Sudáfrica y Mundialmente: ¡Pongámosle Fin a las Divisorias Fronteras y Racismo!

Me Volví Comunista Porque los Trabajadores Tenemos Mas en Común Que Diferencias aquí ♦ Destruyamos Todas las Fronteras aquí ♦

No Prisiones Flotantes

Me Volví Comunista Porque los Obreros Tenemos Más en Común que Diferencias

Me afilié al Partido hace unos siete años, cuando apenas tenía 20 años. Antes formaba parte de la liga juvenil del Congreso Nacional Africano (CNA). Sin embargo, me desilusioné con la política del CNA o con la falta de ella.

En el CNA se interesaban por chismes y las facciones. Se trataba más bien de “¿A quién apoyas para este puesto?” y “¿Cuál es nuestra posición o lista de candidatos para la próxima conferencia de local, regional, provincial y/o nacional?”. Nunca se trataba de hacer nada significativo para cambiar la vida de las masas.

Con el tiempo, abandoné el CNA por un movimiento de conciencia negra que tenía su base principalmente en la Universidad. Su política se centraba en las guerras raciales, por así decirlo. Se centraban sobre todo en el odio a los blancos, a los que veían como el mal, ¡literalmente!

En el CNA nunca se habló del capitalismo y del sistema. En este movimiento sí, pero para ellos todo el sistema capitalista se debía al malvado hombre blanco. Esto nos atraía aquí en Sudáfrica, dada la historia y la desigualdad racial. Pero cada vez resultaba más difícil explicar los países de África que son capitalistas, aunque el 90-99% de la población esté clasificada como negra.

No podían responder satisfactoriamente a la cuestión de capitalistas negros: por qué las masas deberían verlos como amigos sólo porque son negros, mientras administran el sistema que los oprime.

Estas preguntas persistentes coincidieron con el esfuerzo y la lucha del camarada M por reclutarme para el PCOI. Teníamos interminables conversaciones sobre política e ideas. Él presentaba ideas comunistas, mientras que yo todavía tenía ideas de Conciencia Negra.

Finalmente me invitó a una reunión del PCOI donde había otros camaradas, de EE. UU.

Fue en esta reunión donde me empezó a agradar el Partido. Al final acepté unirme a las reuniones y organizar y aprender su línea política, la línea comunista. Mientras los camaradas hablaban, me quedó claro que los trabajadores de todo el mundo tienen más cosas en común que diferencias, a pesar de las nacionalidades y las razas.

Quedó claro que los trabajadores de todo el mundo se enfrentan a la misma opresión y explotación. Tienen los mismos enemigos de clase, los capitalistas, ya sean árabes, mexicanos, blancos o negros.

Teníamos que luchar todos juntos para destruir este sistema de explotación. Por estas razones me hice entonces organizador del Partido. Seguí movilizando a las masas en favor del comunismo. Conseguí convencer a mis amigos para que se afiliaran al Partido. Ellos también se han hecho miembros y organizadores del Partido.

Hemos llegado a organizar y reclutar obreros mineros en Rustenburgo. Todo esto no fue automático. Más bien fue a través de la lucha y el aprendizaje. En todo momento, tanto yo como el colectivo hemos estado aprendiendo de nuestra práctica y nuestras luchas sobre cómo ser mejores comunistas. Los comunistas se hacen, no se crean de forma innata.

—Camarada en Sudáfrica

Ve Nuestro Folleto: Para Acabar con el Racismo, Movilicemos a las Masas para el Comunismo Aquí

¡Destruyamos Todas las Fronteras! ¡Los Trabajadores No Tenemos Patria!

“¡Es injusto que mantengan a los inmigrantes que van a pedir asilo, viviendo en los barcos! ¿Cómo van a poder trabajar para ayudar a sus familias?”

Esto fue la respuesta de un compañero de trabajo cuando le mostré el artículo de como en Portland, Inglaterra, se están usando los barcos como “hotel” (prisiones) para los que van en busca del asilo y porque se les hace, según el gobierno, más barato que pagarles un hotel en tierra firme. Este es solo un ejemplo de los ataques hacia a la clase trabajadora por los capitalistas y sus gobiernos.

En África, algunos gobiernos, como Túnez, tratan de mantener los inmigrantes lejos de sus puertos para que no lleguen a Europa, todo a cambio de ayuda financiera. Y los expulsan al desierto con poca agua y comida para que se den por vencidos de continuar su intento de llegar a la costa.

En Texas, Estados Unidos de Norteamérica se han instalado alambre de púas a la orilla del Rio Grande, para detener y atemorizar a los trabajadores en su intento de cruzar. Estos alambres han causado daño a mucha gente, incluyendo a una mujer embarazada que tuvo un aborto en las boyas, en medio del rio, traumatizada por el terror de mirar a sus otros hijos atrapados por los alambres.

En la frontera norte de México, hay más de 100,000 buscando asilo. Y los miles más que siguen su camino para tratar de sobrevivir bajo el sistema capitalista explotador.

¡Basta ya! Mientras los patrones gozan de las ganancias obtenidas de nuestro trabajo, a un gran número de trabajadores nos mandan a la muerte, al tratar de encontrar un trabajo para ayudar a nuestras familias.

En cualquier rincón del mundo donde un trabajador que quiere escapar de la miseria en que nos sume el capitalismo, tratando de moverse a otro lugar para poder sobrevivir, hay gobiernos que tratan a toda costa de impedirlo.

Este es el sistema capitalista que tenemos que destruir con la revolución comunista, luchar por un mundo sin fronteras. Por miles de años la humanidad no conocía las fronteras. Las tribus se movían a donde hubiera agua y animales que cazar.

Solo durante los últimos 600 años se han establecido las fronteras actuales, como consecuencia de la explotación y guerras entre los patrones que se han dividido el mundo y han usado a los trabajadores para pelear por ellos.

Por eso tenemos que luchar por el comunismo, sociedad que acabara con la idea de que pertenecemos a un país. Los trabajadores no tenemos país, tenemos nuestra clase, la clase trabajadora. Únete a la lucha por un mundo sin fronteras ni explotación.

—Camarada en Los Ángeles, EE. UU.

Vea Nuestro Folleto: Luchemos por el Dia en Que Ningún Trabajador Sea Llamado Extranjero Aquí

Primera página de esta edición

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