Derribando OVNIS: Distrayéndonos de la «Primera Batalla de la Próxima Guerra»

China, 15 de febrero: Los ancianos de la ciudad portuaria de Dalian, en el noroeste del país, protestan por los recortes en las prestaciones médicas del gobierno. Las protestas comenzaron en Wuhan, donde los trabajadores del acero jubilados se enfrentaron a la policía y cantaron la Internacional. ¡El espectro del comunismo persigue a los capitalistas chinos!

Derribando OVNIS: Distrayéndonos de la “Primera Batalla de la Próxima Guerra”

12 de febrero- Los medios de comunicación de EE.UU. están haciendo un gran alboroto sobre cómo los F-22 de EE.UU. derribaron cuatro (por ahora, tal vez más) Objetos Voladores No Identificados en el espacio aéreo de EE.UU. y Canadá en poco más de una semana. Uno de ellos era claramente un globo espía chino. Posiblemente los otros también eran dispositivos de vigilancia.

Pero esperen: ¿a alguien le sorprende que las potencias imperialistas se espíen entre sí? ¿Acaso EEUU no espía también a China? ¡Claro que sí!

No nos dejemos distraer por estos objetos brillantes. En lo que debemos concentrar nuestra vista es en la escalada del conflicto imperialista EEUU-China en Asia-Pacífico. Los medios de comunicación estadounidenses nos están preparando para pagar, luchar y morir por el imperialismo estadounidense en una guerra que se ve cada vez más cercana.

“La primera batalla de la próxima guerra” es como el Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos del imperialismo estadounidense llamó a su reciente ejercicio de juegos de guerra para una invasión china de Taiwán. En la mayoría de sus veinticuatro pruebas, la invasión fracasó, con un enorme coste para EEUU, China y Taiwán en cuanto a barcos, aviones y vidas.

“Las elevadas pérdidas dañaron la posición global de Estados Unidos durante muchos años”, informó. “Estados Unidos necesita reforzar la disuasión inmediatamente”.

¿Quizás derribando objetos brillantes se entiende como disuasión?

El acuerdo entre Estados Unidos y Filipinas incluye la reapertura de otras cuatro bases militares estadounidenses en Luzón (a menos de 750 millas o 1200 km de Taiwán). Esto es claramente una preparación para la próxima guerra del Pacífico.

También lo es el plan de rearme anunciado recientemente por Japón, que lo convertirá en el tercer país del mundo en gastos militares (después de EEUU y China).

Y el anuncio de Corea del Sur (también en enero) de que considerará la posibilidad de construir armas nucleares o pedir a Estados Unidos que las despliegue en su territorio conforme aumente el arsenal nuclear de Corea del Norte.

Pero el imperialismo chino también está ocupado tramando. En noviembre, Indonesia reiteró su apoyo a la “política de una sola China”, es decir, a la reivindicación china de Taiwán. Los gobernantes de ambos países acordaron estrechar sus relaciones económicas y comerciales a pesar de las continuas tensiones en torno al Mar de China Meridional.

Al igual que con otros socios de China en la “Iniciativa de la Franja y la Ruta” (BRI), sus empresas capitalistas estatales exportan capital a Indonesia (un sello distintivo del imperialismo).

A los analistas occidentales no les gusta comparar la BRI con el Plan Marshall estadounidense que inauguró el “siglo estadounidense “posterior a la Segunda Guerra Mundial. Pero admiten que “ambos revelan la necesidad de las superpotencias mundiales de financiar infraestructuras en el extranjero por razones internas y geopolíticas.”

En su frontera suroccidental, la intensificación del conflicto fronterizo entre China e India presiona al gobierno del fascista Modi. India e Indonesia mantienen lazos desde hace tiempo y recientemente han realizado maniobras navales conjuntas. Queda por ver cómo se agudizarán y resolverán estas contradicciones.

El imperialismo chino está jugando a largo plazo, mientras que el imperialismo estadounidense está a la defensiva. El presidente chino Xi declaró que la modernización de su Ejército Popular de Liberación debe completarse antes de agosto de 2029 para asegurar el “rejuvenecimiento de la nación”.

A principios de 2001, la Comisión Hart-Rudman predijo que Estados Unidos sufriría un atentado terrorista masivo en su propio territorio y que debería prepararse para pelear contra China dentro de 25 años. El polvo y los escombros de las Torres Gemelas confirmaron tristemente la primera predicción y oscurecieron la segunda. Pero estamos llegando a los 25 años.

El furor mediático estadounidense por el derribo de OVNIS pretende distraer a los trabajadores de EEUU y de otros países:

De nuestras crecientes dificultades económica. Del racismo y la xenofobia mortales que dividen a nuestra clase. Del sexismo cada vez más intenso de la derecha cristiana estadounidense, que rivaliza con el de los talibanes. Del espionaje empresarial y gubernamental sobre nuestras propias vidas.

De los estragos que las guerras venideras causarán en nuestras vidas.

De la conciencia de clase y la ira, enfocándonos hacia el patriotismo y el miedo.

No se puede engañar a toda la gente todo el tiempo. Cada vez somos más los que nos damos cuenta de que la única salida a la guerra y la explotación imperialistas es la revolución comunista por el poder de la clase obrera.

Los imperialistas ya están empezando su guerra. Nosotros acabaremos con ella y con todo su podrido sistema.

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