Incendios en Maui: El Poder Obrero Tiene Que Resolver los Desastres Ambientales del Capitalismo

Incendios en Maui: Desastre Capitalista aquí ♦ La Historia de la Tierra y el Futuro del Comunismo aquí ♦


Trabajadores del gas en el Condado de Maui en huelga, 22 de agosto 2023.

Incendio Forestal en Maui: El Desastre Capitalista Demuestra que Necesitamos el Comunismo

Los incendios forestales destruyeron la histórica ciudad de Lahaina, Maui (Hawái, EE. UU.). Cientos de personas murieron. No fue un desastre “natural”. Fue causado por el capitalismo.

En 2014, Manejadores de Incendios, una organización no lucrativa, advirtió que Lahaina corría un alto riesgo. Gran parte de ese riesgo procedía de pastos no autóctonos arrasados por la sequía. Estas se extendieron ampliamente desde las plantaciones de azúcar en desuso, creadas por imperialistas hambrientos de ganancias.

Estos mismos patrones abandonaron las plantaciones después de la 2ª Guerra Mundial, cuando el turismo se hizo más lucrativo. Ahora la gente teme que Lahaina será reconstruida para el turismo, como Waikiki. Es posible que los residentes de toda una vida nunca puedan volver.

El plan recomendado por la organización no lucrativa sólo se puso en práctica parcialmente. “Es realmente frustrante y desgarrador ver que algunas cosas podrían haberse hecho, pero no encontramos dinero”, dijo el autor principal del plan.

Cientos murieron porque el dinero “no se podía encontrar”. El capitalismo sólo “encuentra dinero” para proyectos que maximizan las ganancias de los ricos.

Por eso necesitamos el comunismo, un sistema que no funcione con dinero en absoluto. Contribuiremos con nuestro trabajo para producir y distribuir lo que las masas necesiten. No necesitaremos comprar ni vender nada porque todo será compartido.

En el comunismo, no tendremos que buscar dinero para que las comunidades sean seguras. O para cualquier otra cosa. En su lugar, nos organizaremos para hacer cualquier trabajo que sea necesario.

En Maui, eso podría significar un mejor sistema de respuesta de emergencia. O erradicar las hierbas invasoras, legado del imperialismo. Nosotros mismos determinaremos las prioridades, no los politiqueros endeudados con los intereses empresariales.

Los supervivientes de Lahaina demostraron que podemos cuidarnos unos a otros. Ninguna sirena oficial les avisó. Los vecinos avisaron a los vecinos. La gente ayudó a escapar a desconocidos. Después, han sido principalmente voluntarios los que han organizado la distribución de alimentos y agua. Compartir, no vender – eso es lo que será el comunismo.

Los polinesios que colonizaron Hawái no practicaban la propiedad privada de la tierra. Los capitalistas occidentales la impusieron, a partir de 1848. Muchas familias hawaianas se vieron obligadas a abandonar las tierras que habían cultivado durante generaciones. Al igual que los agricultores europeos mucho antes, se convirtieron en esclavos asalariados, a menudo en plantaciones.

El Manifiesto Comunista apareció también en 1848, en medio de levantamientos obreros masivos en toda Europa. El comunismo abolirá la propiedad privada de la tierra y de todos los demás medios de producción.

Los incendios forestales han devastado grandes partes de Chile, Grecia, España, Canadá, Kazajstán y otros lugares además de Maui. ¿Hasta cuándo dejaremos que el capitalismo cree desastres? ¿Qué pueden hacer nuestros colectivos ahora mismo para acelerar la revolución comunista?

—Camaradas en EE. UU.

La Historia de la Tierra y el Futuro del Comunismo

Según los científicos, el punto de inflexión se produjo en los 1950s. La lluvia radioactiva cubrió la Tierra. Entramos en el Antropoceno. Ahora, la actividad humana es el principal motor del cambio planetario.

Pero la humanidad está dividida en clases. Nuestra masiva clase trabajadora, cuyo único recurso es nuestra capacidad de trabajo. Frente a la minúscula clase capitalista que explota nuestro trabajo y nos está conduciendo a un precipicio planetario.

¿Qué clase dominará el Antropoceno?

Nosotros, y las generaciones anteriores, hemos vivido bajo la tiranía de la riqueza. ¿Podría cambiar eso alguna vez? ¿Podríamos los trabajadores tomar todo – ¡todo! – en nuestras propias manos?

Todo cambia. Incluso los cimientos del Planeta Tierra.

Una Breve Historia de Nuestro Planeta

La Tierra se formó hace 4.500 millones de años como una bola de fuego hirviente. Durante 500 millones de años -el Eón Hadeico- su exterior se enfrió lentamente.

Algunos minerales empezaron a formar placas sólidas pero inestables. Poco a poco, fragmentos más grandes formaron una fina corteza. Los cambios cuantitativos en la temperatura de la superficie transformaron la naturaleza del planeta.

Comenzó un nuevo eón, el Archean. El núcleo fundido de la Tierra permaneció, pero apareció algo nuevo: el registro rocoso.

A lo largo de mil millones y medio de años comenzaron a formarse los continentes. La temperatura de la superficie descendió por debajo del punto de ebullición del agua. Aparecieron los océanos. Aparecen las primeras evidencias de vida microscópica.

El desarrollo gradual de las formas de vida dio lugar al Eón Proterozoico, hace unos 2.500 millones de años. Las bacterias verdeazuladas empezaron a producir oxígeno (fotosíntesis) y a liberarlo en el océano. El oxígeno se unió al hierro y a otros elementos, creando minerales como el óxido de hierro. La vida estaba cambiando la química del planeta.

Se llegó a un punto de inflexión cuando la fotosíntesis produjo más oxígeno libre del que los minerales podían absorber. El gas oxígeno disuelto llenó los océanos. Con el tiempo llegó a la atmósfera, permitiendo que muchos más organismos evolucionaran y prosperaran.

El oxígeno libre reaccionó con el metano, creando dióxido de carbono. La atmósfera se enfrió. Esto probablemente provocó la primera glaciación hace unos 2,100 millones de años.

La explosión de formas de vida marcó el inicio del Eón Fanerozoico, hace 541 millones de años.

Nuestro Lugar en la Historia de la Tierra

Vivimos en el período Cuaternario de la Era Cenozoica del Eón Fanerozoico. El Cuaternario comenzó hace 2.58 millones de años. Si la historia de la Tierra durara un día, el Cuaternario duraría menos de un minuto.

Nuestra especie humana sólo existe desde hace unos cientos de miles de años, un abrir y cerrar de ojos. Pero en ese tiempo hemos influido mucho en la Tierra: sus ecosistemas, su clima, su geología e incluso su química.

La lluvia radiactiva es el marcador elegido por los científicos para el inicio del Antropoceno. Pero los humanos también han creado más de doscientos minerales nuevos. Hemos añadido metales y plásticos al registro fósil.

Hace dos siglos, la revolución industrial capitalista empezó a arrojar carbono a la atmósfera. Doce mil años antes, la invención de la agricultura remodeló los ecosistemas e incluso la geografía.

La actividad humana ha cambiado cualitativamente la Tierra. Nosotros somos parte de ese cambio.

El Comunismo: El Camino a Seguir

Las bacterias verdeazuladas no tenían ni idea de los efectos que causaban. Durante mucho tiempo, los humanos tampoco. Pero (a diferencia de las bacterias) podemos analizar, aprender, imaginar y planificar. Podemos moldear conscientemente el futuro, dentro de ciertos límites, por supuesto.

Los capitalistas planifican para maximizar sus ganancias a expensas de los trabajadores y de nuestro medio ambiente. Los mayores capitalistas (imperialistas) planean la guerra, incluso nuclear, contra sus competidores.

¡No podemos dejarlos encargados del Antropoceno!

La alternativa es la revolución comunista por el poder obrero. El comunismo acabará con el sistema de ganancias. Nos dará poder a nosotros, los productores, para decidir qué producir y cómo. Para planificar nuestro futuro, no el final de cuentas.

Para movilizar nuestra mano de obra y recursos para limitar y reparar el daño. Para imaginar y construir, sobre las cenizas del viejo, el mundo que necesitamos.

El comunismo funcionará a base de relaciones, no de dinero. Trabajaremos los unos para los otros y confiaremos los unos en los otros. Superaremos las divisiones racistas, religiosas, de género, nacionales y de cualquier clase creadas por el capitalismo.

Todo cambia. Las cosas cambian lentamente. Luego pueden alcanzar un punto de inflexión en el que las cosas cambian rápidamente.

Las pequeñas cosas que más necesitamos hacer ahora mismo son las que construyen relaciones comunistas. Conversa con una persona más (o muchas) sobre el comunismo. Haz llegar Bandera Roja a una persona más (o muchas) Pide a una persona más (o muchas) que lo comparta con otros.

Únete o construye un colectivo del Partido. O asume una responsabilidad más para los tuyos.

No siempre podemos ver los resultados de lo que hacemos. Pero estos pequeños pasos son las burbujas de oxígeno que cambiarán nuestra atmósfera social. Que harán realidad la revolución y la sociedad comunista.

Primera página de esta edición

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