Obreros Automotrices Peleando por Trabajar Menos Horas – Necesitamos Acabar con la Esclavitud Salarial, No Reformarla aquí ♦ Chofer de Autobuses en Los Ángeles Toma Primer Paso Chico Hacia la Revolución aquí ♦ Desfile del Dia Laboral en Los Ángeles aquí ♦
Obreros Automotrices de EE. UU. Todavía Luchan por la “Jornada de Ocho Horas”
Necesitamos Acabar con la Esclavitud Salarial, No Reformarla
EE. UU., 10 de septiembre— “Son piezas de acero muy pesadas. Las levanto todo el día. El trabajo pesado significa muchas lesiones”. James White contaba a los periodistas cómo instalaba los muelles traseros de los camiones Ford en Louisville, Kentucky (EE. UU.).
“¡Tomen pastillas!” dice la empresa a los obreros mayores sufriendo de dolor, comentó él. “No se puede vivir de estas pastillas.”
Los turnos de diez horas son obligatorios. White dijo: “Sólo duermo unas cuatro horas y media por noche. Deberíamos tener ocho horas de trabajo, ocho horas de recreo y ocho horas de sueño”.
Este fue el lema de los obreros estadounidenses que organizaron una huelga general por la jornada laboral de ocho horas en 1886, hace 137 años.
Esta jornada fue declarada ley en EE. UU. en 1938, pero hoy los obreros automotrices siguen luchando por ella. Luchar por reformas es inútil. Mundialmente, turnos de 10 o 12 horas y el desempleo masivo vuelven a ser la norma.
Los comunistas y anarquistas pensaban que la lucha por las ocho horas unificaría internacionalmente a la clase obrera para la revolución. No fue así.
Fomentó en la clase obrera la mortal ilusión de que podemos reformar el capitalismo para satisfacer nuestras necesidades. Ayudó a matar al movimiento comunista internacional como fuerza revolucionaria. Pero ellos nunca aprendieron esta lección.
Dos Niveles, Muchos Niveles
Antes, los contratos sindicales garantizaban a todos los obreros automotrices el mismo salario. Ya no. En 2007, el sindicato permitió a las automotrices de Detroit introducir un “sistema de dos niveles” para “recuperar competitividad”. Ahora los contratados nuevos comienzan con 17 $/hora – el salario máximo es 32 $/hora.
La competencia por ampliar la cuota de mercado vuelve a agudizarse entre los fabricantes de automóviles estadounidenses, japoneses, coreanos, alemanes y chinos. Explotan más intensamente a los obreros mediante la automatización y salarios más bajos. Menos obreros producen más coches que no pueden venderse rentablemente. Esto significa desempleo masivo y una tasa de ganancias en declive.
La competencia desesperada de los capitalistas por la cuota de mercado y máximas ganancias conduce directamente a la Tercera Guerra Mundial.
Diferencias Salariales Dividen la Clase Obrera
Un obrero de Ford señaló: “Las empresas necesitan el sistema de dos niveles porque, una casa dividida no puede sostenerse”.
Esto es cierto mundialmente, donde hay muchos más niveles. En México, los obreros automotrices ganan 3,25 dólares la hora; en Sudáfrica 4,27 dólares; y en la India, 2 dólares. Hacen el mismo trabajo que los obreros automotrices en EE. UU., a menudo para las mismas empresas.
Los capitalistas cruzan las fronteras a su antojo construyendo fábricas donde superexplotan a los obreros. Ninguna reforma puede cambiar esto. Sólo la revolución comunista destruirá la esclavitud salarial capitalista.
Solo la lucha por el comunismo puede unificar a los trabajadores del mundo. Construyamos un Partido Comunista Obrero Internacional en todas partes, con el único objetivo de construir el comunismo.
Obreros Automotrices Claves para la Revolución
El contrato de la UAW con los “tres grandes” fabricantes de automóviles estadounidenses expira el 14 de septiembre. Más de 146,000 obreros de este sector podrían irse a la huelga. Afectaría a 1,7 millones de obreros estadounidenses que trabajan en empleos relacionados con automóviles.
Con una perspectiva comunista, los obreros automotrices estadounidenses podrían convertirse en una fuerza clave para la revolución, uniéndose a los obreros automotrices del mundo.
Los obreros producimos y movemos todo en la sociedad. Creamos todo el valor. Las ganancias capitalistas mundialmente provienen del robo de ese valor. Su sistema salarial les permite explotar a los obreros mediante el racismo, sexismo, fronteras, naciones y terror policial.
Los parásitos capitalistas viven de nuestro sudor, lágrimas y sangre. Descartan como inservibles a los miles de millones de nosotros en el mundo que no pueden exprimirnos ganancias.
El comunismo acogerá a esos miles de millones de desempleados como trabajadores productivos para acortar enormemente nuestra jornada laboral.
Los Patrones Nos Necesitan, pero Nosotros No los Necesitamos a Ellos.
Nuestra tarea histórica es enterrar al capitalismo con una guerra revolucionaria mundial por el comunismo. El comunismo eliminará la amenaza del capitalismo de “trabaja o muérete de hambre”. Las masas trabajarán motivadas por el compromiso de satisfacer las necesidades de nuestra clase.
Hagamos huelga y luchemos por un mundo comunista sin patrones donde los trabajadores produzcamos colectivamente y con seguridad, sólo lo que nuestra clase obrera internacional necesita. Eso incluye un transporte colectivo seguro que no destruya nuestro medio ambiente.
Los obreros automotrices y otros obreros industriales pueden liderar a las masas para luchar por un mundo comunista. Son la clave para la revolución armada y la construcción del mundo comunista de cooperación y camaradería que necesitamos.
Llevemos Bandera Roja a los obreros automotrices adonde podamos, incluso a los piquetes. Vayamos a otros sectores obreros, incluyendo soldados. Este es un paso importante para liberar a nuestra clase de la esclavitud asalariada y la guerra imperialista. Construyamos colectivos del PCOI en todas las industrias del mundo.
Una Chofer de Autobuses en Los Ángeles Da el Primer Paso Pequeño Hacia la Revolución
“¡Buenas tardes! ¿Bandera Roja?”, preguntó el camarada.
“Buenas tardes. Gracias”, dijo la joven chofer de autobuses de MTA. Tres semanas antes había tomado el periódico.
“Las cosas están cambiando. El capitalismo ataca con más dureza a los trabajadores. Los trabajadores están contraatacando. Necesitamos una revolución”, dijo el camarada.
“Ustedes están haciendo un gran trabajo. ¡Sigan haciéndolo!”
“Nosotros solos no podemos hacer una revolución. Necesitamos organizadores. ¡Únetenos!”
“A la gente no le interesa. Viven en su propio mundo”, responde la trabajadora.
“Las cosas están cambiando. Los obreros están en movimiento. Los obreros de la industria automotriz amenazan con una huelga nacional contra los turnos de 10 horas. Reclaman: Ocho horas de trabajo, ocho horas de entretenimiento y ocho horas para dormir. En 1886 ese era el lema de los obreros estadounidenses luchando por la jornada laboral de ocho horas”, explicó el camarada. “De eso hace 137 años. Esto demuestra lo inútil de luchar por reformas. Necesitamos revolución”.
“Estoy de acuerdo contigo, pero mis compañeros se conforman con tener un trabajo, un lugar donde vivir y sus cuentas pagadas. No me van a hacer caso”.
“Conforme las cosas cambien, ellos también eventualmente cambiaran. Los jóvenes trabajadores de MTA nunca podrán comprar una casa en Los Ángeles. El racismo es cada vez peor. Te pueden matar por el color de tu piel, o por tu peinado”.
“Tienes razón en todo eso, pero… ¿revolución?”.
“Todo empieza chico. Un pequeño grupo puede cambiar la historia, para mal o para bien. Hitler y un puñado de seguidores fundaron el Partido Nazi alemán. Creció y causó la muerte y destrucción de millones más. En China, 26 comunistas fundaron el Partido Comunista Chino. Se convirtió en cientos de miles y movilizó a millones para hacer una revolución en un país de 450 millones de habitantes. La revolución es una posibilidad y una necesidad. ¿Por qué no coges un periódico extra para un amigo/a?”.
“Está bien”, dijo ella. “Supongo que eso significa que hoy estoy comenzando “.
“Sí”, dijo el camarada. “¡Nos vemos para la próxima edición!”
Desfile del Dia Laboral en Wilmington, CA, (EEUU) — WILMINGTON, CA (EE. UU.)— Un camarada entregó Bandera Roja a un trabajador en el desfile del Día del Trabajo, diciendo: “Luchamos por un mundo sin dinero. Sin ricos, sin pobres. Comunismo”. El trabajador respondió: “Tienes razón. El dinero es el problema”. Otro dijo: “¡Sí! Tenemos que deshacernos del capitalismo”.
Distribuimos 500 periódicos de Bandera Roja, todo lo que teníamos, y 800 volantes, entre unas 3000 personas. Entre ellas había sindicatos, bandas escolares y curiosos.
“Estamos aquí para difundir la necesidad de un mundo comunista”, dijo otro camarada. “Bajo el capitalismo, los trabajadores luchamos constantemente por mejores salarios, mejores condiciones laborales y mejores contratos de trabajo. Pero nosotros creamos todo lo que existe en este mundo”.
“Así es”, interrumpió un trabajador. “Nosotros creamos toda la riqueza”.
Contactamos a varias mujeres que vivían cerca y se dieron cuenta de nuestro mitin. Terminamos el mitin cantando La Internacional.