Huelga contra la Esclavitud Asalariada, Luchemos por un Mundo Comunista aquí ♦ Son Huelgas la Solución? aquí ♦ Trabajadores Municipales de Los Ángeles Dan la Bienvenida a Bandera Roja aquí ♦
¡Huelga Contra la Esclavitud Asalariada!
Luchemos por el Mundo Comunista que Necesitamos
El mundo está convulsionado. Hay una guerra no declarada. Es una guerra de clases: ¡la clase obrera contra la clase capitalista!
Esta lucha debe terminar en una guerra revolucionaria por el comunismo mundial. Sólo un mundo comunista puede satisfacer todas las necesidades de nuestra clase en un ambiente sano.
Esta lucha se intensifica. Vivimos en tiempos prerrevolucionarios: las masas obreras no pueden vivir como antes.
Testigos de ello son las masivas rebeliones obreras que estallan desde Francia a Sri Lanka, desde Perú a la India, desde el Líbano a Sudán, y más allá.
En Estados Unidos, la agudización de la lucha de clases apunta en esa dirección. Una creciente ola de huelgas, o amenazas de huelga, ha golpeado recientemente el país.
El pasado diciembre, el presidente Biden intervino para impedir una huelga de obreros ferroviarios. A principios de este año, los obreros portuarios de la costa oeste protagonizaron una serie de paros. Los trabajadores de UPS amenazaron con una huelga nacional. Los escritores llevan en huelga desde mayo, y los actores desde julio.
En Los Ángeles, los trabajadores escolares se declararon en huelga, secundados por un paro de profesores. Los hoteleros han abandonado de forma intermitente sus puestos de trabajo desde el 4 de julio. Los trabajadores municipales de Los Ángeles hicieron huelga durante un día.
Cuando llevamos nuestra literatura comunista a los trabajadores en los piquetes, descubrimos que muchos cuestionan el capitalismo y están abiertos al comunismo revolucionario. Los trabajadores nos dan la bienvenida.
Tenemos buenas conversaciones sobre la esclavitud asalariada y un mundo comunista sin dinero ni patrones. Nos encontramos con trabajadores que quieren hablar más. Que piden más literatura para sus compañeros y amigos.
Los trabajadores automotrices a nivel nacional amenazan con una huelga el 14 de septiembre. Esa sería una oportunidad para llevar la solidaridad comunista a los piquetes y a nuestros lugares de trabajo.
Organicemos Huelgas Contra el Capitalismo para Inspirar a Nuestra Clase para la Revolución
Los trabajadores han estado haciendo huelgas desde el nacimiento del capitalismo hace más de 500 años. ¿Por qué tenemos que hacer huelga para obtener, de la riqueza que producimos, una mísera fracción para apenas sobrevivir?
No tenemos por qué. Es hora de romper este círculo vicioso de explotación y huelgas. Sólo la revolución comunista puede hacerlo. ¡Necesitamos movilizar a las masas para ello!
En vez de hacer huelgas por reformas, organicemos huelgas contra el capitalismo y su esclavitud salarial asesina. Los dirigentes del Sindicato de Obreros Automotrices dicen que una huelga contra los “Tres Grandes” fabricantes de autos podría ser “histórica”.
Una huelga verdaderamente histórica atacaría la esclavitud salarial capitalista. Inspiraría a los trabajadores industriales de todo el mundo a luchar para producir para satisfacer nuestras necesidades, no para producir ganancias. Una sociedad comunista donde la salud y la seguridad de los trabajadores sean primordiales.
Profundizaría la comprensión de los trabajadores de que las reformas exitosas (¡temporales, en el mejor de los casos!) sólo perpetúan el capitalismo y sus horrores.
Los salarios nos encadenan a los capitalistas. Una sociedad sin dinero -una sociedad verdaderamente comunista- romperá esas cadenas para siempre.
Lucha de Clases Reformista o Lucha de Clases Comunista
Por 175 años, el movimiento comunista internacional ha movilizado a cientos de millones de trabajadores en todo el mundo para acabar con el capitalismo mediante la revolución. Todos estos intentos fracasaron, incluyendo las revoluciones rusa y china. ¿Por qué?
Porque su estrategia consistía en movilizar a los trabajadores para la revolución mediante luchas reformistas masivas. Lucharon por sindicatos, salarios más altos, seguros médicos, pensiones – pero desistieron de la lucha contra el capitalismo.
Su mayor reforma fue el socialismo. El poder obrero socialista, pensaron, conduciría al comunismo. Pero no podía porque el socialismo era capitalismo de estado. Mantenía el dinero, los salarios, las ganancias y la esclavitud asalariada. Los gobernantes comunistas se convirtieron en los nuevos esclavistas capitalistas-imperialistas. Hoy Rusia y China están desafiando al imperialismo norteamericano por el dominio mundial – conduciendo a la Tercera Guerra Mundial.
La lucha de clases comunista significa movilizar a las masas para la revolución, pero no mediante reformas. Por el contrario, planteando la necesidad de destruir el capitalismo mediante el comunismo.
En las huelgas y manifestaciones, levantamos las consignas: ¡Abolir la esclavitud asalariada y el dinero con el comunismo! ¡La revolución comunista acabará con el racismo, el sexismo, las naciones, la xenofobia y las fronteras!
¡El Comunismo es Nuestro Futuro!
Comunismo significa una vida de colectividad y de compartir, libre de la explotación y de los horrores del capitalismo. Donde todos contribuimos según nuestra capacidad y compromiso y recibimos según nuestras necesidades. Donde las relaciones colectivas nos unirán, no el dinero. Donde todos podamos alcanzar nuestro pleno potencial como seres humanos.
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¿Son Huelgas la Solución?
“Sé de la huelga de un día de 11 mil trabajadores de la ciudad”, dijo la chofer de autobús de MTA. (Transporte Público) “Es magnífico”.
“La huelga es buena”, dijo el camarada del PCOI (Partido Comunista Obrero Internacional), entregándole su copia de Bandera Roja. “Inspira a otros a luchar. Pero por que luchamos es aún más importante.
“Los trabajadores han estado haciendo huelgas por generaciones. Si nada cambia, nuestros bisnietos y sus bisnietos seguirán haciendo huelgas. Tenemos que romper este ciclo vicioso. Necesitamos algo diferente”.
“Estoy de acuerdo contigo. Necesitamos algo diferente”, repitió la chofer.
“Reformas por más salarios y más empleos”, continuó nuestro camarada, “aunque se ganen, al final eventualmente nos las quitan. La inflación se come los aumentos. ¡A los capitalistas les importa poco que el sobretiempo afecte nuestras vidas y salud!
La chofer estuvo de acuerdo. Luego dijo, “Yo les digo a mis compañeros de trabajo que debemos también hacer huelgas para conseguir lo que necesitamos”.
Esto es una contradicción. Le gusta la revolución. Pero aún espera que la reforma funcione. Las reformas capitalistas no son soluciones. Seguimos siendo esclavos asalariados en un período de crecientes ataques, racismo, fascismo y guerra. La revolución comunista ofrece la única solución viable. Tenemos que conocerla mejor para ayudarle a ver que esa es la verdadera alternativa.
—Camarada en Los Ángeles (EE. UU.)
Trabajadores Municipales de Los Ángeles en Huelga Acogen la Literatura Comunista
Tres de nosotros compartimos un coche para ir a la huelga de trabajadores municipales de Los Ángeles (EEUU) el 8 de agosto. Después de estacionar el coche, caminé al mitin de los trabajadores municipales de Los Angles en huelga. Hablé y di Bandera Roja a todo al que encontraba en mi camino. Tuve muchas conversaciones cortas y estupendas con algunos trabajadores que al principio no querían un periódico comunista. Pero después de explicarles que Bandera Roja habla de huelgas y situaciones similares en todo el mundo y que el volante habla de construir un mundo comunista para nosotros, la clase obrera, lo cogieron.
El volante, “Huelga Contra la Esclavitud Asalariada – Luchemos por el Mundo Comunista que Necesitamos” fue bien recibido. Cuatro camaradas distribuyeron cerca de 700 volantes y unos 165 periódicos Bandera Roja entre cerca de 3.000 trabajadores presentes en el mitin.
Un trabajador mayor explicó que iba a jubilarse dentro de tres o cuatro años. Se quejaba de la corrupción y de las malas condiciones en el trabajo. Le dije que en un mundo comunista todos contribuiríamos según nuestra capacidad y compromiso y obtendríamos lo que necesitáramos. Le pregunté si a él y a su esposa les gustaría cenar con algunos camaradas y seguir platicando. Respondió con entusiasmo: “¡Claro que sí!”. Me dio su número de teléfono y le di las gracias por nuestra conversación. Nos hemos comunicado y pronto nos reuniremos.
—Camarada de Los Ángeles (EE.UU.)