“El Trabajo Pesado Nunca Ha Matado a Nadie” y Otras Mentiras Capitalistas
Puedes conseguir un trabajo con “buena paga” o uno con “mala paga”. Pero no puedes conseguir un trabajo con un “salario justo por un día de trabajo justo”.
¿Por qué? Porque los patrones no te pagan por el trabajo real que haces. Sólo te pagan por tu capacidad de trabajar.
Si pagaran por el trabajo que haces, por lo que realmente produces, los mineros de oro sudafricanos conducirían Lamborghinis. Los jóvenes que hacen hamburguesas en McDonalds (o en cualquier otro restaurante de comida rápida) estarían ricos.
Veamos a McDonalds.
Centrémonos en las hamburguesas. Para simplificar las cosas, dejemos a un lado las papas fritas y los refrescos. Estamos utilizando precios de alrededor del año 2000. Hoy los precios son más altos, pero las proporciones son similares.
En aquel entonces, la franquicia pretendía vender 147 hamburguesas por hora a 2,09 $ cada una. Eso significaba una entrada de 308 dólares cada hora sólo en hamburguesas.
Para hacer las hamburguesas se necesitaban siete trabajadores y un supervisor, es decir, ocho personas. Siete miembros de la cuadrilla ganaban 11 $ por hora y el supervisor 15 $. En total, nos pagaban 92 dólares.
Trabajando juntos, nuestra cuadrilla hacía hamburguesas valoradas en 308 $ a la hora, pero sólo cobraba 92 $. El dueño ganaba 216 dólares por hora. Eso no tiene nada de justo. Se llama explotación. El dueño vive del trabajo de sus trabajadores.
Es más. El propietario no se embolsa todos esos 216 dólares. Tiene que comprar las materias primas (pan, carne, electricidad, etc.), quedarse con una parte (ganancias), pagar una pequeña parte al Gobierno (impuestos) y otra a la sede central (alquiler de la franquicia). Además, los banqueros se quedarán con una parte como intereses por el dinero prestado para comprar parrillas, freidoras y refrigeradores para poner en marcha el negocio.
¿Marginal o Central?
Todo esto crea un panorama en el que el trabajador no es marginal ni carece de importancia. Desde el punto de vista de la explotación, el trabajador es fundamental para la economía.
Los trabajadores asalariados no cualificados, semicualificados y cualificados crean toda la riqueza de la sociedad. La mayor parte de esa riqueza va a parar a los capitalistas y a sus directivos élites. Los trabajadores sólo reciben la menor parte de esa riqueza como salarios.
Si los trabajadores explotados (asalariados) creamos toda la riqueza y todas las cosas útiles de la sociedad, ¿por qué no dirigimos nosotros la sociedad que construimos?
Si lo vemos de forma individual, los patrones nos dan trabajo para que podamos ganar un sueldo para vivir. Desde este punto de vista, necesitamos a los patrones. Pero si lo miramos como un colectivo, la riqueza que creamos nos mantiene tanto a nosotros como a todos los patrones (y a su sistema capitalista). Los patrones nos necesitan. ¡Nosotros no necesitamos a los patrones!