Unámonos Como Clase Obrera – No Caigamos Presas de las Divisiones Capitalistas

“Raza” Nos Divide, ¿Qué Nos Unifica? aquí ♦ El Capitalismo Usa las Políticas de Identidad para Impedir la Unidad de la Clase Obrera aquí ♦

“Raza” Nos Divide, ¿Qué Nos Une?

Conseguir nuestro primer empleo es una experiencia realmente educativa. Empezamos tan llenos de planes y llenos de esperanzas. Sin embargo, lo que comienza como un pasaje al mundo de la responsabilidad madura se convierte rápidamente en una dura prueba de la realidad. Pronto descubrimos que todos los planes dependen de si un desconocido -el patrón – nos contrata. Sin trabajo no hay planes. Bandera Roja ha escrito anteriormente sobre la importante diferencia entre empleo y trabajo. Este artículo se centrará en otra distinción importante que nos ayuda a entender el mundo con mayor claridad.

Esto nos lleva a la característica principal del sistema salarial. Es un sistema de clases. En un extremo están los trabajadores asalariados (incluidos algunos “profesionales asalariados” como enfermeras y profesores}.

En el otro extremo están los que viven de sus ganancias. Son los propietarios de fábricas, minas y minerales como el petróleo (industriales), los propietarios de bancos y compañías de seguros (financieros) y los propietarios de imperios inmobiliarios (promotores).

No todo el mundo pertenece a estas dos clases. Por ejemplo, un camionero. Puede ser un trabajador que gana un salario sindical conduciendo para Safeway. O pueden ser propietarios de su propio camión. Como tales, no son totalmente capitalistas ni trabajadores asalariados.

Ejemplos como el del camionero propietario suelen inducir a la gente a pensar que en Estados Unidos no hay división de clases. De hecho, EE. UU. es el único país entre los principales países industrializados que no recopila estadísticas basadas en la clase social. “La clase es para las democracias europeas”, dijo George H.W. Bush cuando era presidente, “no lo es para los Estados Unidos de América. No vamos a estar divididos por clases”.

Y la corriente dominante liberal estadounidense está de acuerdo con él. Ya sea la prensa y los medios de comunicación, las universidades o las ONGs, todos actúan como si raza y el racismo fueran la principal división de la sociedad estadounidense. Hablando de la pobreza, la sanidad, la educación, las prisiones y los abatidos a tiros por la policía casi sólo en términos de raza, ocultan el papel vital del sistema de clases.

Nosotros queremos demostrar que la división entre trabajadores asalariados y capitalistas es la principal división en EE. UU. Y dentro de ese sistema, el racismo es la principal forma de dividir y debilitar a la mayoría asalariada.

Un vistazo a los gráficos nos ayudará a presentar nuestros argumentos. Muestran la distribución de la riqueza en EE. UU. en 1976 y de nuevo en 1999.

Este útil gráfico nos ayuda a ver la división desigual y clasista de la sociedad. Si llevamos la imagen un poco más lejos, podemos decir que los que están sentados en sillas (no tumbados sobre ellas) representan a los propietarios de pequeñas empresas, como el camionero propietario-chofer del que hablábamos antes, mientras que los que están de pie representan a los trabajadores asalariados o a los desempleados.

Luego en el siguiente gráfico, a medida que crece la economía, la diferencia aumenta. Algunos propietarios de pequeñas empresas acaban siendo trabajadores asalariados o desempleados.

También muestra que “NOSOTROS SOMOS LOS MUCHOS, ELLOS SON LOS POCOS”.

El Capitalismo Utiliza las Políticas de Identidad para Impedir la Unidad de la Clase Obrera.

Bajo el capitalismo la única contradicción fundamental es entre los trabajadores y los patrones. Sólo mediante una revolución comunista obrera podremos resolverla.

Los patrones capitalistas lo saben. Por eso trabajan sin descanso por medio de sus agentes ideológicos, sus medios de comunicación, sus libros y su sistema educativo para dividir a los trabajadores imponiéndonos diferentes identidades.

Diferencian y categorizan a las masas con el pretexto de la inclusividad. En realidad, lo hacen deliberadamente para dividir. Con el tiempo, la diferenciación y la categorización crean prejuicios entre las personas. Se destacan y comparan las diferencias, creando jerarquías y supremacías. Esto crea tribus que compiten entre sí con hostilidad.

El nacionalismo y la xenofobia entran dentro de estas tácticas capitalistas divisorias. Estas divisiones impiden la unidad y desvían la atención de los trabajadores y las masas del verdadero problema. El desempleo bajo el capitalismo se explica falsamente diciendo que “los extranjeros están robándose los empleos “. El desorden social se explica diciendo que los negros o latinos o nigerianos “son violentos”.

En la mayoría de los casos, estas divisiones han sido creadas artificialmente. Por ejemplo, en Sudáfrica hay muchas diferentes “razas” que existen sólo desde hace menos de setenta años. Tanto el gobierno colonial como el del apartheid las crearon para justificar la explotación masiva de los trabajadores mineros nativos e inmigrantes.

Estas identidades raciales se utilizaron para impedir la unidad de los blancos y el resto de los trabajadores explotados. Irónicamente, el gobierno del Congreso Nacional Africano (CNA) ha intensificado estas identidades raciales bajo la apariencia de la inclusividad y la no existencia del racismo.

El énfasis en las políticas de identidad no se limita a las identidades racializadas. Incluso entre la comunidad negra aquí en Sudáfrica, las divisiones basadas en el idioma, la geografía y las tribus también son utilizadas para desviar la atención de la crisis del capitalismo bajo el CNA.

Por ejemplo, en la provincia de KwaZulu-Natal (mayoritariamente zulú) a la gente que viene de Cabo Oriental (mayoritariamente xhosa) se le acusa de “robar” los empleos. Las únicas diferencias naturales entre las dos tribus son las diferencias en sus dialectos que se desarrollaron con el tiempo. Los capitalistas coloniales ingleses las explotaron para introducir los bantustanes y allanar el camino al régimen del apartheid.

Como comunistas, debemos luchar contra esta ideología tóxica y destructiva. Debemos hacerlo uniendo a los trabajadores del mundo para luchar contra nuestro enemigo común, los patrones capitalistas.

Los comunistas y socialistas del pasado, aunque no luchaban directamente por el comunismo, demostraron que la unidad de la clase obrera es posible. Aunque Sudáfrica es una sociedad hiperracializada, allí donde hubo solidaridad entre trabajadores de diferentes “razas” fue gracias a los esfuerzos del Partido Comunista Sudafricano.

Como PCOI luchando por el comunismo, debemos hacer lo mismo bajo nuestra propia línea política. Podemos construir partiendo de la composición del Partido. Está formado por trabajadores de todo el mundo, de diferentes nacionalidades y razas.

Luchar por el comunismo significa librar una lucha ideológica. Habiendo sido socializados por la sociedad capitalista no somos inmunes a su veneno ideológico. El materialismo dialéctico y los debates colectivos nos ayudan a ofrecer respuestas y soluciones comunistas a todas las divisiones creadas por las ideologías capitalista y sus agentes.

—Camarada en Sudáfrica.

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