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Materialismo Dialéctico: Camaradas Discuten “La Negación de la Negación”
Camaradas tuvieron una animada discusión durante la tercera reunión de Zoom del proyecto de verano del PCOI sobre el Materialismo Dialéctico. Después, los camaradas se sintieron más seguros en la comprensión, aplicación y enseñanza de la ley de la negación de la negación.
Esta ley establece que el desarrollo toma lugar en un ciclo de tres etapas. (1) El estado original del objeto. (2) Su transformación en su opuesto. (3) La transformación del opuesto en su propio opuesto.
Los camaradas presentaron un PowerPoint con buenas imágenes. Por ejemplo, podemos ver la ley de la negación de la negación en el desarrollo de una semilla de cebada. Comenzamos con el estado original de la semilla. (2) La semilla germina, produciendo una planta. (3) El tallo muere, dejando hasta treinta semillas.
Las nuevas semillas parecen idénticas a la original. Pero las nuevas semillas nunca pueden ser exactamente la misma semilla. Algunas características se mantienen y otras son nuevas.
Los camaradas generaron más ejemplos.
“Las tres leyes de la dialéctica están entrelazadas. Una lleva a la otra”, dijo la camarada Leslie en El Salvador. “Creo que la negación de la negación son procesos infinitos, igual que las contradicciones”.
La Negación de la Negación: La Sociedad Humana y el Objetivo de la Revolución Comunista
Las primeras sociedades humanas utilizaban la tierra en común sin propiedad privada. Luego vino el desarrollo de las sociedades de clases que abolieron la propiedad común y crearon la propiedad privada. Este es el caso de la sociedad capitalista en la que existimos actualmente. La tercera etapa está en manos de la clase obrera: abolir toda propiedad privada con la revolución comunista.
Cuando decimos que los procesos son infinitos, queremos decir que no tienen fin. Esto suscitó algunas reflexiones en un nuevo camarada de Los Ángeles.
“¿La negación de la negación es un proceso infinito?”. preguntó Juancarlo. “Y si es así, ¿se negará el comunismo?”.
Leslie respondió a esta excelente pregunta. “Siempre habrá contradicciones y siempre habrá negaciones de la negación. No serán los mismos procesos, pero siempre surgirán otros nuevos”.
Otro camarada replicó que por eso es importante considerar las tres leyes del Materialismo Dialéctico para comprender mejor la negación de la negación.
“Los cambios cuantitativos desembocan en cambios cualitativos debido a las contradicciones internas primarias”, explicó Perla. “Los cambios cualitativos son los cambios que tienen lugar en la negación de la negación.
“Cuando logremos una sociedad comunista, tendremos que hacer frente a contradicciones completamente nuevas. Con la abolición de la propiedad, cambiaremos la sociedad con un uso más avanzado de los recursos naturales sin preocuparnos de las ganancias capitalistas.”
Los cambios que vendrán después de que alcancemos el comunismo incluirán cambios que transformarán la civilización humana en una forma de vida mucho más avanzada para toda la clase trabajadora del mundo.
Cuando se trata del materialismo dialéctico, y de la negación de la negación, conservamos algo y destruimos algo. En una auténtica sociedad comunista, destruiremos la propiedad privada y preservaremos nuestro comportamiento humano natural de cuidarnos los unos a los otros.
La Historia de la Tierra y el Futuro del Comunismo
Según los científicos, el punto de inflexión se produjo en los 1950s. La lluvia radioactiva cubrió la Tierra. Entramos en el Antropoceno. Ahora, la actividad humana es el principal motor del cambio planetario.
Pero la humanidad está dividida en clases. Nuestra masiva clase trabajadora, cuyo único recurso es nuestra capacidad de trabajo. Frente a la minúscula clase capitalista que explota nuestro trabajo y nos está conduciendo a un precipicio planetario.
¿Qué clase dominará el Antropoceno?
Nosotros, y las generaciones anteriores, hemos vivido bajo la tiranía de la riqueza. ¿Podría cambiar eso alguna vez? ¿Podríamos los trabajadores tomar todo – ¡todo! – en nuestras propias manos?
Todo cambia. Incluso los cimientos del Planeta Tierra.
Una Breve Historia de Nuestro Planeta
La Tierra se formó hace 4.500 millones de años como una bola de fuego hirviente. Durante 500 millones de años -el Eón Hadeico- su exterior se enfrió lentamente.
Algunos minerales empezaron a formar placas sólidas pero inestables. Poco a poco, fragmentos más grandes formaron una fina corteza. Los cambios cuantitativos en la temperatura de la superficie transformaron la naturaleza del planeta.
Comenzó un nuevo eón, el Archean. El núcleo fundido de la Tierra permaneció, pero apareció algo nuevo: el registro rocoso.
A lo largo de mil millones y medio de años comenzaron a formarse los continentes. La temperatura de la superficie descendió por debajo del punto de ebullición del agua. Aparecieron los océanos. Aparecen las primeras evidencias de vida microscópica.
El desarrollo gradual de las formas de vida dio lugar al Eón Proterozoico, hace unos 2.500 millones de años. Las bacterias verdeazuladas empezaron a producir oxígeno (fotosíntesis) y a liberarlo en el océano. El oxígeno se unió al hierro y a otros elementos, creando minerales como el óxido de hierro. La vida estaba cambiando la química del planeta.
Se llegó a un punto de inflexión cuando la fotosíntesis produjo más oxígeno libre del que los minerales podían absorber. El gas oxígeno disuelto llenó los océanos. Con el tiempo llegó a la atmósfera, permitiendo que muchos más organismos evolucionaran y prosperaran.
El oxígeno libre reaccionó con el metano, creando dióxido de carbono. La atmósfera se enfrió. Esto probablemente provocó la primera glaciación hace unos 2,100 millones de años.
La explosión de formas de vida marcó el inicio del Eón Fanerozoico, hace 541 millones de años.
Nuestro Lugar en la Historia de la Tierra
Vivimos en el período Cuaternario de la Era Cenozoica del Eón Fanerozoico. El Cuaternario comenzó hace 2.58 millones de años. Si la historia de la Tierra durara un día, el Cuaternario duraría menos de un minuto.
Nuestra especie humana sólo existe desde hace unos cientos de miles de años, un abrir y cerrar de ojos. Pero en ese tiempo hemos influido mucho en la Tierra: sus ecosistemas, su clima, su geología e incluso su química.
La lluvia radiactiva es el marcador elegido por los científicos para el inicio del Antropoceno. Pero los humanos también han creado más de doscientos minerales nuevos. Hemos añadido metales y plásticos al registro fósil.
Hace dos siglos, la revolución industrial capitalista empezó a arrojar carbono a la atmósfera. Doce mil años antes, la invención de la agricultura remodeló los ecosistemas e incluso la geografía.
La actividad humana ha cambiado cualitativamente la Tierra. Nosotros somos parte de ese cambio.
El Comunismo: El Camino a Seguir
Las bacterias verdeazuladas no tenían ni idea de los efectos que causaban. Durante mucho tiempo, los humanos tampoco. Pero (a diferencia de las bacterias) podemos analizar, aprender, imaginar y planificar. Podemos moldear conscientemente el futuro, dentro de ciertos límites, por supuesto.
Los capitalistas planifican para maximizar sus ganancias a expensas de los trabajadores y de nuestro medio ambiente. Los mayores capitalistas (imperialistas) planean la guerra, incluso nuclear, contra sus competidores.
¡No podemos dejarlos encargados del Antropoceno!
La alternativa es la revolución comunista por el poder obrero. El comunismo acabará con el sistema de ganancias. Nos dará poder a nosotros, los productores, para decidir qué producir y cómo. Para planificar nuestro futuro, no el final de cuentas.
Para movilizar nuestra mano de obra y recursos para limitar y reparar el daño. Para imaginar y construir, sobre las cenizas del viejo, el mundo que necesitamos.
El comunismo funcionará a base de relaciones, no de dinero. Trabajaremos los unos para los otros y confiaremos los unos en los otros. Superaremos las divisiones racistas, religiosas, de género, nacionales y de cualquier clase creadas por el capitalismo.
Todo cambia. Las cosas cambian lentamente. Luego pueden alcanzar un punto de inflexión en el que las cosas cambian rápidamente.
Las pequeñas cosas que más necesitamos hacer ahora mismo son las que construyen relaciones comunistas. Conversa con una persona más (o muchas) sobre el comunismo. Haz llegar Bandera Roja a una persona más (o muchas) Pide a una persona más (o muchas) que lo comparta con otros.
Únete o construye un colectivo del Partido. O asume una responsabilidad más para los tuyos.
No siempre podemos ver los resultados de lo que hacemos. Pero estos pequeños pasos son las burbujas de oxígeno que cambiarán nuestra atmósfera social. Que harán realidad la revolución y la sociedad comunista.