Sudáfrica: Los Comunistas Planeamos Una Danza Revolucionaria Toyi Toyi


19 de octubre de 2020: Miembros del Movimiento Abahlali baseMjondolo de las barriadas de Durban hacen la danza toyi-toyi durante una protesta contra el abuso de los fondos de ayuda de Covid-19

No Hay Solución Rápida para la Miseria Capitalista

GQEBERHA (Sudáfrica), 21 de agosto- Conocimos a cinco obreros durante nuestra distribución regular de Bandera Roja. Les ofrecimos Bandera Roja. Les dijimos que algunos de nosotros habíamos estado en LLE (Luchadores por la Libertad Económica) pero que ahora estamos en el PCOI. Nuestro Partido quiere eliminar a los capitalistas que crean condiciones inhumanas para la clase obrera. Necesitamos el comunismo y no que nos tiren unas cuantas migajas.

Estos obreros entraron en confianza y empezaron a decirnos: “¿Cómo podemos ingresar? Necesitamos un cambio ya”.

Les dijimos que podían unirse al PCOI ahora. “Les daremos Bandera Roja para que los distribuyan a otros trabajadores. También los visitaremos regularmente y les explicaremos la necesidad de ingresar a nuestros colectivos”.

Algunos estaban muy contentos de que lucháramos por el comunismo. Otros seguían insistiendo en que necesitaban una solución inmediata, como un trabajo fijo o protección de las condiciones laborales opresivas.

Cuando hablaron de la falta de botas de seguridad, nos dimos cuenta de que todos eran obreros contratados. Trabajaban en talleres de 50 a 100 personas. Hay docenas de fábricas de este tipo donde miles de trabajadores sufren condiciones inhumanas. La mayoría de estas fábricas son propiedad de capitalistas chinos. Los contratistas emplean a los trabajadores de dos a diez meses y luego los despiden.

A la mayoría de estos trabajadores no se les paga mensualmente. Ganan 26 rands (1,38 dólares o 115 rupias indias) la hora. En fábricas de caucho con humos venenosos, los propietarios no ofrecen botas de seguridad, máscaras protectoras ni tapones para los oídos para reducir los ruidos ensordecedores. Trabajan sin guantes protectores, sus manos muestran señales de piel deformada. Cuando piden algo para protegerse, los patrones les dicen que deben comprarlo ellos mismos, lo cual cuesta más de 600 rands (32 dólares o 2700 rupias indias).

Terminó la hora del almuerzo de los Obreros. Intercambiamos información de contacto y decidimos seguir en contacto, ya que están a sólo 15 minutos a pie de nosotros.

Después, empezamos a pensar profundamente en cómo responder a estos obreros que querían una solución rápida a la miseria del sistema capitalista. Nos dimos cuenta de que no estaban solos. Millones de trabajadores en el mundo quieren una solución rápida.

Algunos camaradas más recientes que habían estado en la LLE dijeron que cuando los obreros perdían su empleo, si había recortes, LLE recurría a la violencia individual, a la intimidación, a las batallas legales o a culpar a los trabajadores “blancos”. Nuestro Partido lucha contra estas ideas reformistas y racistas que sólo enfrentan a un grupo de trabajadores contra otro. Nuestra solución permanente es destruir todos los aspectos del capitalismo con la revolución comunista.

No hay una solución rápida. Pero hay una tarea urgente. Tenemos que convertir las ideas comunistas en ideas masivas. Se nos ha ocurrido una forma creativa de hacerlo.

Los camaradas del PCOI están planeando organizar la danza toyi toyi en diferentes fábricas. La danza toyi toyi se originó en Zimbabue en los años 50 como protesta contra el colonialismo. Rápidamente se extendió a Sudáfrica. Durante el apartheid, millones de trabajadores y jóvenes aprendieron a danzar toyi toyi. La rebelión de Sharpeville de 1960 comenzó con el ritmo estremecedor del toyi toyi. Después de que la policía masacrara a 69 trabajadores, millones de trabajadores se movilizaron en todo el mundo para luchar contra el sistema capitalista.

La demanda del Partido Comunista Sudafricano era luchar para acabar el sistema apartheid, no destruir el capitalismo. Esta lucha reformista desarmó a la clase obrera. Llevó al poder a politiqueros mayormente negros. El sistema capitalista ha continuado con su violencia despiadada incluso con más saña que el apartheid sudáfricano. El multimillonario Ramaphosa instigó la masacre de los obreros de la mina de Marikana en 2012, Las interminables casuchas, cinturones de miseria, hospitales y escuelas en ruinas claman a gritos que la esclavitud asalariada debe terminar con la revolución comunista.

Los camaradas de Sudáfrica aspiran a llevar esta historia de toyi toyi con nuestra línea comunista. Nos estamos reuniendo para organizar a unos 20 camaradas para esta marcha de protesta. Se unirán más a medida que difundamos Bandera Roja entre las masas. Estamos planeando creativamente las palabras y la logística del evento. Cometeremos errores en este proceso. Pero no perdemos de vista la primacía del mundo comunista.

Primera página de esta edición

Print Friendly, PDF & Email