Reseña de la Película: El Mundo de Barbie No Lucha Contra El Capitalismo

Mattel, la empresa que produce Barbies, ha evolucionado. A diferencia de las Barbies de los años 1970, las muñecas de moda actuales se han ampliado en gama de colores y en tipo de cuerpo, incluyendo a personas con discapacidad. Para los coleccionistas adultos como yo y los niños que disfrutan de las Barbies, estas representaciones son uno de los cambios más importantes realizados por un fabricante de juguetes. Pero ninguno de estos cambios impacta positivamente las vidas de los trabajadores en todo el mundo.

El mundo de Barbie incluye estas variaciones. Refleja las formas en que Mattel siguió las tendencias desde que Barbie se produjo por primera vez en 1959 como un ícono de la moda.

La Barbie protagonista de la película está hecha a imagen de la primera versión producida en EE. UU. Es rubia, de ojos azules y tiene un cuerpo basado en la idea sexualizada del capitalismo racista y sexista. Las otras Barbies representan a los directores ejecutivos, la presidenta del mundo de Barbie, sirenas y otras ocupaciones o personajes.

Barbie abandona su mundo para entrar en el mundo de las personas de carne y hueso sólo para descubrir que las mujeres son cosificadas en función de su (ideal occidental de) belleza y juventud. Los hombres aquí están empoderados por valores patriarcales, ya sean trabajadores de la construcción o propietarios de una empresa. El director ejecutivo y el consejo directivo de Mattel son todos hombres. Se pasan el tiempo intentando capturar a Barbie para devolverla a la caja donde se exhibe para la venta y el consumo. Ella es la proverbial belleza ligada al éxito de los hombres.

Ken en el mundo de Barbie sólo existe en su relación con Barbie. No añade valor a las muñecas del mundo de Barbie.

Producido por primera vez en 1961, Ken es como el resto de los productos vendidos por Mattel para personalizar a Barbie. El papel de Ken es el de un marcador de posición para la mirada masculina. Tiene muy poco que aportar al mundo de Barbie. Pero cuando Ken sigue en secreto a Barbie al mundo real, asimila el patriarcado, lo ama y regresa al mundo de Barbie para enseñar a los otros Ken cómo tomar el control.

La diferencia es el rol que ocupan Barbie y Ken en cada uno de los mundos. En el mundo real donde gobiernan el patriarcado y el capitalismo, Barbie se da cuenta de que la Barbie idealizada ha sido astronauta, presidenta, trabajadora de la construcción, etc. no refleja las experiencias vividas por las mujeres y niñas trabajadoras. Luego, Barbie regresa a su mundo y lo encuentra usurpado por el patriarcado, donde todas las versiones de Barbie atienden a los Ken y olvidan sus posiciones e identidades.

Capitalismo y Patriarcado

La película no conecta el patriarcado y el capitalismo. En el mundo real, el papel que desempeñan las mujeres se basa en la mirada masculina en el capitalismo. El capitalismo y el patriarcado fomentan la competencia en la que se anima a los hombres a adquirir a la mujer más “hermosa” para realzar su valor personal entre otros hombres dentro de sistemas que oprimen a las mujeres y hombres trabajadores de todas las naciones.

Las mercancías de Barbie, como automóviles, casas y ropa, son producidas en China, Indonesia, México y Tailandia por trabajadores hambrientos de salarios.

La película no aborda por qué las Barbies deciden renunciar a sus identidades para servir a los Ken. Eso niega la verdadera lucha económica por la supervivencia que enfrentan las trabajadoras. Esta escena implica que las Barbies han regresado a la feminidad tradicional donde los hombres deben ser servidos y apaciguados.

La película no puede y no es paralela a esta realidad, ya que Ken no contribuye al estatus o la identidad de ninguna Barbie. Las mujeres en el mundo real están acostumbradas a mejorar el estatus de los hombres con quienes se asocian basándose en la mercancía de “belleza” que representa Barbie. La breve fase en la que los Kens gobiernan el mundo de Barbie es una respuesta a su invisibilidad.

No existe ninguna lente para cuestionar estas estructuras sistémicas que podrían unificar a los Ken y a las Barbies. Su falta de órganos sexuales es otra razón por la que esta película no puede abordar los subproductos del patriarcado y la misoginia: la violación y la coerción sexual. Las Barbies desposeídas recuperan la estructura de poder de su mundo, mientras que se anima a los Ken a encontrarse a sí mismos.

Barbie no ofrece ninguna solución a los trabajador@s del mundo que enfrentan los efectos devastadores de la explotación capitalista y su misoginia y patriarcado resultantes. Sólo un mundo comunista puede abordar estos venenos que arruinan las vidas de los trabajadores mundialmente.

Las películas producidas dentro de un sistema capitalista con fines de lucro no liberarán a las mujeres a pesar del trasfondo de “poder femenino” tejido en la trama. Su sexismo inverso, donde Ken es un personaje secundario, no es un símbolo de poder. Más bien, deshumaniza a la mitad de la humanidad.

El capitalismo promueve la misoginia, pero la respuesta no debería ser promover la misandria (desprecio a hombres) como solución. Los trabajadores no pueden reformar ni eliminar la toxicidad de los subproductos del capitalismo: racismo, misoginia, nacionalismo, sexismo o xenofobia, por nombrar algunos.

Sólo los trabajadores pueden construir un sistema basado en la equidad donde mujeres y hombres construyan al unísono un mundo comunista que cruce fronteras e idiomas. Los niños aprenderán las herramientas que necesitan para construir una sociedad verdaderamente colectiva. Todos trabajaremos juntos y nos saludaremos en nuestras diversas lenguas, unidos para levantar la cabeza y decir: “Buenos días, Revolución”.

 

Lee Nuestro Folleto

La Lucha Comunista Contra el Sexismo aquí ♦

Lee Mas Artículos Sobre El Sexismo aquí ♦

Primera página de esta edición