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Audiencias del 6 de Enero: Se Agudiza la Lucha Entre los Gobernantes Estadounidenses Los Trabajadores Necesitamos la Revolución Comunista, No la Democracia Capitalista o Golpes Fascistas
EEUU., 21 de junio— Donald Trump, sus aliados y simpatizantes son “un peligro claro y presente para la democracia estadounidense”, declaró el juez jubilado J. Michael Luttig. Luttig habló ante una reunión televisada del comité del Congreso que investiga el asalto del 6 de enero de 2021 al Capitolio de los Estados Unidos.
Luttig es un destacado republicano archiconservador con estrechos vínculos con los jueces más derechistas de la Corte Suprema de Estados Unidos. Testificó como asesor de Mike Pence, exvicepresidente de Trump. Su testimonio muestra que un poderoso bloque de capitalistas estadounidenses, aunque profundamente dividido en temas sociales, se está uniendo para aplastar una amenaza a su capacidad de gobernar.
“Trump y sus compinches no tienen limite en cuanto a su bajeza”, comentó un amigo.
“Las ruedas de la justicia giran lentamente, pero giran bien”. (Sun Tzu) es como una camarada resumió las reacciones de sus amigos a las audiencias. Quieren ver a Trump y sus compinches tras las rejas.
Pero es el poder estatal, no la “justicia”, lo que está en juego.
La palabra “justicia” une dos ideas: rectitud, imparcialidad, equidad, por un lado, legalidad por el otro. Pero el “estado de derecho” del capitalismo protege la propiedad privada y la explotación de las masas sin propiedad. Entonces, la “justicia” es una contradicción en la que los gobernantes usan la ilusión de la equidad para que apoyemos el sistema legal desigual que les sirve a ellos y no a nosotros.
En ninguna sociedad es “lícito” derrocar o interferir con el gobierno.
El “peligro claro y presente” de Luttig hace referencia a una doctrina de la Corte Suprema sobre cómo el gobierno puede limitar las libertades de expresión, prensa o reunión. Ese caso de 1951 se refería a la represión gubernamental contra el Partido Comunista de EE. UU (PCUSA).
El PCUSA creó ilusiones de que el comunismo podría lograrse a través de elecciones. El Partido Comunista Obrero Internacional (PCOI) no tiene tales ilusiones.
Nuestro trabajo hoy – distribuyendo literatura, construyendo lazos con trabajadores y jóvenes, participando en sus luchas – puede ser legal en los EE. UU. aunque no en todas partes. Pero cuando y donde nos acerquemos a dirigir a las masas revolucionarias para tomar el poder y construir el comunismo, seremos completamente ilegales. Nos preparamos hoy para esa lucha.
Ahora mismo, sin embargo, los gobernantes de EE. UU. están ejerciendo sus precedentes legales anticomunistas contra los golpistas fascistas. Parecen listos para aplastar a los Proud Boys y Oath Keepers que lideraron el asalto a la Capital. Coeur d’Alene, Idaho, la policía arrestó a 31 miembros del “Frente Patriota” nacionalista blanco antes de que pudieran atacar un evento reciente de Pride (Orgullo).
Greg Jacob, exabogado de Pence, testificó sobre lo que habría ocurrido si Pence hubiera seguido las órdenes de Trump de declararlo ganador. “Una situación constitucional sin precedentes… que bien podría entonces tener que decidirse en las calles”.
Eso podría suceder en 2024. ¿Se pondría la policía local del lado de los fascistas pro-Trump? ¿Los reprimirían la Guardia Nacional o las unidades regulares del Ejército? Los gobernantes están preocupados.
Como dijo Luttig, el 6 de enero “los estadounidenses estaban en guerra entre sí por nuestra democracia”.
Esto no es solo una metáfora. El representante Mo Brooks (Republicano de Alabama) le dijo a Fox News que “necesitamos nuestras armas” para que “podamos recuperar nuestra nación”. El Partido Republicano de Texas acaba de afirmar el derecho de su estado a la secesión.
El imperialismo estadounidense enfrenta esta creciente crisis interna mientras sus competidores rusos y chinos lo desafían globalmente con creciente éxito. Otra guerra civil no es imposible. La Unión Soviética se desintegró; Estados Unidos también podría hacerlo.
Este conflicto interno no es una lucha de clases entre trabajadores y capitalistas. Es una lucha entre capitalistas: aquellos que están utilizando el proceso democrático para permanecer en el poder y aquellos (incluyendo a Trump) que no pueden. Más de 700 personas fueron arrestadas por el ataque del 6 de enero. Más de la mitad eran directores ejecutivos, dueños de negocios o profesionales como arquitectos, médicos y abogados. Sólo el 7% estaba desempleado. Relativamente pocos eran trabajadores.
Las masas de trabajadores y jóvenes descontentos, incluidos trabajadores y jóvenes blancos, no han sido ganados al racismo y al fascismo. La Comisión 6 de enero quiere ganarlos para que apoyen activamente la democracia y la justicia. Eso significa apoyar el poder estatal capitalista y las leyes que nos encadenan en la esclavitud asalariada.
Debemos ampliar nuestros esfuerzos para movilizar a las masas al comunismo en todo el mundo. Los gobernantes usan líderes carismáticos cuando pueden y (más a menudo) temen a un “mal mayor”. Controlan la mayor parte de nuestro acceso a la información. Ellos tienen su monopolio legal de la fuerza.
Pero tenemos la única solución a los crecientes problemas de los trabajadores en todas partes: una sociedad comunista donde todos trabajemos como queramos y podamos y todos compartimos según nuestras necesidades. Donde las masas, organizadas por el PCOI, tomen decisiones colectivamente basadas en los principios comunistas y en plena información.
Tomemos la historia en nuestras manos y comencemos a construir nuestro futuro comunista.
16 de junio: Los trabajadores gubernamentales de Túnez paralizaron este país del norte de África con una huelga nacional. Los trabajadores exigieron aumentos salariales para contrarrestar la inflación. Denunciaron los recortes presupuestales y la privatización propuestos por el gobierno. El presidente Kais Saied quiere que estos satisfagan al Fondo Monetario Internacional en medio de una crisis económica. Las masas también están furiosas con la revisión de Saied de la constitución de 2014 para aumentar su poder. Túnez fue el único país que salió de la Primavera Árabe con la democracia exigida por las masas. Como dijo entonces el PCOI, tenemos que luchar por el comunismo, no por la democracia.