido Comunista Obrero Internacional en todas partes!

Invitamos a todos los lectores de Bandera Roja a ayudar con estas tareas – como puedan y dondequiera que estén.

 

Insurgentes filipinos resisten la ocupación estadounidense después del Tratado de Paris de 1898

Domingo y Viernes: Aprendiendo de la Historia del Activismo de los Obreros Filipinos

 

Las condiciones en las conservas de pescado eran húmedas, frías y peligrosas.

Silme Domingo y Gene Viernes fueron asesinados dentro de la sede del ILWU (sindicato de los estibadores) de Seattle (EE. UU.) el 1 de junio de 1981. Ambos obreros filipinos tenían solo 29 años.

Muchos de los que vivíamos en el área de Seattle recordamos ese día con ira y lágrimas. Habíamos luchado contra el racismo y la guerra en las décadas de 1960 y 1970, pero sabíamos muy poco sobre las luchas de los obreros, en su mayoría filipinos y asiáticos, en las fábricas de conservas de Alaska.

Domingo y Viernes se habían conocido siendo adolescentes, trabajando los veranos en las conserveras de Alaska, como lo habían hecho sus padres. Experimentaron condiciones horripilantes y racismo. Trabajaban jornadas de 20 horas con las manos y los pies en agua helada, limpiando y descuartizando salmón con cuchillos largos y afilados.

Cuando no estaban trabajando, se albergaban en barracones destartalados sin calefacción, comiendo arroz y cabezas de pescado en comedores separados racialmente. Los obreros y gerentes blancos vivían en dormitorios de una sola habitación y comieron una variedad de alimentos, incluidas frutas y verduras.

De vuelta en Seattle, Domingo y Viernes vieron que los ancianos que habían trabajado durante años bajo estas terribles condiciones tenían muy mala salud. Enojados por este trato abiertamente racista, acudieron a la Comisión Federal de Igualdad de Oportunidades en el Empleo para presentar denuncias de discriminación racial contra varias fábricas de conservas de Alaska. También presentaron varias demandas colectivas.

Cuando el sindicato que les cobraba sus cuotas, Local 37 ILWU, no los apoyó, formaron la Asociación de Obreros de Conservas de Alaska. A ambos obreros se les prohibió efectivamente trabajar en las fábricas de conservas.

Con el apoyo de sus compañeros de trabajo, Domingo y Viernes se convirtieron en líderes de base del sindicato. Lideraron una lucha para poner fin a la forma en que los miembros eran enviados tradicionalmente a empleos mediante la sala del sindicato, donde la mayoría de los compinches del presidente obtenían los empleos. Las pandillas callejeras que controlaban las operaciones de juego en las fábricas de conservas sobornaban al Local 37 para conseguir empleos para sus miembros.

Unos meses después, Domingo y Viernes fueron balaceados dentro de la sede del sindicato. Pero esto no fue solo una lucha sindical. Sus familias tardaron años en probar que el presidente Marcos de Filipinas ordenó sus muertes y que el corrupto presidente del sindicato y sus gánsteres llevaron a cabo los asesinatos.

Los comunistas sabemos que los obreros no pueden lograr el mundo que necesitamos mediante el sindicalismo o las reformas. Hemos aprendido esto a través de muchos años de lucha.

Domingo y Viernes no eran comunistas. Pero cuando se involucraron con el KDP (Unión de Filipinos Democráticos) y el Movimiento Primero de Mayo, comenzaron a reconocer que el capitalismo era el verdadero enemigo. Ambas organizaciones lucharon contra el régimen de Marcos y la ley marcial en las Filipinas.

El capitalismo es la razón por la que millones de obreros en todo el mundo son asesinados. La policía y los mafiosos aprietan el gatillo, pero están trabajando para los patrones. Para lograr justicia para la clase obrera, debemos movilizar a las masas para luchar por el comunismo.

Contar la historia de la clase obrera internacional es esencial para ganar a los jóvenes a unirse a la lucha.

La mayor parte de la información aquí proviene de Ron Chew, Recordando a Silme Domingo y Gene Viernes: El Legado del Activismo Laboral de los Filipinos Estadounidenses (2012)

 

 

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