El Imperio Contraataca: Gobernantes de EE. UU. Temen la Masiva Respuesta al Genocidio en Gaza

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Protestas Masivas Contra el Genocidio Asustan a los Gobernantes de EE. UU.: ¡El Imperio Contraataca!

LOS ÁNGELES (EE. UU.), 20 de diciembre— “El Congreso de Estados Unidos interrogó a tres rectores de universidades sobre el ‘antisemitismo’ en sus campus”, explicó una camarada a una joven manifestante en el Día de los Derechos Humanos. “Quieren que los etiqueten como ‘antisemitas’ y que prohíban a grupos como Estudiantes por la Justicia en Palestina y Voces Judías por la Paz por pedir una ‘Palestina Libre’.

“Vaya”, dijo la manifestante. “¡Esto es como el macartismo! (campaña anticomunista de la década de los 1950)”

“Es como la Alemania nazi. En las primeras etapas del fascismo, los profesores judíos y otros antifascistas fueron expulsados de la enseñanza”, respondió la camarada, entregándole Bandera Roja. Intercambiaron información de contacto.

Los imperialistas estadounidenses están perdiendo su imperio a sus rivales chinos y rusos en ascenso. Les da pánico ver a jóvenes multirraciales manifestándose masivamente contra el genocidio del gobierno israelí en Gaza, respaldado por Estados Unidos. La palabra “revolución” es común.

Estos gobernantes necesitan una fuerza laboral y un ejército leales y patrióticos para pelear sus próximas guerras, incluida la Tercera Guerra Mundial, contra sus rivales. Por eso, están contraatacando.

Las universidades estadounidenses fueron fundadas como instituciones capitalistas. Los multimillonarios se aseguran de que sigan así. El inversionista multimillonario Bill Ackman ha atacado a la primera rectora negra de Harvard diciendo que solo fue “contratada por ser negra”. La ataca porque él no cree que ella haya sido lo suficientemente severa con estudiantes que se manifiestan contra el genocidio.

Se vio obligada a renunciar, a pesar del apoyo de los profesores, por acusaciones inventadas de plagio hace más de dos décadas. Antes y después de la audiencia, se enfrentó a repugnantes insultos racistas. Este racismo está al servicio del imperialismo estadounidense: para apoyar el genocidio en Gaza e intimidar a otros educadores que se oponen a él.

Durante meses, los donantes ricos de la Universidad de Pensilvania hicieron campaña contra la rectora y el presidente de la junta directiva. En medio de manifestaciones pro-palestinas, los donantes amenazaron con retener decenas de millones de dólares. Ross Stevens amenazó con retirar su contribución de 100 millones de dólares. El Consejo Asesor de la Wharton Business School de Penn exigió un cambio de liderazgo universitario.

Todo porque la rectora de Penn se negó a sancionar, expulsar o despedir a estudiantes o profesores que condenaron el genocidio en Gaza.

Tal como lo hicieron los nazis, los multimillonarios capitalistas necesitan reforzar su control sobre sus universidades. Conspiran para garantizar el control ideológico de la clase obrera y la clase media, los cuales, según ellos, se han vuelto demasiado “antirracistas” y “prosocialistas”.

Quieren despedir a los profesores que critican al gobierno sionista de Israel y la complicidad de los imperialistas del mundo en el genocidio racista. Quieren prohibir grupos de estudiantes como Estudiantes por la Justicia en Palestina tildándolos de “ser antisemitas”. Este grupo da la bienvenida a todos los estudiantes, incluidos los judíos, que se oponen al racismo del gobierno israelí contra los palestinos.

Los gobernantes estadounidenses y sus lacayos quieren hacer un crimen decir que el sionismo es fascista, que el gobierno israelí es fascista y que está cometiendo genocidio. Que el gobierno estadounidense es cómplice del genocidio. La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó recientemente una resolución afirmando la mentira de que el antisionismo es antisemita.

Los profesores pueden y serán despedidos por oponerse a esto. La “democracia” es en realidad la dictadura del capital sobre todos nosotros. Las universidades pertenecen a los capitalistas. Enseñan lo que se les ordena y hacen investigaciones científicas de acuerdo con las necesidades del capitalismo. Las universidades TIENEN que seguir la línea de los capitalistas.

Las demandas bien intencionadas para que la universidad no haga investigaciones militares para el imperialismo no funcionarán. No podemos reformar las universidades para satisfacer las necesidades de las masas. ¡Existen para servir al capitalismo-imperialismo!

No podemos permitir llamados al genocidio de trabajadores judíos o palestinos o de cualquier otro grupo. ¡Sin embargo, el genocidio sólo puede detenerse permanentemente mediante una revolución obrera comunista! El PCOI moviliza a las masas de trabajadores, soldados, estudiantes y jóvenes para ponerle fin al capitalismo-imperialismo y construir una sociedad donde la educación y el trabajo satisfagan colectivamente las necesidades de las masas.

En lugar de las universidades capitalistas, tendremos un aprendizaje de por vida que combine trabajo y estudio para todos. Derribaremos la división capitalista entre trabajo “mental” y “manual”. La educación comunista alentará a todos a desarrollar todo su potencial para satisfacer las necesidades de las masas. No más jerarquía de títulos, diplomas y certificados que sirve para dividirnos.

La colectividad reemplazará a la competencia. Compartiremos nuestros conocimientos. Nadie vivirá mejor o peor que otro. Todos recibirán lo que necesitan y aportarán al colectivo lo que puedan en base a su compromiso y capacidad. Eso es el comunismo. ¡Únete a nosotros!

Nueva York, 2017–Estudiantes de la Universidad de Fordham protestan contra la prohibición de Estudiantes por la Justicia en Palestina

De Resistir a la Revolución Comunista

La palabra “revolución” es común entre las masas que se manifiestan contra el genocidio en Gaza. Muchos están pensando en lo que eso significa, e incluso si la revolución es posible.

Las preguntas sobre las revueltas en las fuerzas armadas estadounidenses durante la guerra de Vietnam (1955-1975) surgen repetidamente. Amigos educadores han pedido más información a sus camaradas. Los manifestantes han pasado mucho tiempo con camaradas tratando de entender cómo se relaciona esta historia con la catástrofe actual. Se han producido largos debates en cafeterías donde el personal y los clientes leen Bandera Roja.

Los imperialistas estadounidenses han hecho todo lo posible por ocultar esta historia. Sus medios de comunicación censuran las revueltas de los soldados estadounidenses al comparar la resistencia actual al genocidio de Gaza con los acontecimientos ocurridos durante la guerra de Vietnam.

Casi todas las secciones del ejército, la fuerza aérea y la marina de los EE. UU. fueron testigos de importantes revueltas durante la era de Vietnam. Varios camaradas que ahora están en el PCOI ayudaron a organizar estas revueltas.

En 1971, las Fuerzas Armadas encargaron un informe sobre la lealtad de las tropas. Concluyó que el 47% de los soldados se resistían a las órdenes o se rebelaban abiertamente. Más de 700 oficiales murieron por granadas de fragmentación lanzadas por soldados rasos. El ejército tuvo que establecer sitios especiales para comprobar si otros oficiales murieron por balas del Frente de Liberación Nacional vietnamita o por soldados estadounidenses.

El general Westmoreland supervisó a las tropas invasoras estadounidenses. Terminó suplicando al entonces presidente Nixon que retirara las tropas. Temía que una gran cantidad de ellos voltearían sus armas.

Las Lecciones de la Época de la Guerra de Vietnam Abren las Puertas a La Revolución Comunista

Esta historia proporciona un arma útil contra el nacionalismo y el pacifismo. Ha ayudado a cambiar la dirección de nuestras discusiones con manifestantes, lectores de Bandera Roja y amigos, desde la resistencia contra la guerra hasta la necesidad y el potencial de una insurrección comunista abierta.

Esta es la primera vez que algunos amigos han considerado la estrategia de organizar dentro de las fuerzas armadas.

“Pensé que alistarme en el ejército iba en contra de todo lo que defendía”, dijo un estudiante universitario. Ahora lo está repensando desde una perspectiva comunista.

En la reciente conferencia del PCOI en El Salvador, dos camaradas que son veteranos recientes del ejército estadounidense contaron cómo introdujeron el comunismo a sus compañeros soldados. También llamaron a camaradas y amigos a sumarse al trabajo militar.

Las fuerzas armadas estadounidenses no son las únicas fuerzas armadas con un historial de insurrección. Casi todos los ejércitos capitalistas han visto revueltas, a menudo con participación comunista activa. Los soldados de extracción obrera fueron clave para las grandes revoluciones. La confraternización internacional entre las tropas allanó el camino para esas victorias.

Cuanto más expongamos esta debilidad de los imperialistas, más fácil será para las masas ver que un nuevo mundo comunista es realmente posible.

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